¿Algo más romántico que hacer empanadas en la madrugada con Jimin abrazándome por la espalda y dándome besos de vez en cuando? Se me venían varias cosas a la cabeza, pero ese momento era perfecto.
—Es extraño la forma de hacer las empanadas. —dijo cuándo me vio friendo la masa ya preparada y rellena.
—Claro que no, extraño es tu fetiche con la gente cocinando.
—No es un fetiche.
— ¿Ah, no? Entonces explícame el motivo de tu erección pegada a mi trasero.
Escuche su risa en mi cuello antes de sentir un pequeño beso en mi oreja.
—Es por ti, no porque estés cocinando.
—Aja... —dije de manera burlona al mismo tiempo que sacaba las empanadas del aceite y las dejaba reposar para que se enfriaran. —Hagamos que te creo.
Me gire para quedar frente a frente y pude notar su sonrisa de oreja a oreja. No era posible que esa sonrisa me enamorara cada vez cuando la veía en lugar de acostumbrarme, Jimin tenía la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida.
En cuanto a nuestra discusión, ya había pasado una semana y ambos habíamos preferido no volver a tocar el tema, aunque a veces podía notar a la hora de alguna de las comidas que Jimin buscaba hablar con alguno de sus hermanos, incluso con Lucas y no para regañarlos, sino para simplemente...preguntarles como estaban.
Eso era un paso grande, muy grande para ser el mundo de Jimin por eso no quería meterme, quería que él mismo fuera a su ritmo y a lo que crea conveniente con sus hermanos.
Nos fuimos al comedor pequeño después de un par de besos nada decentes que me dio estando sobre la encimera de la cocina con la excusa de que era mientras se enfriaban las empanadas.
Jimin me vio con curiosidad mientras me comía cinco empanadas, dos de pollo y las demás de queso, eran mis favoritas.
—En serio se siente raro cocinar solo para mí estando acompañada. — le dije al tragar un bocado y notar lo concentrado que estaba mirándome, como si viera un programa de televisión muy entretenido. — y más si me miras así.
— ¿Te incomoda?
—Un poco, sí. —dije honesta.
—De acuerdo, haré otra cosa. —dijo mirando mis manos con la empanada por unos segundos y luego levanto la mirada con un brillo en los ojos. —Voy a hablarte.
— ¿Hablar? —asintió. — ¿Acaso eso no es lo que estás haciendo?
—Me refiero a que quiero decirte algo. —hice una O con los labios y luego le hice una señal con las manos para que siguiera, pero soltó una carcajada al verme morder de nuevo la empanada y hacer un pequeño baile por lo caliente que seguía el relleno de la empanada. —ok, ya deja de hacerme reír.
—Ni que yo fuera payaso. —dije moviendo la mano como si eso fuera hacer que mi boca dejara de arder. — ¡En serio duele!
Trague con algo de dificultad haciendo que los ojos por simple reacción se llenaran de lágrimas. En ese momento Jimin se inclinó hacia adelante y tomo mis mejillas para dejar pequeños besos que fueron ayudándome a bajar el ardor de mis labios.
— ¿Mejor? —dijo y asentí. —bien, ahora quédate quieta por un segundo y no hagas monerías.
Fruncí el ceño y él me guiño el ojo.
— ¿Recuerdas lo de las cartas que estaba leyendo el otro día? — asentí. Nadie me haría olvidar la cara de angustia de Jimin al ver a todos criticándolo por su decisión, la cual seguía sin comprender del todo, y de juntarse con humanos. — pues, tendré la reunión con la FMR mañana en la tarde junto con Namjoon para dar mi decisión definitiva.
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En tus venas (Saga Paranormal #5)
FanfictionAgneta después de dejar la universidad por falta de dinero para poder pagarla, acepta una oferta de trabajo de su bisabuela en Alemania. El problema es que ella no sabe quién o qué es su jefe, y lo peor de todo es que ella termina locamente enamorad...