En tus venas (Saga Paranormal #5)

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¿Mi respuesta? Definitivamente si, estaba extremadamente feliz y jamás pensé que un hombre tan lindo y maravilloso como Jimin me querría y me propondría matrimonio.

Volvimos al castillo donde mi bisabuela y los demás estuvieron sorprendidos por verme allí de nuevo, pero no lucían molesto, de hecho todo lo contrario y más cuando Jimin anuncio nuestro compromiso. Jimin lucia extremadamente feliz, estaba sonriendo y sus ojos brillaban, algo extraño que lo hiciera con personas a su alrededor.

— ¡No! —grito de repente Rafael después de abrazarnos y felicitarnos, eso me descoloco al igual que a Jimin. — ¿Esto significa que perdí...otra vez?

—Sí, así que paga. —dijo Nimri estirando su mano hacía sus hermanos mayores, excepto a Lucas con el cual repartió el dinero.

Mire a Lucas con la ceja levantada y noto mi mirada. Se encogió de hombros.

—No pensé que fueran a dejar de verse, por eso aposte con que volverías o él iría a buscarte.

Eso hizo que nos riéramos por un largo rato, haciendo que Jimin tuviera un semblante distinto al igual que sus hermanos, como si lo que ellos necesitaron todo este tiempo fue sentirse en familia, una familia de verdad.

Mi bisabuela estaba muy emocionada y preparo una cena con nuestra ayuda para celebrar nuestro compromiso, aunque Jimin estuvo decidido y pidió que ni mi abuela ni yo nos vistiéramos como criadas de ahora en adelante, que ahora seriamos una familia. Lo que me daba más razones para estar más segura de mi suposición anterior. Sonreí.

Esa noche Jimin llevo mis cosas a su habitación y nos quedamos despiertos hasta la madrugada haciendo el amor y hablando de todo lo que queríamos y haríamos de ahora en adelante, aunque sabía que casarme con Jimin traería muchos inconvenientes y debíamos ser muy valientes

El primer inconveniente llego días después de que Jimin anunciara nuestro compromiso a su reino, los e-mail y cartas llegaron a montón, ninguno siendo de felicitaciones, pero Jimin no abrió ninguna después de ver que eran quejas y opiniones en contra de nuestro matrimonio.

— ¿Seguro que no quieres verlas? —le dije dudosa sentada en sus piernas mientras él tiraba las cartas al fuego de la chimenea nueva de su despacho.

No me quejaba, pero era extraño de su parte.

—Seguro. No quiero que me arruinen esto, eres lo más especial y bueno que me ha pasado en la vida como para dejar que las críticas lo ahoguen.

Sonreí y lo bese.

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Un matrimonio por la iglesia era algo que siempre me había imaginado desde que era niña, pero ahora que sabía quién era Dios y lo que hacía...no tenía muchas ganas de ofrecerle mi día especial. En cuanto al matrimonio por civil...era algo de mi mundo, de la tierra.

— ¿Cómo se casan en tu mundo? — le pregunte a Jimin que estaba bebiendo una copa de mi sangre mientras yo cenaba un poco de pasta en su habitación...bueno, ahora nuestra habitación.

—Es una ceremonia parecida a la que hacen en las iglesias, solo que quien la dirige es un brujo, el novio siempre viste completamente de algún color neutro y la novia usa un vestido de cualquier color con tal sea colorido.

— ¿Cualquier color? —dije con el ceño fruncido.

Jimin asintió y con un movimiento de mano hizo aparecer un libro que se abrió y me mostró una página donde habían varios colores con un pequeño escrito al lado.