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Si quieres estar ahí, entonces yo también.

Sus primeros días de trabajo se habían sentido algo cansados pero nada fuera de lo normal, si tenía aquella presión de su padre encima más no era algo que le afectará tanto pues siempre sin falta después del trabajo -que no era mucho tiempo- iba e...

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Sus primeros días de trabajo se habían sentido algo cansados pero nada fuera de lo normal, si tenía aquella presión de su padre encima más no era algo que le afectará tanto pues siempre sin falta después del trabajo -que no era mucho tiempo- iba en busca de aquella persona que tanto adoraba, no empezó con el trabajo que le daría su carrera si no que con un trabajo que no tenía mucho que ver con ella, un trabajo pequeño del cual no se ganaba mucho pero sí lo suficiente como para seguir y ayudar con la carrera y varias cosas más. Admitía que no era algo que su padre aceptará pues este prefería que desde un principio trabajará con lo que estudiará pero hasta cierto punto el menor había dejado de recibir apoyo en lo económico de su padre y no le pedía ayuda a su madre o hermana por el simple hecho de no querer molestarlas.

Por ende había conseguido un trabajo para ayudarse en la universidad y a su familia, entra más a su madre y hermana que para aquel entonces no vivía en la misma casa pero le gustaba ayudarla.

Aquel día de tranquilidad caminó hacia la casa de su mejor amigo y primer amor, era algo que no admitiria, al menos no frente a dicha persona. Desde un principio con ligeras palabras este le había dado ha entender que una relación le distraeria de sus estudios, además de no estar interesado en ese tipo de cosas así que al final el joven Hoseok decidió guardar aquel sentimiento así no molestaría a nadie, mucho menos a Yoongi.

Al llegar a dicha residencia tocó la puerta principal, algo nervioso pues a pesar de no demostrar su cariño más allá de la amistad hacia su hyung de igual manera no podía evitar no sentirse nervioso, esperó por un par de segundos el dueño de la casa siempre duraba en abrirle era algo normal puesto que no recibía muchas visitas por ende no tenía que atender a nadie. Al cabo de un rato la puerta se escuchó ser abierta y con ello paso a la vista del mayor.

Hoseok que segundos antes había tenido la mirada baja al fin decidió levantarla para poder mirar al mayor, toda aquella atmósfera de felicidad a su alrededor, aquella sonrisa que deseaba regalársela a su hyung, todo pensamiento lindo y planes para dicho día se esfumaron convirtiéndose abruptamente en oscuridad.

El rostro ensangrentado del mayor, sus labios rotos, ojos morados, ropa impregnada de sangre, brazos rayados por filosos cuchillos, estómago en el cual descansaba un cuchillo más grande que los de los brazos, en una de sus manos yacía un vaso de alcohol y en la otra un cigarro a medio acabar, se apoyaba débilmente en el marco de la puerta con una mirada oscura llena de desprecio hacia la vida.




-Vete de aquí mierda molesta.-habló.







La respiración de Hoseok se aceleró al despertar de aquel sueño que había tenido estando despierto, bajando la mirada mirando lo que yacía en sus manos, pensante en aquel momento en el que todo cambió para ambos, cuando se alejaron emocionalmente, cuando se dejaron de conocer y tan sólo existían peleas por estupideces, cuando por más que intentaba ayudar nada le salía bien, por más que demostraba lo que sentía era rechazado sin piedad alguna.

«Notice Me, Hyung» [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora