𝐍𝐨 𝐌𝐞 𝐃𝐞𝐜𝐞𝐩𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 (g. weasley)

13. Duelo

Lynx.

George acaricia mi cabello mientras me encuentro recostada en su pecho, ambos mirando el hermoso paisaje que podemos apreciar desde la torre de astronomía.

—Oye princesa —miré a George alzando mi cabeza y me acomodé un poco—. ¿Irás al duelo de la noche? —sonreí ante esa pregunta.

—Claro George, siempre cumplo lo que digo —aseguré abrazándome con fuerza de su brazo—. Antes de iniciar le daré la oportunidad de que se vaya —mire su mano y deposite un tierno beso, después mire a George quien me mira sonriendo.

—Me encanta tu confianza y me encantas tú —comencé a reír por eso y bese otra vez su mano.

—Y a mí me encantas tú —di un pequeño toque en su nariz haciendo que la arrugara y ambos sonreímos—. Me gusta mucho estar así contigo —confesé poniendo mi mano en su pecho, su corazón late realmente rápido.

—A mí también —admitió, acaricio mi cabello y suspiro—. Me relaja bastante y me vuelves loco —me acerque a George para darle un corto beso, mordí su labio antes de separarnos y sonreí un poco.

—No quiero irme —susurré abrazándolo y escondiendo mi rostro en su cuello.

—No te vayas, tenemos todo el día —dijo sobre mi oído.

Bese su cuello y sentí su piel erizarse—. Pero quiero un sandiwch porque tengo hambre —George comenzó a reír, bese nuevamente su cuello y se inclinó un poco.

—No hagas eso —pidió algo sonrojado, comencé a reír y acaricie su cabello sonriendo.

—¿Qué? ¿Esto? —bese nuevamente su cuello y comencé a reír al verlo encorvarse.

—No empieces, Malfoy —pidió mirándome con una sonrisilla coqueta, mordí mi labio procurando no reír pero fue imposible.

—Lo siento, es solo que... me gusta tu cuello —confesé.

—Si bueno, lo aprecio, a mí también me gusta mi cuello eh, pero mira, a mí me gusta tu cara y no te estoy besando la cara —lo mire sorprendido.

—Por qué no quieres —le respondí cruzándome de brazos.

—¿Ah sí? —George me tomo de las mejillas y comenzó a besar todo mi rostro, desde frente, nariz, barbilla, mejillas, labios, y lo hacía repetitivamente, besos cortos y rápidos.

Me fue imposible no comenzar a reír y termine acostándome en el piso, con George encima de mí besando todo mi rostro.

—George, ¡para! —pedí riendo, George se separó un poco pero beso mis labios con lentitud.

—Eso me gustó mucho —confesó el pelirrojo.

—¿Sí? —él asintió lentamente—. A mí también —acaricie su mejilla sonriendo y le di un corto beso—. Me gustas mucho —las mejillas de George se pusieron rojitas, haciéndolo ver tan tierno.

—Hum, hum —ambos nos sentamos rápidamente un tanto asustados.

George suspiro al ver que se trataba de su gemelo.

—Siento arruinar su adorable momento —dijo caminando hacia nosotros, me abrace a mí misma y relamí mis labios cabizbaja—. Pero gemelo, llevo toda la tarde buscándote porque tenemos algo que hacer —George abrió los ojos y asintió lentamente.

—Cierto, perdón Fred, se me paso el tiempo muy rápido —admitió un poco apenado con su hermano.

—Sí, no me digas —ironizó Fred.

Me hinque y mire a George que se paró para ver a su gemelo y luego a mí.

—Supongo que te veré luego —asentí sonriendo y se inclinó tomando mi barbilla para besarme—. Te quiero.