CAPÍTULO 22

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Sí que pasa volando el tiempo, aunque no se sintió de esa forma.

Apenas estamos terminando el primer trimestre. En estos momentos nos estamos preparando para dirigirnos a la ceremonia de clausura, y yo sigo sin hablar con Ryū como antes. Quiero decir, cruzamos las palabras justas y necesarias, pero nada más. Además, recientemente tuve otro sueño. Tengo que decírselo...

- Oye, Ryū... - él también se ve un poco incómodo.

- ¿Qué sucede? – su voz salió muy suave, y en sus ojos se veía un tanto de tristeza, como si previera lo que quiero decir.

- Estas últimas noches... tuve un sueño - no se ve sorprendido - creo que era Ryouichi san – ahora se ve preocupado - estaba muy enojado, también era reprendido por ello... - se puso blanco. Rayos - ¿Ryū?

- Chicos, escúchenme. Debemos ir hasta donde esté Ryou niisama. Es probable que se meta en un problema.

Todos nos dimos a su búsqueda, y en eso: "oye ¡detente!", y en un segundo, gritos simultáneos surgieron. Un profesor se estaba llevando a Ryouichi sempai, mientras otro estudiante estaba en el suelo con un notorio golpe en su rostro.

- Tenemos que ir con él.

- Esperen muchachos – Daichi Sensei – la ceremonia ya casi comienza, yo me encargaré de esto - pareciera que tiene experiencia en situaciones así. Aun así a Ryū no parece gustarle mucho la idea.

- Sensei, voy a llevarme a estos cuatro - ¿Sora sempai?

- Te los encargo – y se fue.

- Espera, sempai ¿Por qué no vas tú también? ¿Qué pasó? — Ryū... sempai está pálido, es como si quisiera llorar.

- Primero que nada, necesito que mantengas la calma, segundo, Ryou me lo pidió. Les explicaré el resto más tarde - va a ser una larga espera.

Ryū prácticamente salió corriendo al terminar, aunque Sora san esperó que nos reuniéramos los que faltaban para comenzar a hablar.

- Ryou golpeó a uno de nuestros compañeros – al parecer nadie se sorprende de esa parte – estaba insultando a Daichi Sensei a sus espaldas por el tema de su renuncia.

- ¿y por qué no ignorarlo?

- Se podría decir que está en su naturaleza. Ryū san podría confirmarlo – al voltearme nuestras miradas se encontraron, y la desvió. Asintió con la cabeza.

- Desde pequeños se ha enfrentado a aquellos que blasfemen a las personas importantes para él - y guardó silencio.

- Por el momento me dirigiré a la enfermería, ustedes pueden irse a casa. Todo estará bien, ¿sí? – así que está tratando de convencerlo. Al parecer funcionó.

La enfermería, la enfermería... Daichi Sensei acaba de salir.

- Sensei.

- Aún está adentro. Puedes pasar.

Como era costumbre, se encontraba sentado sobre una de las camillas, cabizbajo.

- En serio eres un gran idiota, Ryou – no hay respuesta - ¿estás bien? – más silencio. Quiero mirarlo a la cara - Ryou – me agacho un poco queriendo lograr mi cometido - ¿Ryou? – de la nada, tenía sus brazos rodeando mi abdomen.

- Sora – su voz es casi un susurro – quedémonos así unos minutos.

- De acuerdo.


Que aburrido. Por eso no me gustan las vacaciones, y los deberes no son suficientes para entretenerme.

- Ri chan, ¿y si ayudas en la tienda? Podrías aprovechar un poco el tiempo.

- Lo intenté, pero Hotaru san no me dejó hacerlo. Dijo algo acerca de que no desperdiciara mi juventud.

- Probablemente deberías hacerle caso.

Quizás lo piense más tarde, porque un mensaje acaba de interrumpirme. Es de Daichi Sensei.

- ¿Qué dice?

- Veamos: "buenas tardes, ¿cómo estás? Creí que podríamos reunirnos todos en mi departamento. ¿Qué te parece? ¿crees poder venir, Hikari san? – no hemos estado los siete desde el último día cuando ocurrió aquello.

- ¿Qué hacemos, Ri chan? – me he olvidado de Yori por un momento. Soy una pésima compañera.

- No hay razón para negarme, vamos Yori – entonces, "no hay problema". Enviado.

- Hotaru san, Yoshi san, voy a salir.

- Está bien, pero no llegues muy tarde. Yori chan, cuida de ella.

- Bien.

Las calles por aquí son realmente silenciosas, a pesar de que estamos libres,

Llegué. ¿Será muy temprano?

- Hikari san, ha sido tiempo sin verte.

- Lo mismo digo. ¿Y el resto?

- Aún no llegan. Pasa.

- Sí, con permiso.

Me senté donde habitualmente lo hago, él también, y queda justo en frente de mí. Perfecto para una conversación entre dos.

- ¿cómo se encuentra su salud?

- Igual que siempre. No siento molestias.

- Deme su mano – lo hizo sin replicarme o negarse – aún quedan poco menos de siete meses – incluso Yori tiene una mirada triste.

- Esa expresión no es solo por mí. También es por Ryou, ¿no? Y por otra persona que no voy a mencionar ahora – ha visto completamente a través de mí, creí ocultarlo bien en esta ocasión.

- Les voy a contar una historia a ambas.

- ¿Qué clase de historia?

- Más bien son cosas que pasaron con Ryou. Escucha con atención

- De acuerdo.

- Bien. Cuando entró a primer grado era incluso más problemático. Cada día estaba metido en un nuevo lío, aunque siempre fue clasificado como un actuar justo, por defender a las personas – ya veo – se la pasaba con Sora, y claro, más tarde me contaron que estaban juntos desde el último año de secundaria – ya serán unos cuatro años... - volviendo al tema, al ser el encargado de esa clase, pasé mucho tiempo con esos dos, llegando al nivel de confianza actual. Me dijo sobre la verdad de su mundo, las habilidades y su situación, en la que sus padres lo veían igual que una herramienta.

- Eso no es una sorpresa – levantó la mirada – casi todas esas familias son así.

- Así que es algo común – asentí – pero hubo un detalle que sigue llamando mi atención – se me acaba de erizar la piel – él dijo que alguien importante estaba mucho peor – no se refiere... - su primo menor, Ryū san.

- Diga... - me vi interrumpida por la abertura de la puerta.

- HIKARI, ¡juguemos!

- ¿Aoi? – por lo que alcancé a ver, llegaron todos juntos, y Sensei solo se está riendo.

- Te extrañé, a ti también Yori chan.

- Por favor, detente.

- ¿se puede saber para qué nos llamó exactamente, Sensei? - ¿Ryū está yendo al grano a la primera?

- Cierto. Verán, el otro día gané unas entradas para un parque de diversiones que abrirá en dos semanas. Pensaba llevarlos allí.

- ¿parque de diversiones? – dijimos todos.

Solo recuerdo que se armó un alboroto por la emoción, tanto que volaron un par de cosas. Dejando eso de lado, ¿Qué es lo que sabe este hombre sobre Ryū?

Unmei No Akai Ito No Densetsu No Haigo Ni Aru(Unmaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora