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Quiero estar tranquilo, una vida de felicidad, una donde puedo ser lo que yo quiera ser, donde pueda estar con quien quiera sin temer, donde pueda amar sin límites ni apellidos.

Quiero estar tranquilo, una vida de felicidad, una donde puedo ser lo que yo quiera ser, donde pueda estar con quien quiera sin temer, donde pueda amar sin límites ni apellidos

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Sus ojos cerrados, su pecho subiendo y bajando, su rostro golpeado, cubierto de sangre, el dolor que tuvo que haber pasado el pelinegro no era del gusto del pelivino, sentado en una silla al lado de la cama donde se encontraba Hoseok, inclinado hacia delante con sus propias manos entrelazadas, respirando un poco agitado, sus ropajes también tenían sangre, no tanto como Hoseok pero si tenía. Miró hacia la pequeña mesa de noche a su lado derecho donde yacía el objeto usado cuando disparó sin piedad al padre de Hoseok, nunca la había usado, nunca se vio en la necesidad de usarla. ¿Era un asesino? ¿Un criminal? Claramente pero sentía que a como lo habían tratado la madre y la hermana de Hoseok, no terminaría como cualquiera criminal.

Su respiración cada vez se hacía más agitada, se sentia abrumado, frustrado, ansioso, pasando una de sus manos por su cabello desordenandolo sin importancia alguna, se mordió con fuerza el labio, miraba de vez en cuando el arma, los pensamientos estaban vigentes pero por otro lado el cuidar de Hoseok en ese momento también era esencial, quería terminar con todo en ese momento, pero no podía, no aún.

Un quejido, eso lo hizo levantar la cabeza mirar con rápidez al menor quien comenzaba a abrir sus ojos con lentitud, mirando primeramente a Yoongi no queriendo quitar su mirada, sonrió con debilidad, moviendo su mano hacia el mayor queriendo tocarlo, sentirlo.


-Yoonie.-dijo débilmente aún con la sonrisa en su rostro.


Yoongi se mantuvo en silencio, se levantó con rápidez confundiendo al menor, saliendo de la habitación. El poco ánimo que había obtenido tan sólo despertar se había ido al ver a Yoongi salir del lugar, talvez no quería verlo, talvez lo odiaba por no decirle que iría con sus padres o por encontrarlo en dicho lugar siendo presente en su acto de violencia hacia su padre. Se levantó lentamente y con cuidado quedando sentado en la cama mirando hacia abajo, sus ropajes llenos de su sangre con violencia, manchas grades, oscuras de rojo y negro, el olor a hierro inundaba sus fosas nasales con desagrado, recordando todo lo que su padre hizo y dijo, doliendole de una manera interna donde así esconderia nuevamente su dolor. La figura de Yoongi volvió a entrar a la habitación está vez con unas toallas y un bote de agua además de algunos vendajes, la sonrisa volvió a su rostro, sus ánimos volvieron a subir, miró como Yoongi pasaba con cuidado una de las toallas ya mojadas por su rostro, limpiado todo rastro de sangre en total silencio, la mirada de Hoseok fija en Yoongi, apresiandolo, contemplandolo, amandolo.

Levantó una de sus manos colocandola en la mejilla de Yoongi con suavidad, haciendo que este le mirase confundido de su acción.


-Hoseok, estoy limpiando porfavor...-dijo Yoongi.

-Gracias Yoonie.-sonrió.


Yoongi se detuvo por unos segundos, sus palabras, su sonrisa, su tacto suave, Jung Hoseok era un ángel que no merecía la vida que estaba teniendo, nisiquiera a él. Sacudió la cabeza olvidando todo pensamiento, limpiado en su totalidad el rostro de Hoseok junto con el cuello, colocando una pequeña venta sobre el labio inferior de Hoseok el cual se hallaba roto para luego empujarlo con cuidado hacia hacia recostandolo nuevamente.

«Notice Me, Hyung» [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora