Prologo

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2020

(Horas antes.)


¡Me cago en todo!

No podía ser posible que no tuviera ni medía hora de haber llegado al aeropuerto de Munich y ya me habían robado la maleta en un momento que me distraje para ver donde era la salida del autobús que me llevaría a Rothenburg ob der Tauber, o Rotemburgo, que es más fácil de pronunciar.

Intente mantener la calma y hablar con un policía, pero a los minutos de poner una simple denuncia vi mi reloj de pulsera y me di cuenta que iba a perder el autobús.

¡A la mierda la maleta!

Corrí con solo mi bolso a la espalda hasta el autobús que estaba en la terminal cerca del aeropuerto. La mujer encargada de que todo estuviera bien, me miro de manera reprobatoria al ver mi cabello espelucado y mi respiración acelerada.

-¿Boleto?

La mire sin entender por un segundo y luego recordé que necesitaba entregarle mi boleto. Agradecí que lo llevara en el bolso, porque si lo hubiera guardado en la maleta estaría extremadamente jodida.

Después que ella vio que todo estaba bien conmigo y que no portaba algún arma o sustancia ilícita me dejo subir y fui hasta mi asiento, que gracias al cielo, daba a la ventana y no al pasillo. El problema fue el señor que me tocaba de compañero, hablaba hasta por los codos y se me insinuaba.

<<Definitivamente el universo me odia. >>

Tres horas y media después donde no pude dormir por miedo a que el señor me metiera mano y que se me pasara la estación, llegue a Rotemburgo. Era un pueblo pequeño al estilo colonial de Alemania y que aún estaba amurallado como en la edad media.

Era un lugar de ensueño y el hecho de que ya hubiera oscurecido y todo el lugar estuviera repleto de luces coloridas junto a su gente me agrado, no era un lugar como mi barrio en Caracas. Ahora entiendo porque mi bisabuela prefería vivir allí, en su tierra natal, que en Caracas, la tierra natal de mi familia por parte materna.

Sin realmente quererlo me entretuve mirando los comercios y transeúntes, oliendo la comida que salía de los restaurantes y admirando la arquitectura. Tome varias fotos del lugar y de mi misma hasta que mi estómago comenzó a rugir, me estaba muriendo de hambre.

Suspire y maldije a mis adentros. Tenía que esperar llegar a la casa donde mi abuela trabajaba para poder comer, ya que no tenía el dinero suficiente para comprar algo, solo tenía para el taxi.

Saque de mi bolso un papel donde había anotado la dirección y fui hacía un lugar de la calle para parar un taxi.

-Disculpe, ¿Puede llevarme a esta dirección?-dije en mi espantoso inglés que se notaba desde lejos mi acento. Le pase el papel y el conductor lo leyó, pero luego me miro con el ceño fruncido y me devolvió el papel con un gesto grosero.

-Ningún ser cuerdo te llevaría ahí. ¡Váyase a la mierda!

Abrí la boca por su lenguaje, pero no me deje. Así que le saque el dedo del medio y también lo mande a la mierda.

Minutos después ya había hablado con cinco taxis diferentes y todos tenían la misma reacción del primero. Eso me estaba desesperando y poniendo de mal humor, sobre todo porque tenía hambre y nadie me explicaba nada.

Llame a mi abuela cientos de veces, pero no me contesto y maldije. Así que le deje un mensaje de voz:-Abuela, es Agneta. Escucha, ya estoy en Rotemburgo, pero nadie quiere llevarme a
Höllenpforte. También lo busque por google maps para ver si podía ir caminando o pedir que me acerquen un poco más...pero no aparece el lugar. ¡No existe, según internet! ¡¿Puedes contestar el teléfono?! ¡Me estoy desesperando aquí!

En tus venas (Saga Paranormal #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora