17. Tú te lo buscaste

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Isaak

Había algo en Derek que me causaba una intriga inmensa. Era como una especie de placer verlo en realidad, a pesar de su actitud infantil, tenía una belleza masculina tan tentadora. Su nariz era de porte griego, su sonrisa tan seductora y que hacían mis piernas temblar; tenía una barba que apenas comenzaba a crecer, que cubrían esos labios algo pequeños pero gruesos; su cabello castaño al igual que sus ojos, al reflejar el sol parecía brillar como si fuese oro. Derek Martins es un sueño de hombre, desde su masculinidad hasta su belleza genética, su fuerza figurada en sus grandes músculos; esos pectorales enormes que ajustan a su espalda amplia, lo hace ver grande e imponente, robusto y rudo.
Finalmente no puedo dejar de verlo en la cocina, mientras escucha música en sus audífonos y trata de alcanzarse un punto en su espalda donde le da picazón. Se asoma su ombligo cubierto de un vello ligero, el camino glorioso y prometido; también forzando cierta tensión en su brazo enorme, se siente como ver porno todo el día, pero mejor.

— ¿Qué me miras, fenómeno? – me dijo interrumpiendo mis pensamientos morbosos.

— ¿Sobre qué?

— Me miras fijamente como si tuviera una herida en mi cabeza – señaló mi venda por el golpe del balón.

— Es que estoy viendo el horrible moco que se asoma y trato de averiguar si no es tu cerebro que se trata de escapar de tu cuerpo – le respondí groseramente. Y cuando dije moco, lo primero que hizo fue agarrar la cuchara intentando alcanzar y eliminar su secreción mucosa.

— Qué simpático me salió el inquilino – bromeó irónicamente y siguió devorando la comida que nos había hecho su madre antes de irse. Bueno, que le ordenó a la cocinera que hiciera.

Ambos nos encontrábamos solos, yo comía mientras hacía tarea y él sólo tonteaba e ignoraba las asignaturas de la escuela. Estudiar en la Preparatoria Prufrock era algo difícil para alguien que mantiene una beca como yo, sin ella yo no podría pagar mis estudios; pero para Derek, siendo algo así como un atleta potencial en fútbol, voleibol y básquet, además de rico, era una proeza que sacará 6 en todas sus materias. Espero que algún día esa suerte de ser el deportista perfecto se le acabe, para que se esfuerce como todos los demás en la escuela.

Terminando de comer me miró con intriga y con un bostezo gigante anunció que se iba ir a dormir. Me sentí un poco asustado porque significa que estaría en su gran mansión solito y es algo que no quería tener ahora. Así que al ver mi rostro se acercó a mí con inquietud.

— ¿Qué te pasa? – me dice él con voz seria – ¿Acaso el golpe de dio una nueva personalidad?

— No es gracioso, Derek, pude haber muerto – le dije contundente aunque sabía que probablemente no era cierto lo que decía.

— Exageras – tenía razón.

— No es verdad – mentí y fingí estar algo mareado y casi tropezarme. De respuesta tuve una risa burlona de Derek y lo miré con mucho enojo - ¿Puedes ayudarme?

— Podría, pero no sé si quiera – sonrió burlonamente y aun así todavía me asistió – Pareces muy desconcertado.

— Lo estoy – lo estaba, que sí.

— Quizá es porque no te he dado el famoso tour por mi casa, la primera vez que entraste fue en la fiesta y no la recorriste, al menos no hasta el fondo o el tercer piso – En realidad no, pero así al menos estaría conmigo un rato.

— Tienes razón – sonreí tiernamente y él me miró desconcertado.

— A menos que tengas tarea que hacer – me dijo convencido de burlarse de mí.

¡PATÁN! [BL] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora