He's mine! » Reddie ⟩ST - IT⟨ •AU-Crossover• [Completa]

Chapter Sixteen

Créditos a la autora del hermoso fanart.
Tumblr: caliceal

|×××|

Jackson Street 10.28

Richie pedaleaba rápidamente mientras descendía por la avenida en dirección a la casa de Eddie. Era el Domingo antes de su inicio de clases y se sentía extrañamente ansioso de poder ver al más pequeño, había acordado con Kaspbrak encontrarse en la casita subterránea, pero luego de mucho tiempo esperando impaciente decidió ir a buscarlo a su casa. Llegó al cruce de Jackson con Main y giró a la derecha descendiendo por esta última.
Después de varios minutos llegó al arbusto donde solía ocultar su bicicleta y se encaminó a la ventana de la cocina.

Observó como de costumbre y comprobó que la señora K estuviera ocupada comiendo en el pequeño sillón mientras veía televisión. Se acercó a la pequeña ventana de la lavandería y cuidadosamente la abrió. Se adentró y sin hacer demasiado ruido subió las escaleras y avanzó hasta la habitación de Eddie. Giró el pomo de la puerta e ingresó rápido poniendo el seguro a la puerta, sin observar verdaderamente el interior de la habitación, sin reparar en Eddie. En Eddie y...

-¡Qué demonios, Eds!- Se preocupó el bocazas al ver al pequeño Eddie sentado en la cama, con las mejillas pecosas y su nariz, rojas, la piel del resto de su rostro se veía pálida y sus ojos lloraban levemente sin que pudiera controlarlo, pequeños espasmos recorrían su cuerpo y su frente estaba ligeramente empapada en sudor. Se encontraba cubierto por una gruesa manta y aún así parecía morir de frío. Estaba resfriado, o quizás resfriado era poco.

En la mesa de noche junto a su cama se encontraba un blister de Anacin, uno de Tylenol, tres de Dristan para los resfriados, una latita de Sucrets y un gran frasco azul de Vicks, todo esto acompañado de un vaso de agua medio lleno y varias toallas con un bol lleno hasta la mitad.

-No me llames Eds.- Susurró levemente mientras limpiaba su nariz con un pañito. Se veía terriblemente vulnerable frente al bocazas. Eso hizo recuperar la compostura de Richie y lo miró divertido.

-Te lo dije, dije que morirías por dejar que Mike te besara. Son síntomas de lepra, tu nariz se caerá por exceso de mocos.- Río al ver al pequeño mirarlo aterrorizado.

-Cállate Richie. Eres un bobo. Eso no es posible. ¡No me ayudas!- Limpió las lágrimas involuntarias de sus ojos y sorbió su nariz.

-Está bien, está bien, Eds. Se suponía que te quería escuchar difónico pero no precisamente por esto.- Lo miró fijamente y sonrió acomodando sus gafas. -Eres malditamente adorable.- Se acercó más al pequeño y terminó por abrazarlo mientras pellizcaba una de sus mejillas.

-¡Déjame! ¡Qué haces idiota! ¡Puedes contagiarte! ¡No me toques!- El pequeño intentó liberarse, más no pudo y lo único que hizo fue quejarse, los huesos le dolían y sus fuerzas parecían haberse tomado vacaciones de su cuerpo. -Duele, Richie.

-¡Perdón, perdón Eddie!- Tomó asiento a su lado y lo contempló mejor. -Pareces un muerto, Eds.

-¡Dijiste que era adorable!- Se quejó y tembló al sentir un escalofrío recorrer su columna. -Auch.

-Retiro lo dicho. No me encontraba tan cerca para notarlo.- Se recostó en la cama del pequeño y colocó sus manos debajo de su cabeza para poder mirarlo.

-Eres un imbécil, bobo, bocazas.- Limpió nuevamente las lágrimas involuntarias que se formaban en sus ojos y se giró dándole la espalda a Richie. -Vete, Rich, te contagiarás.

-Con que Rich, huh.- Sin previo aviso lo tomó de una de sus manos y tiró del más pequeño hasta que estuvo en su regazo. Eddie no pudo reaccionar sino hasta que se dió cuenta que estaba sobre Richie.

-¡¿Qué crees que haces?!- Preguntó y rápidamente tapó su boca, había gritado muy fuerte y probablemente, no, estaba seguro de que su mamá lo había escuchado.

-¿Eddie Bear? ¿Qué sucede cariño?- Habló la corpulenta mujer al final de las escaleras.

-Eres un ruidoso, Eds. Y ni siquiera ha empezado lo bueno.- Se burló Richie. Tomó a Eddie de las muñecas y no le permitió moverse, acrecentando el miedo de Eddie.

-Mi mamá, Richard, es mamá, debes irte.- Intentó soltarse del agarre del bocazas y lo único que logró fue sentir más dolor en sus huesos. -Richard, suéltame.- Comenzó a retorcerse encima de Tozier, mientras la señora K comenzaba a subir las escaleras en busca de su hijo.

-Eddie, cariño ¿estás bien?

-¡Richie!- Habló alarmado y finalmente logró soltarse. -¡Escóndete!- Lo agarró de la mano levantándolo para luego comenzar a empujarlo debajo de su cama.

-Normalmente nos escondemos después de follar pero supongo que la acción contigo viene después.- Kaspbrak se sonrojó fuertemente al escucharlo decir eso y lo empujó más fuerte hasta que estuvo bien oculto. Sonia Kaspbrak llegó hasta la puerta de su hijo e intentó abrirla, como de costumbre, pero al comprobar que tenía seguro se alarmó.

-¿Eddie? ¡Eddie! ¡Cariño qué ocurre! ¡Abre la puerta! ¡Eddie Bear!- Comenzó a golpear la puerta con su puño regordete y a girar el pomo de esta. -¡Eddieeeee!

-Voy mami.- Caminó lo más rápido que su cuerpo dolorido le permitió, y antes de poder llegar tropezó con su pequeña cómoda haciendo caer lo que había encima de ella.

-¡Auch!

-¿Eddie? ¡Eddie! ¡Abre Eddie!

-¡Voy mami!- Y se apresuró a abrir.

-¡Eddie! ¡Por qué cierras! ¡Está prohibido cerrar la puerta!- Lo tomó de las mejillas y comenzó a inspeccionarlo.

-No tengo nada, mamá. Solo... estaba cambiándome.- Susurró.

-No hagas eso nunca más. No lo hagas nunca más, nunca más.- La señora K verificó que todo estuviera en orden, o más bien, todo lo que su cuerpo enorme le permitió antes de cansarse, y se retiró de la habitación, no sin antes advertirle que si volvía a cerrar la habitación, lo castigaría.

-"Viy mimi".- Lo imitó Richie, riéndose, una vez salió de su escondite.

-Pff, ¿puedes, por favor, solo callarte?- Susurró el más pequeño.

-¿Puedes, por favor, ir a la cama que te voy a hacer cosas sucias?- El bocazas acomodó sus gafas y se sentó en la blanda superficie.

-Eres un...

-Vamos, Eds, no le gustaría que le unte un poco de caca, señor.- Antes de que el más pequeño pueda responder, un ligero impacto de una piedra contra la ventana llamó su atención. El bocazas se acercó y automáticamente su rostro cambió.

-¿Rich?

-Estúpida rana.