8. Tedioso

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Derek

Es muy cansado ser el mejor en todo, lo admito, sobre todo cuando vives en una familia como la mía. Desde que mi padre comenzó esta alianza con los negocios, ha mantenido en un perfil alto el apellido de la familia. Se hizo dueño de una franquicia de restaurantes y bares cuando ganó la oportunidad de ser propietario de uno, claro, con la herencia de mi difunto abuelo ayudándole. Después mi mamá ascendiendo en su puesto, convirtiéndose Jefa del Departamento de Educación Pública y próximamente haciendo campaña para volverse Senadora en sus planes a futuro.
Es difícil ser un Martins, cuando tienes a Roger y Gina Martins como padres.
A pesar de eso siempre intento destacar para que algún día me convierta en la mejor versión de mí mismo, o al menos la mejor para mi familia. Luego están mis hermanos, a quiénes no he visto en bastante tiempo y no quiero saber nada de ellos por ahora, pero espero algún día ser inclusive mejor que aquellos imbéciles.

Por ahora soy el único que vive en esta casa tan grande, mi padre me compró un auto usado porque es lo mínimo que debe gastar en mí; eso evita su responsabilidad como padre, sólo da dinero y nunca atención. Mi madre por otra parte, su campaña por el senado la consumió tiempo completo, nunca viene a casa...bueno, de vez en cuando, pero siempre estoy solo.
Es bueno estar solo, ayuda con los pensamientos y para emborracharte todo el día. Recuerdo haber traído un montón de chicas del instituto, incluso de otros, ¡alabado sea el internet!
Por otra parte, me siento muy solitario...demasiado. Puede que tenga un millón de chicas, pero ninguna se queda. Todas se van...sí, al final de la noche porque deben ir con sus familias y abandonan todo este cuerpo hermoso.
No las culpo, yo también lo haría.
Antes no era así, desde que murió el abuelo Jeremías me he sentido fatal. Mi madre nunca habla de su propio padre, al menos tenemos eso en común. Lo extraño. Extraño cuando iba a acompañarlo al hospital y me contaba historias sobre cómo enamoró a la abuela; extraño esas veces en las que todavía no se enfermaba cuando era pequeño y me llevaba al parque, o por un helado, o por una cerveza de raíz; cuando me hacía reír al hacer su lengua como taquito. Era genial y yo nunca pude hacerlo.
Lo extraño.
Era el único que me comprendía en esta familia.
No tenía que ser perfecto para él, yo ya lo era, con todo e imperfecciones.

Es por eso que al llegar a mi supuesto hogar me siento vacío, quizá por eso no siento ningún remordimiento después de todo lo que pasó este día tan loco. Quizá por eso odio a ese chico idiota, Isaak, por ser tan perfecto.
Pero no quiero hacerme sentir mal, necesitaba comer algo antes. Compré una hamburguesa en el restaurante rival de mi papá, y la llevé a casa, no me gusta comer a solas en lugares públicos. Finalmente disfruté de mi cena, encendí la televisión y eché una siesta tranquila.
Cuando desperté eran las 7 pm y mi mamá aún no llegaba, por lo que opté en llamarle a mi vecina Jaqueline.

— ¿Qué quieres, basura? – respondió.

— Que me chupes la verga, zorra.

— Ni con todo el dinero del mundo y supongo que es lo que tienes en tu colchón o en tu cerdo de alcancía – suspira porque viene un insulto – a menos que seas tu propio cochinito y te lo metas por tu agujero todo tu dinero... - Sí, ahí está.

— Quisieras verme haciendo eso – respondo sarcástico.

— Por supuesto que sí, recuerdo una vez que te metí el meñique y me gritaste – apuesto que se mira el dedo meñique.

— Ya sabes que no fue porque me molestara, sino por tu horrible manicura – se burló tontamente.

— ¡Yaps! Eres un cerdo, mi manicura es perfecta – exclamó.

— Señorita...mi orden – se escuchó al fondo.

— ¡YA LE DIJE QUE ESPERE! – gritó ensordeciéndome por unos instantes.

— ¿Qué estás haciendo? – pregunté.

— Trabajando, obviamente – contestó ella – No todos tenemos papis ricos que dan dinero siempre y no te dicen: "Debes ganar tu puto dinero Jaqueline porque no habrá más" – adjudicó valiente.

— Perdona, ya te dije que te iba a dar dinero yo.

— No soy una ramera. Al menos no para Derek Martins.

— ¡SEÑORITA! – gritó el señor al fondo.

— ¡ESPERE, MIERDA! – rezongona como siempre – No, mi papá tiene razón, debo ganar mi dinero por mi cuenta. Es así como uno se vuelve mejor o una mierda así...

— ¡Vaya! Jaqueline Díaz dándole la razón a su padre. Imposible – me bufé.

— Cállate, idiota.

— ¡QUIERO HABLAR CON SU GERENTE! – gritó el señor más furioso.

— ¡YO SOY LA GERENTE, IDIOTA! – exclamó – Debo irme, Derek, antes de que se entere el verdadero gerente. ¡YA ESTÁ SU ORDEN! ¿FELIZ? – colgó de súbito.

Extraño a Jaqueline, éramos tan amigos y tan sexuales el uno con el otro, hasta que decidió que su novio universitario era el amor de su vida. Qué asco con el amor.
Pero de pronto se me ocurrió algo...pervertido.
Tomé mi celular nuevamente y puse en el buscador XVID30S.com, era hora de una paja. Puse una porno hetero, pero no me excitó mucho. Es lo mismo de siempre, pechos y gemidos exagerados, así que usualmente pongo caseros, pero nada me convenció, sólo puse un vídeo al azar y bajé mi bragueta. Mi pene no es colosal, pero sí mide 19 cm y con un grosor considerablemente, me gusta como se ve en mis manos grandes. Comencé despacio, arriba y abajo, un poco de presión también ayuda. Los gemidos exagerados se hicieron presentes y después yo estaba cerrando los ojos pensando en Jaqueline me puse más duro. Los gemidos se volvieron más aturdidores, me puso más cachonda y con mi polla dura, mi mano frotó suavemente mis pezones. Finalmente sentí ese pequeño mini orgasmo y comencé a cerrar mis ojos, volví a mi miembro y masajeé más rápido.
¡Uf!
Recordé muchas cosas, sobre todo cogidas excelente que tuve, pero luego vino a mi mente la imagen de Isaak poniéndose la ropa, empecé a fantasear lo que el Sr. Landon le hizo a ese cuerpecito, eras nalguitas tan bonitas que tenía, de seguro las azotó y les dio unas buenas mordidas, ¡me encanta! De seguro se lo hizo en el escritorio y luego en los asientos, de seguro tomó su cadera y se le dejó meter toda, hasta que finalmente Isaak rogó por más.
Abrí los ojos en súbito.
Pero al mismo tiempo me vine a chorros, 4 chorros de semen blanco.
¡Mierda!
¿Por qué fantaseé con ese imbécil?
Me limpié al baño, me metí a bañar y nuevamente no podía quitarme en la mente a Isaak. ¿Por qué? Es un idiota, fue un completo imbécil cuando estaba con Lisa y nunca me dejó a solas con ella. Lo odio.
Es por eso que jamás sentiré remordimiento, le haré pasar un infierno con su estúpido secretito.

— Cariño, llegué – se escuchó mi mamá, mientras yo me ponía un short y una camisa sin mangas para dormir. Bajé a saludarla, pero ahora estaba preparando café y esperando una llamada.

— Hola.

— Perdón por retrasarme, una serie de departamentos se quemó en la colonia Asta Norte – empezó a divagar – Ya sabes, debía ponerme al tanto para la campaña. Así que hice un comunicado de que les ayudaría a esos pobres de alguna forma...

— ¿Y cómo planeas hacerlo? – pregunté – Les regalarás dinero.

— Ay, cariño, obviamente no. Debe haber algo que no me quite mucho dinero...

— Ya encontraras la forma de convencer a esos pobres – dije lo que quería escuchar.

— Pobre gente. Pero es una buena forma para ganar votantes – contestó y sonó el teléfono – debo atender, hijo. Ahí está la cena...

— Yo ya...cené... - probablemente ni me escuchó. Esa fue la única interacción que tuve con mi madre en la noche. – A la mierda – tomé la bolsa grasosa con una quesadilla y la subí a mi cuarto. Debía descansar, mañana será mi fiesta y a mi madre ni siquiera le importó en lo absoluto... Mierda.
Odio mi vida.

Abracé al Sr. Oso, un peluche que mi abuelo me había regalado. Lo extraño, extraño a la gente linda que me quería. ¿Por qué todos se van de mi vista?
Y finalmente, cerré los ojos.
Estoy tan cansado.
Vivir mi vida es horrible y todo es tan tedioso. 

¡PATÁN! [BL] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora