Tras haber dejado atrás a su familia junto con sus valores, Pax despierta en un mundo desconocido gobernado por una sociedad de la que nunca había oído.
Pronto, encuentra en lugar en esta sociedad, o al menos es lo que desea.
Las personas que parec...
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BELLAMY
—¿Qué es eso? —preguntó Murphy, asomándose por la puerta de la cocina para mirar hacia arriba. Bellamy lo imitó, deteniéndose detrás de él.
El domo era cubierto por un repiqueteo constante de una sustancia pesada que golpeaba el vidrio y se deslizaba en él, creando una cortina que sumergía la ciudad en una negrura casi absoluta.
—Parece petróleo —comentó Murphy con sus ojos aún en el cielo.
—El estilo de lluvia de Ramé —convino Bellamy.
Murphy asintió, volteando sobre sus talones perdiendo absoluto interés en el fenómeno sobre sus cabezas para tomar la jarra de agua que habían ido a buscar y servir el contenido en vasos.
Hacía minutos habían almorzado en el mismo lugar donde había transcurrido la fiesta la noche anterior. Las pequeñas mesas redondas y altas habían desaparecido junto con el escenario perteneciente a la banda para ser sustituidos por una mesa larga, suficientemente grande para que todos tomaran asiento y comieran.
Bellamy no tenía mucho apetito, por lo que apenas le dio un bocado al plato exótico bajo sus narices. Suponía que gran parte de su distracción tenía que ver con Marcus Kane, Abby y Clarke Griffin, quienes murmuraban entre ellos echando miradas furtivas a lo largo de la mesa de treinta participantes como buscando algo. Clarke se detuvo varias veces en Bellamy, tal vez buscando alguna respuesta a sus preguntas pero él se hundió en una cálida conversación con Murphy. Él también se había dado cuenta de la inquietud en los Griffin y Kane.
—¿Qué crees que hará Marcus Kane? —preguntó Murphy en el presente, interrumpiendo el hilo de sus pensamientos.
—Tratará de asistir a la reunión —replicó con seguridad. Creía que sería algo obvio, y de pronto se preguntó si Pax tenía idea de que Marcus Kane y los Griffin tramaban algo; tal vez incluso Wells Jaha formaría parte, aunque este apenas se había visto interesado en lo que decían los primeros—. No se rendirá.
—No —concordó Murphy, teniéndole el vaso de agua—. Y esa Clarke Griffin se la ve bastante comprometida con todo esto también —comentó. Bellamy asintió, dándole un sorbo al agua—. Dudo que Milo los oiga, igual —continuó, apoyándose en la mesada—. Se ve más interesado en Pax que en cualquiera de ellos.
Bellamy volvió a asentir, contemplando lo que Murphy acababa de decir.
—¿No crees que es extraño? —inquirió de repente.
Esperaba que Murphy replicara que no fuera paranoico, que se había dado cuenta la forma en que Bellamy observaba a las personas de Ramé, especialmente a Milo y Ezekiel. Esperaba que le dijera que no permitiera que los celos nublaran su juicio.
—Sí —contestó tras una pausa—. Sí que lo creo —enfatizó con sus ojos en él.
Bellamy abrió la boca para replicar cuando unas risas llegaron a sus oídos desde la distancia. Giró la cabeza hacia la hilera de árboles que comenzaba a unos metros de la entrada de la cocina, pero las risas no provenían de allí. Apareciendo desde la parte trasera de la mansión, Pax y Ezekiel se acercaban en un paso lento compartiendo risas bajas como si temieran despertar a la gente de la mansión. Lo que más le llamó la atención fue que venían de la mano como si fueran un par de novios adolescentes.
