He's mine! » Reddie ⟩ST - IT⟨ •AU-Crossover• [Completa]

Chapter Twenty

La casita subterránea 16.23

Unas cuantas semanas pasaron desde el incidente en el Heavy-Metal-Manía y Bill y Stanley habían logrado acercarse mucho más, sin embargo, aún ninguno (a excepción de Richie) tenía conocimiento de ello.

Por lo que para Eddie verlos besarse en ese momento, cuando llegaba junto con Richie, fue impactante.

-¡Eso jaboncito! ¡La lengua hasta el fondo!- Las palabras del bocazas hicieron separar rápido a la pareja y logró poner a ambos con las mejillas rojas en su totalidad. Incluído Eddie, quién le dió un codazo para que guarde silencio. -Oh vamos Eds, yo te hago lo mismo.- Kaspbrak solo atinó a golpearlo fuertemente en el brazo.

-No queríamos interrumpir. Nosotros ya nos vamos.- Susurró Eddie e hizo ademán de querer retirarse, sin embargo, Richie no se movió.

-¿Por qué debemos irnos nosotros? Los que están dando un espectáculo no apto para todo público son ellos.- Se quejó Richie y caminó hasta la casita, se adentró y emergió de ella segundos después con su radio y varios discos en la mano, para después dirigirse a la gran piedra y sentarse apoyándose en ella. -Síganle, con la música fuerte no los escucharan.- Eddie se resignó y caminó hasta Tozier sentándose a su lado.

-N-no digas eso, R-Richie.- Habló Bill y tomó asiento en la compuerta cerrada del lugar. -¿Ya l-lo sabías?- Preguntó, sintiendo como Stan se sentaba a su lado.

-Claro, muchachito. Mis consejos fueron los que ayudaron a mi pequeño Stan.- La inconfundible voz de la abuelita emergió de los labios de Richie haciendo reír a los chicos, y a Stan rodar los ojos.

-No es cierto, Richie.- El bocazas lo miró ofendido e hizo el ademán de tener un micrófono en la mano. Se puso serio y agravó la voz, adoptando la voz de un periodista.

-Señor Eddie Spaghetti, dígame usted ¿El poderosísimo Richie Tozier, futuro famoso por su increíble habilidad de hacer voces y caracterizado por su innegable atractivo, está diciendo mentiras?- Y esperó que Eddie hablara.

-Yo creo que...- Antes de que prosiga, el más alto lo interrumpió.

-A decir verdad no me importa lo que usted crea, lo que dice Richie es verdad. Volvemos al estudio. Buenas tardes.- Se acomodó las gafas mientras los demás volvían a reír, y Eddie lo miraba con el ceño fruncido. Tozier lo abrazó por los hombros admirando su rostro y continúo, con su voz de locutor de noticiero cinematográfico. -¿Quiere firmar el acta de matrimonio, guapo, aquí en la línea de puntos?- Le regaló una gran sonrisa. -Te haremos desayuno en las mañanas, muchacho. Te compraremos un a-ni-llo. Te...- El pequeño le tapó la boca riendo y volteó a ver a la otra pareja.

-No me molesta Bill. Me parece bien. Después de todo, creo que estamos iguales.- Se levantó y caminó hasta Denbrough, cuidando no caerse dentro de la casita y le brindó un fuerte abrazo, igual que a Stan, después de eso volvió a su lado con Richie.

Se sumergieron en un ambiente agradable durante un rato, escuchando las burlas de Richie con rock and roll de fondo, sin embargo, el buen ambiente del lugar fue interrumpido por Will, quién apareció en el lugar con el labio roto sangrando y los ojos llenos de lágrimas. El pequeño se acercó a Eddie y se abrazó al asmático para comenzar a llorar. Segundos después apareció Mike con expresión preocupada.

-¿Qué le hiciste?- Richie se levantó con el ceño fruncido, mientras Bill y Stan se acercaban a ver que le sucedía.

-Nada, yo...

-¿Lo golpeaste? ¡¿Estás loco?!- Mike negó frenéticamente, preocupado por el pequeño Will, uno de sus mejores amigos, aún sin poder llegar a acercarse.

-No, no, estaba...

-¡Habla!

-¡Pues entonces cállate y déjame explicar!- Mike se sintió frustrado por no poder asegurarse de que Will esté bien. -Estaba conmigo, y me fuí un momento y luego apareció Froy y lo golpeó en el rostro y Henry... Henry lo tocó y no... no... Pero lo ayudé a escapar y... ¿Está bien?- Preguntó impaciente en dirección a Eddie, quién le hizo una señal de que guarde silencio y siguió abrazándolo.

El indefenso Will estaba aterrado, el recuerdo de Henry seguía vivo en su mente, la angustia, el terror y el asco que sintió por lo que hizo Bowers eran sensaciones constantes en su pecho que parecían difíciles de quitar. Y Eddie lo comprendió completamente, había estado en la misma situación...

Richie guardó silencio, como pocas veces en su vida, y se acercó a revisar como estaba Will. Byers seguía llorando, y eso le recordó al bocazas cuando Eddie pasó por lo mismo, ya no era uno, sino dos pequeños marcados por misma situación. Eso lo hizo enojar.

Mike se acercó al grupo preocupado, sin saber que hacer exactamente y espero que su amigo esté lo suficientemente calmado para abrazarlo.

-No te volveré a dejar solo, Will. Lo lamento. No lo haré. Te lo prometo. Te lo prometo.- Esas palabras se grabaron hasta lo más profundo de ambos corazones.

Starcourt Mall 16.36

Muy ajenas a la situación en los Barrens, Beverly, Max y Jane pasaban una tarde de amigas en el centro comercial. Recorrían las tiendas de ropa, comían helado y reían de cualquier cosa que les pareciera graciosa.

-¿Qué sucedió con Lucas?- Preguntó Bev viendo a sus otras dos amigas. Max intentó ocultar una sonrisa, y después de sonrojarse, negó intentando fingir.

-Nada todavía.- Alzó sus hombros restándole importancia y siguió con su helado.

-No te creo en absoluto.- Jane le dió la razón a Bev sonriéndole y miraron acusadoramente a Max.

-Está bien, quizás pasó algo.- Murmuró y finalmente sonrió alegre. -Lucas me besó.- Las chicas se miraron sorprendidas. -Pero le dije que poco a poco.- Todas rieron al ver la actitud de Max y siguieron conversando.

Bev lo disfrutaba. Después de pasar mucho tiempo conviviendo con sus amigos (a quienes por cierto quería mucho) se sentía a gusto poder disfrutar su tiempo con amigas también. Sentía que encajaba, además de que estar con Jane lo volvía mucho mejor. Jane le gustaba, le gustaba mucho, pero a pesar de ello aún no se decidía a contarle sus sentimientos por temor al rechazo. El miedo podía evitar que logres muchas cosas si dejabas que te invada, pero Bev ya se había resignado.

Sin embargo, para Jane era todo lo contrario. Después de pasar tiempo con la pelirroja, disfrutaba la extraña sensación que causaba en ella, y un día simplemente llegó a la conclusión de que esa era la razón por la que después de estar tanto tiempo rodeada de chicos, no había sentido nada por ninguno de ellos. Absolutamente nada.

Le gustaban las chicas. O a decir verdad, le gustaba Bev. Era la única que le había interesado. Y la única que creía que le interesaría siempre.

Y ya se había decidido, le diría, y luego le pediría que fuera su novia.

Así que luego de media hora más de estar en el Mall, decidieron que era hora de regresar. Y Jane vió su oportunidad cuando Max se fue.

-Bueno, también debo irme.- Bev le sonrió y se despidió con un beso en la mejilla, y antes de dar la vuelta para retirarse, la pequeña Hopper la detuvo.

-Yo tengo algo que decirte Bev.- Sin saber lo que le esperaba, la pelirroja espero a que siguiera. -Tú... Tú me gustas Bev. De verdad me gustas mucho.- Y Marsh sintió como repentinamente su corazón dejaba de bombear sangre, y la poca que quedaba en su torrente sanguíneo, parecía acumularse en sus mejillas.

No contestó, las palabras se atascaron en su boca, y creyó que la forma más fácil de transmitirle lo que sentía, fue acercándose a darle un beso, así que lo hizo, en realidad fue un roce de labios, muy sutil sin demostrar nada más que inocencia, inocencia que a su corta edad podría brindar. Pero fue suficiente para que Jane comprendiera lo que quería decir.

Después de separarse, ambas se sonrieron como nunca.

-Nos vemos, Jane.

-Nos vemos, Bev.