Isaak
Mi papá siempre decía que los besos son lo más significativo. Él siempre veía un montón de películas viejas y muchas terminaban con un gran beso como una enorme demostración de amor. El final de Casablanca ese beso tan apasionado, recuerdo que lo veía llorar a mares cuando pasaba en la televisión. Ghost, el fantasma del amor cuando hacen alfarería era otro ejemplo. O bueno, incluso cuando veíamos la Dama y el Vagabundo, decía: "Siempre ten la certeza de un beso, Isaak. Los besos son cómo susurros al alma" y tal vez es por eso que casi nunca lo vi darle uno a mi madre.
No lo culpo, en mi vida jamás le di uno tampoco.Siguiendo con esa idea, los besos se han vuelto algo tan importante para los adolescentes de cualquier generación que incluso creamos un hito alrededor de eso. Jugamos con el azar y el amor y sólo utilizando una botella de por medio. Dando vueltas y vueltas. Dando besos o más cuando el pico se queda quieto. ¿Verdad y reto? ¿7 segundos en el paraíso? La botella dictó esa maldita manía por el destino y un contacto de labios. Porque si el azar decía que tú y tal persona debían compartir un beso, entonces era predestinado. Y de esa forma, cuando se trata de amor esperamos darle vuelta a la botella y esperar que se detenga en donde nuestro corazón desea ser correspondido. Un beso es el sello de ese pacto y entiendo yo, se volvió tan significativo como decía mi padre...
Es por eso que cuando vi a Isabela Rivera dándole un beso a mi novio de ese entonces, Derek Martins, despertó algo en mí que hace tiempo no reconocía. Una profunda tristeza me invadió. Una melancolía que estaba dormida en lo más profundo de mí, en una sección tan vieja y tan solitaria como la de un pequeño niño dejado a su suerte con una madre cruel y horrible. Esa clase de melancolía, llamada desilusión.
Voy a ser un poco más honesto ahora.
Derek Martins era mi hombre ideal, pero nunca fue el único chico en mi vida, pero nadie me había movido tanto de arriba para abajo. En mi vida existieron chicos que me ayudaron a reconocer quien era, qué me gustaba y que no. Pese a eso, por alguna extraña razón seguía recayendo en el colchón de Derek Martins. Al principio como un admirador secreto, oculto en las sombras y ahora como su pareja formal. Entonces, no me dejarán mentir, pero verlo besando a otra chica frente a la población escolar, me redujo. Sí. Básicamente a Isaak Rossitier le habían hecho un cuc, y lo estaba permitiendo.
Luego de eso, tal vez hubiera hecho una rabieta enorme, pero fui interrumpido por una causa de fuerza mayor:— ¡Persecución zombie!
— ¡Corran por sus vidas!
Y ahí estaba yo, paralizado por la escena frente a mí. A la par un montón de adolescente corrían de otros adolescentes disfrazados grotescamente como zombies. Muchos evitaban ser manchados de sangre falsa y babas, pero yo me quedé inmóvil sin saber qué hacer. De un momento a otro, tropecé al ser empujado por la manada despavorida. Uno de los zombies disfrazado, me gruñó de una manera tan horripilante que los extras de The Walking Dead quedan despedidos.
— ¡Cerebroooo!
— Ojalá me comieras el corazón en estos momentos – contesté al pobre chico vestido de zombie.
— Oye, amigo, es una persecución zombie. O huyes despavorido, o te vas al diablo... ¡CEREBROOOOO!
Chico con látex líquido en la cara y sangre falsa de ese día, gracias por el consejo, pero yo ya me sentía en el mismísimo infierno...
Eulalia
Tengo una pregunta gigante para todos los que leen esta historia, ¿les encanta el Halloween?
Bueno, a mí en lo personal me encanta, me fascina, si la temporada de Halloween fuera una persona, yo obviamente me casaría con ésta. ¡Ay! Estoy muy emocionada porque al fin puedo hablar con ustedes fuera de diálogos insulsos y aburridas apariciones. Sabrán que soy nueva y esperaba con mucha ansía el poder estar narrando mi historia.
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¡PATÁN! [BL] +18
Fiksi Remaja- Tú te buscaste esto... - dijo agresivamente, pero no equivocado. Yo me había buscado esto. Era cierto, pero no fue con intención. Ahora era el esclavo personal del chico más idiota y patán de la escuela, todo por una indiscreción mía. Proteger a...