Cap 31: Un dia en el zoo

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“Narra Carlos”

Despierto. Algunos rayos de Sol se cuelan por las rendijas de las persianas e iluminan la habitación. Vagamente, giro la cabeza haciendo un ligero reconocimiento de la estancia. A mi lado, Marta duerme plácidamente. Está de espaldas a mí. Su espalda desnuda trae mi mente recuerdos de la noche anterior. Me hace sonreír. No tengo palabras. Nunca pensé que podría sentir algo así por una chica. Inconscientemente, mi mano vaga hasta su cintura. Es suave… y delicada. Su respiración pesada se entrecorta, y temo haberla despertado. Mis temores se confirman cuando mueve la cabeza un poco. Lleva su mano a la cintura y la posa sobre la mía. Su mano, cálida. Nuestras manos, entrelazadas. Gira la cabeza totalmente y me observa. Sonríe. Una sonrisa tímida. Y gira su cuerpo entero.

MAR: Buenos días – dice sonriéndome.

Mi mano vuelve a colocarse sobre su cintura, y la atraigo hacia mí. Así de cerca la quiero siempre.

CAR: Buenos días.

Se ríe. Su risa delicada. Su perfecta risa. Apoya la cara sobre sus manos cual ángel. Es tan adorable… Le acaricio el pelo y atraigo sus labios a los míos. No duda ni un instante, y me besa. A conciencia, nos separamos. Es mejor no dejarnos llevar a estas horas. Que no sé la hora que es, pero es mejor no hacerlo.

MAR: ¿Qué hora es? – vuelve a apoyar la cara en sus manos.

¿Tiene telepatía? Cojo el móvil y lo miro.

CAR: Las diez – tengo varios WhatsApp.

Los miro. Uno de ellos es de Dani.

D: Carlos, he visto que estás en línea. Abre la puerta.

Me han pillado. Río interiormente.

C: Hola, has WhatsAppeado al número XXXXXXXXX. En estos momentos está apagado, fuera de cobertura o no tiene ganas de contestar. Deje su mensaje y después verá que hace con él.

Otro de los WhatsApp es de Magi, en este caso una notificación.

Mañana libre para todos. A las 5 tenéis la prueba de sonido en (dirección). ¡No lleguéis tarde o moriréis entre terrible sufrimiento!

Magi… En fin, mañana libre.

CAR: Marta – murmuro mirándola.

Ha cerrado los ojos, y por un momento pienso que se ha vuelto a dormir. Pero los abre, y me mira.

CAR: Tenemos la mañana libre.

Sonríe y asiente. Se levanta y me da la espalda, sentándose sobre el borde de la cama. Busca debajo de la cama.

MAR: ¿Dónde has puesto mi sujetador? – me pregunta.

CAR: Por allí lo dejé – me levanto yo también -. Creo.

MAR: ¿Crees? No me he traído otro.

CAR: Pues no te lo pongas. No pienso salir del hotel. Hoy relax.

MAR: ¿Estás cansado? – me sonríe poniéndose la camiseta.

CAR: No – contesto poniéndome los bóxers.

MAR: Vale… ¿Qué vas a hacer hoy, entonces?

CAR: Vamos – sonríe ante la corrección – a quedarnos aquí.

MAR: Tania no me dejará.

CAR: Pues te secuestro.

MAR: ¿Toda la mañana?

Mil montañas por escalarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora