11. Cáliz de Fuego

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Lynx

Las escuelas de Beauxbatons y Durmstrang tuvieron una increíble entrada, la primera venia en un carruaje volador guiado por Abraxans, mientras que la segunda llego por el lago en una inmensa embarcación.

Pero lo más sorprendente de todo fue que Viktor Krum se encontraba entre los estudiantes de la escuela de Durmstrang.

—¡No puedo creer que Viktor Krum este aquí! —chillo Rachel mientras caminamos al gran comedor, Luke la miro alzando una ceja.

—¿Qué tiene de especial ese Krum? —le preguntó mi amigo un tanto celoso.

—¡Es una celebridad! —respondió Rachel—. El jugador más joven de quidditch, aparte, ¡es Viktor Krum! —Luke rodó los ojos.

Thomas y yo nos miramos un tanto divertidos, Luke y Rachel suelen ser una pareja muy relajada, en realidad mi amigo muy rara vez siente celos y viceversa, pero el hecho de que Luke este celoso por Viktor Krum es muy divertido.

—Tranquila Rach, solo actúa normal —le recomendé.

—Oh vamos Narcisa, tenemos un poster de él en nuestra habitación —alce los hombros restándole importancia.

—Pero mira, está cursando la escuela justo como nosotros, él también es un simple mortal —Thomas comenzó a reír ante mi explicación.

—Sí, aparte no te quieres ver como todos esos ridículos que se emocionan al ver a Krum —le dijo Thomas a lo que Rachel reacciono.

—Por Merlín, no, para nada, que horror —parece retomar la postura y solté una risita.

Me senté al lado de Thomas frente a Luke y Rachel.

Dumbledore presento a las dos escuelas, primero pasaron las y los francés, que hicieron un baile un tanto ridículo, aunque mostraban el esplendor en su belleza.

—¿Cómo es que son tan hermosos y hermosas? —preguntó Thomas en un susurro.

—No tengo ni la menor idea —respondí.

El gran comedor se llenó de aplausos ante aquella presentación y tomaron asiento en la mesa de Ravenclaw

Pronto todo quedo en silencio nuevamente para ver a los alumnos y alumnas de Durmstrang entrar.

Su presentación fue un tanto más ruda a diferencia de la de Beauxbatons que fue más delicada. Estoy segura de que Rachel está mordiendo su lengua para no soltar grititos al ver a Viktor Krum entrar.

—¿Te imaginas si hubiese entrado a Durmstrang? Tendría ese horrible corte de cabello —menciono Luke un tanto horrorizado.

Procuramos no reír al ver como tomaban asiento en la mesa de Slytherin.

—¡Bienvenidos, bienvenidos sean todos y todas! —exclamó nuestro anciano director con una enorme sonrisa—. Vaya entrada que han tenido ambas escuelas, pero nosotros también tenemos una bienvenida para ustedes.

Mire un tanto confundida a mis amigos.

—Ay no puede ser —susurró Rachel.

—¡De pie por favor! —ordenó Dumbledore.

Me puse de pie y pronto música comenzó a sonar.

—No —pidio Luke con una mueca.

El himno de Hogwarts comenzó a sonar, con distinto ritmo y velocidad.

Me negaba a cantar, me gusta cantar a pesar de no ser muy buena, pero me negaba a cantar esa boba canción.

Me cruce de brazos, Thomas esta cabizbajo y Rachel está cubriendo sus oídos.

Al terminar, solo quedaron dos personas cantando y fueron los gemelos que extendieron sus brazos al cantar la nota final más larga, muchos comenzaron a reír, negué lentamente rodando los ojos.

—¡Maravilloso! Pero estoy segura de que todos están hambrientos, así que, ¡a comer!

Suspire cuando el gran banquete apareció y no dude en tomar el puré de papa para servirme.

—No puedo creer que este a tan solo unos cortos metros de Viktor Krum —chillo en un susurro Rach.

Rodé los ojos y tomé una empanada para darle una mordida.

—No es la gran cosa —comento Thomas—, soy fanático de quidditch y lo saben, pero... no es como si se tratase de Meaghan McCormack la guardiana de los Pride of Portree —Luke apunto a Thomas.

—Estoy de acuerdo con Tom, ella es muy buena —asintió.

—No tanto como Krum —Luke hizo una mueca ante la respuesta de Rach.

—Podemos no hablar de quidditch y no ser tan obvios —les recordé y señalé de una forma discreta al chico—. Él está a tan solo cinco metros de donde nos encontramos.

—Cissy tiene razón —me dijo Thomas.

Sin más, la cena continuo tranquila, uno que otro búlgaro nos pedía alguna de la comida que teníamos frente a nosotros o nos preguntaban qué es lo que era.

Hasta que por fin el momento más esperado llego: el torneo de los tres magos.

Para eso, Dumbledore pidió la presencia de Barty Crouch y Ludo Bagman, a quien todos le aplaudieron con emoción tratándose de un ex jugador de quidditch.

Dumbledore hizo aparecer en el pódium una caja con piedras incrustadas, hermosas sin duda alguna, no preste demasiada atención a lo que dijo por tratar de adivinar lo que esconde esa caja.

Aunque claro preste atención en algunas palabras como pruebas, muerte, cuidado, premio, supongo que se refiere a lo que va a tratar el torneo.

Ah, claro, abuchearon a Crouch quien les recordó que solo los mayores de 17 años podían participar.

Fue divertido.

Cuando entonces, Dumbledore destapo la caja mostrando un hermoso y gran cáliz, El Cáliz de Fuego. Quienes quieran participar deberán arrojar un papel escrito con su nombre y El Cáliz dará a conocer a los campeones de cada casa. Claro que estará hechizado para rechazar aquellos que no tiene 17 años, aparte no creo que sea tan fácil burlar al anciano director.

Sin más, la cena se dio por terminada.

—Si antes tenía ganas de participar, ahora quiero en realidad ganar y ser campeón —comento Thomas con emoción.

—También yo —asintió Luke quien casi brinca de la emoción.

—Me sigue pareciendo una tontería —alce los hombros restándole importancia—. Aunque una muy buena forma de entretenernos, algo así como cuando los romanos entretenían a su pueblo en el coliseo —mis amigos me miraron confundidos—, lo leí en un libro —murmuré— como sea, ¿a qué hora pondrán su nombre? —cambie rápidamente de tema y ambos se miraron.

—Mañana —dijo Luke, Tom asintió.

—Si, después del desayuno o quizá a la hora de comer —Tom levanto los hombros restándole importancia.


George

Fred y yo estamos emocionados, Dumbledore explico en la cena como estará la cosa para el Torneo de los Tres Magos, y sin duda alguna Fred y yo queremos entrar. ¡El premio son 1.000 galeones! Con ese dinero abriríamos nuestra tienda de bromas y dejaríamos la escuela.

Aunque claro, primero tenemos que burlar a Dumbledore y no creo que eso sea nada fácil.

—¡Lo tengo! —exclamó Fred, lo mire viendo como tiene el libro de pociones en su mano, parece emocionado.

—¿Qué es? —pregunte alzando la cabeza.

—Poción envejecedora —ambos sonreímos.

—A trabajar, para mañana tiene que estar lista.

Sin más, nos fuimos al salón de pociones para pedir prestados los ingredientes y regresamos a la habitación para ponernos a trabajar.

𝐍𝐨 𝐌𝐞 𝐃𝐞𝐜𝐞𝐩𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 (g. weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora