Lynx
El gran comedor se encuentra casi vacío de no ser por la mesa de Slytherin que es la única que tiene estudiantes, hay muy pocos estudiantes de Hufflepuff y Ravenclaw, en la mesa de Gryffindor sólo se encuentran los de alumnos de los tres primeros años. Miro a la profesora McGonagall que se ve preocupada y bebo un poco de jugo de calabaza.
—Profesora, ¿podría hablar con usted antes de ir a dormir? —McGonagall asintió.
—Por supuesto, Lynx.
El resto de la cena continuó tranquila, hay mortífagos en las entradas, uno de ellos Brantley, que no ha dejado de mirarme mientras ceno. Para evitarlo, salgo por la sala de profesores y sigo mi camino a la torre donde se encuentran las habitaciones de los maestros. McGonagall me espera impaciente fuera de su habitación.
—Pasa, cariño, no es seguro hablar aquí —susurra mirando a todos lados.
Su habitación es muy amplia y limpia, todo está ordenado y tiene un gran librero frente a una mesa.
—Toma asiento, ¿quieres un té? —negué lentamente—. ¿Qué ocurre?
—Yo... la verdad no sé por qué le he pedido que hablemos, pero, supongo que está consciente del trato a los alumnos de las demás casas que no son Slytherin, ¿cierto? —ella asintió, su rostro afligido se ve iluminado por las velas.
—Sí, lo sé.
—¿Ha intentado hablar con Snape? —ella asintió.
—Snape recibe órdenes de Quien-Tú-Sabes —mire a McGonagall quien tomo su taza preocupada—. Son los hijos de muggles los que más me preocupan —admitió—. Es que, ¿cómo es que no entiende? Que la magia aparece en las personas que llegaron a tener antecedentes magos o brujas, y en otras ocasiones, así es como la vida lo desea —suspiro frustrada y tomé su brazo.
—Descuide, profesora —murmuré—. Mientras esté aquí procuraré encargarme de los castigos que tomen los Carrow, así hemos quedado Snape y yo —ella asintió.
—Es bueno verte aquí, Lynx y saber que estás a salvo —yo sonreí un poco—. Por favor, ayúdame a proteger a mis estudiantes.
—Por supuesto que lo haré, profesora, se lo prometo.
...
Miro el sol brillante que atraviesa los grandes ventanales del castillo, recuerdo a los gemelos haciendo bromas en estos pasillos y sonrió un poco, ¿cómo es posible que este lugar haya cambiado tanto?
Sigo en mi camino a la cocina, digamos que los platillos han cambiado bastante y me quedo con hambre porque me he acostumbrado a comer muy bien, pero al llegar al retrato de frutar, un niño de tercero de Gryffindor hacer un sonido cual pájaro.
—¿Qué está pasando ahí adentro? —al ingresar a la cocina, encuentro a Longbottom, Weasley y Finningan tomando comida, los mire confundida y entre los tres se miraron—. ¿A dónde van con toda esa comida?
Ellos pueden alimentar a todo Hogsmeade con lo que llevan.
—A... a ningún lado —respondió Seamus.
—Sí, se nota —irónica, me crucé de brazos y toda la comida voló a la mesa—. Esto es demasiado, en serio, ¿a dónde lo llevan?
—No te incumbe, Malfoy —bufó molesta Ginny.
Respire profundo y los mire—. Sé que los Gryffindor no han ido a cenar, así que si iban a llevar esta comida a sus compañeros simplemente podían decirlo y ya —los tres se miraron un poco confundidos—. Ya les había dicho, les ayudaré —murmuré.
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𝐍𝐨 𝐌𝐞 𝐃𝐞𝐜𝐞𝐩𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 (g. weasley)
Fanfic"Eres la primera mujer Malfoy en generaciones, porta tu apellido con orgullo y no me decepciones." Esas fueron las palabras Lucius Malfoy (mi padre) me dijo en la estación de King's Cross, tras ir a cursar mi primer año, y en ese momento me dije a m...