Alpha X Alpha [Tomarry]

16

- ¡No lo soporto!- chilló Harry con voz extremadamente aguda. Tom hizo una mueca por sus pobres y aturdidos oídos. Se encontraban postrados en la cama luego de haber tenido sexo. El adolescente estaba encima del cuerpo desnudo de su amante.

- ¿No quieres que te busque a otro profesor?- preguntó en tono celoso mientras abrazaba con más fuerza la cintura del chico.

- Noup.- rió Potter antes de besar los apetecibles labios del hombre.- ¿Sabes? Creo que quiero estar con alguien de mi edad... Entablar una amistad... Y supe que Lucius tiene un hijo con mi misma edad.- una sonrisa traviesa apareció en sus labios.- ¿Qué dices?- murmuró contra sus labios mientras movía el pelvis contra el miembro del Lord, quien gruñó al sentirlo.

- Vamos por otra ronda, Harry. Luego hablaremos de si dejo que ese mocoso se acerque a ti.- soltó con voz ronca.

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El rubio apartó la mirada ante Harry, quien lo observaba con semblante confundido.

- Pensé que serías alfa...- murmuró. Draco se sobresaltó al oír la voz del chico.

- Yo... Emm...- balbuceó sonrojado. Potter sonrió y negó con la cabeza.

- No te preocupes, no es necesario que hables si no quieres.- lo tranquilizó.- Primero me voy a presentar, soy Harry Potter. También me conocen como "El Niño que Vivió" o "El Salvador del Mundo Mágico".- le guiñó un ojo al sorprendido omega. Se acercó a éste y lo tomó del mentón para observarlo de cerca.

- ¿Potter?- gruñó Lucius.- No te acerques a mi hijo.- una sonrisa socarrona apareció en los labios del ojiverde, pero obedeció.

- Tranquilo, Lucius, no lo voy a comer.- soltó en tono despreocupado.- Y Tom me mataría si lo hiciera... No es mi tipo, de todas formas.- bromeó.- Ahora déjanos a solas, los niños debemos hablar cosas que los adultos no deben saber.- Malfoy lo miró con desdén, pero sabía que debía obedecer, por lo que salió de la habitación a regañadientes.

- ¿Qué quieres de mí?- habló Draco en tono arrogante y prepotente una vez que su padre se fue. El delta sonrió, ese era el Malfoy que conocía.

- Verás, pequeño Draco.- el rubio le dirigió una mirada molesta ante el apodo, pero no dijo nada.- Sé que no quieres estar en las filas de Tom...- informó, observando con curiosidad como su compañero se tensaba.- No, no te voy a delatar... Solo quería ofrecerte algo...

- ¡No me voy a unir a ese hijo de puta, sin importar lo que me ofrezcas!- gritó con impotencia.- Soy omega, los demás mortífago no dudarán en violarme... O el mismo Lord...- tembló.- Sin ofender, Potter, pero no eres el único en su cama.

- Lo sé, Draco. Tranquilo.- dijo con una sonrisa divertida. Al parecer algunas (muchas) cosas no cambiaban.- Dumbledore tampoco es una buena opción, si me permites opinar.- siguió.- Él es igual o peor que Tom, así que ninguna de las dos opciones es viable... Tienes que estar con uno de los dos, porque si estás del lado de la luz, definitivamente estarás con el viejo.- razonó.

- No voy a escoger un bando, entonces.- una mueca de pena apareció en el rostro del pelinegro.

- Verás, si no estás con la luz, ellos creerán que éstas con la oscuridad y te atacarán... Y viceversa. Tendrás a ambos equipos contra ti. Eso no te conviene ¿No crees?- Malfoy apartó la mirada.

- ¿Entonces qué debo hacer?- musitó.

- Eso es lo que quería proponerte... ¿Qué te parece unirte a mí?- preguntó sonriendo. Draco lo miró confundido.

- Te dije que no estaría en las filas de Ya Sabes Quien.- el pelinegro negó con la cabeza con diversión.

- Te estoy ofreciendo una tercera opción... ¿Qué te parece estar junto a mí y destrozar a Dumbledore y Tom?- la mirada cohibida alertó a Harry, pero no perdió la confianza en el muchacho.- Destrozarlos desde dentro. Para eso te necesito.

- Lo... Lo pensaré.- murmuró. Potter sonrió y salió rápidamente de la habitación.

- ¡Que charla más corta!- ironizó un rubio en la puerta del lugar. Una sonrisa burlona apareció en el rostro del menor. Sintiendo que últimamente lo único que hacía era sonreír.

- Debí apurarme, tengo una cena con Tom esta noche.- lo miró con suficiencia y se alejó de el hombre, sintiendo una extraña excitación cosquillear en su pecho.