Después de comprar todo de la lista y meterlo en mi bolso, como siempre, fui hasta una de las cafeterías que Jimin me había dicho que era segura para mí. Allí espere a Klaus. Llego minutos después con su ropa negra, mezcla de rockero y motero que le quedaba genial.
Pedimos cosas dulces para la merienda y sonreíamos entre nuestra charla amistosa.
—Sabes, no sé qué habré hecho bien, pero por fin salimos juntos a comer algo. —dijo comiendo un trozo de su torta de zanahoria.
Ladee la cabeza.
—Bueno...debíamos hacerlo, antes de que me fuera a Venezuela de nuevo. Te lo prometí una vez.
Klaus parpadeo un par de veces confundido.
—Espera, ¿eso significa que esta es tu manera de despedirte de mí? — dijo asombrado mientras yo asentía. — pero...pensé que habías dicho que aún faltaba tiempo.
—Sí, pero dije eso hace tres meses, Klaus. —dije jugando con una de las fresas que tenía mi pedazo de torta con el tenedor. —mañana se cumplen seis meses desde que llegue, así que debo irme.
Klaus pareció perdido, como si le hubiera dicho que iba llevarme a Alemania en un bolsillo, pero luego se recompuso y me sonrió.
—Bueno, pero ¿Seguiremos hablando, no? —asentí con otra sonrisa. —eso significa que seremos muy, muy buenos amigos. ¡Vamos a disfrutar el resto del día! Ya sabes, nuestro último día.
Asentí al instante. Le había pedido el día a mi abuela y a Jimin. Aunque a Jimin no le guste Klaus, me dio el permiso de trabajo y no dijo nada más...claro, él no tenía idea que Klaus me había invitado al club de demonios meses atrás, pero por obvias razones, esta vez iría solo a sitios que Jimin me había dicho que eran seguros. No era tan tonta.
Al atardecer Klaus me pidió ir a un club que nunca había escuchado, pero como Jimin no lo había puesto en la lista de sitios seguros decline la oferta, además debía volver antes del anochecer. Termine despidiéndome de él y volviendo al castillo.
Jimin me esperaba en su habitación mientras leía un libro.
— ¿Cómo te fue? —dijo sin apartar la vista del libro.
—Bien. —dije con una sonrisa. — fuimos a unas casas coloniales donde ponen música tradicional y solo sirven de aquella época, fue genial.
Lo escuche hacer un sonido con la garganta y sonreí mientras quedaba en ropa interior, la infantil de siempre, sentada sobre mis rodillas a su lado en la cama.
— ¿Celoso?
Jimin levanto la mirada de golpe.
— ¿Debería?
Solté una carcajada y negué con la cabeza.
—No, para nada. Solo te quiero a ti de esta forma. —le dije dándole un beso corto en los labios haciendo que él dejara el libro a un lado.
— ¿De qué forma? —dijo con una sonrisa mientras ponía su rostro cerca del mío y hacía que nuestras narices se rozaran. — ¿Me lo demuestras?
—Con gusto. —dije sentándome sobre él y comenzando a besarlo con cariño, mientras Jimin me abrazaba por la espalda y desabrochaba mi sostén.
.
.
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Cuando estuve de nuevo en mi habitación después del desayuno me fue inevitable no pensar en todas las cosas que había hecho allí. Había peleado con Pinky, mi abuela había sido honesta conmigo, había llorado y Jimin me había hecho el amor y hecho sonreír allí.
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En tus venas (Saga Paranormal #5)
FanficAgneta después de dejar la universidad por falta de dinero para poder pagarla, acepta una oferta de trabajo de su bisabuela en Alemania. El problema es que ella no sabe quién o qué es su jefe, y lo peor de todo es que ella termina locamente enamorad...