Llegamos al castillo y tomamos caminos diferentes al pasar el vestíbulo después de lanzarnos una mirada significativa y llena de complicidad. Sonreí y él lo hizo solo con la mirada, con eso me bastaba para sentirme tranquila mientras lo veía dirigirse al salón de baile de donde se escuchaban gritos, quejas y ruido de cosas cayéndose, sonidos ya conocidos por los entrenamientos de sus hermanos y que Jimin odiaba porque lo volvía casi sordo, no era como la lluvia, pero igual hacía que le costara agudizar sus sentidos de vampiro.
Entre a la cocina desolada y deje el bolso en la pequeña mesa de la esquina mientras iba y buscaba una caja en el cuarto de servicio. Guarde allí todas las cosas que compre de una manera que no se dañaran y luego lo cerré y embale para dejarlo cerca de la puerta de servicio, allí donde Jimin me dijo que lo dejara para mandarlo esa misma tarde con sus trabajadores. Le escribí en una nota y en una esquina de la caja la dirección de mi casa y número de teléfono de mis padres junto al mío por si acaso.
—Sabes...jamás pude ir a Caracas. —me dijo Ivana de la nada haciendo que pegara un brinco. Me gire a verla, estaba a unos pasos de mi con una chupeta en la boca que le pinto los labios de morado que le combinaba con su ropa deportiva y que hacía resaltar lo blanco de su piel y su cabello azul. — ¿Cómo es?
Algún día esta gente iba a darme un infarto, estaba segura de ello. Me estresaba que por ser brujos se aparecieran de la nada.
— ¿Cómo que jamás has ido a la capital? ¿Nunca...nunca?
Ivana negó con la cabeza.
—Nunca salí de Barquisimeto. —me siguió la conversación en alemán y casi me puse a llorar de la emoción de que me entendiera. Las personas, incluso Jimin, me hablaban en español y me frustraba por no poder practicar. — y... ¡Ni se te ocurra decir esa frase tan horrenda de: "Caracas es Caracas y lo demás en monte y culebra"! siempre me ha parecido desagradable y ofensiva. Barquisimeto es hermosa.
Sonreí.
—No pensaba decir eso. No creo que Caracas sea la única ciudad hermosa de Venezuela...existe Margarita, Maracaibo, Ciudad Guayana...Barquisimeto. —le dije con una sonrisa esa última y ella me sonrió. —Caracas es una ciudad de la cual no soy capaz de describir, simplemente es hermosa por su arquitectura, sus colores y calles... realmente la extraño.
Ivana sonrió de medio lado.
—Lo sé, chama. Yo también. —Sonreímos por esa jerga de nuestro país y que apostaba que tanto ella como yo, teníamos tiempo sin escuchar o pronunciar. —Al menos tú tienes a personas que te esperan allá.
Fruncí el ceño mientras la seguí de vuelta a la cocina.
— ¿Por qué lo dices? ¿Qué hay de tu familia? —dije con curiosidad al notar como se irguió y sus ojos se llenaron de dolor mezclado con odio. — ¿Se fueron del país por la situación o algo así?
Negó con la cabeza.
—Simplemente ya no tengo familia, Agneta. —dijo mirando hacía la entrada de la cocina fijamente, me gire para ver que veía tanto, pero no había nada...quizás solo veía la nada como yo en ocasiones cuando me quedaba en blanco o pensaba algo que no me gustaba. — No pienses que eso me pone mal, de hecho...siento que desde que no tengo familia mi vida es mejor, mucho mejor.
Fruncí el ceño.
— ¿Cómo tu vida puede ser mejor sin una familia? —le pregunte sin entender. Yo no sería capaz de vivir sin tener una familia a la cual llamar cuando me sintiera mal o cuando algo realmente bueno me pasara. — ¿No extrañas ser abrazada cuando estas triste por alguien que te quiere de verdad o reír hasta que te duela el estómago en una reunión familiar?
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En tus venas (Saga Paranormal #5)
FanfictionAgneta después de dejar la universidad por falta de dinero para poder pagarla, acepta una oferta de trabajo de su bisabuela en Alemania. El problema es que ella no sabe quién o qué es su jefe, y lo peor de todo es que ella termina locamente enamorad...