En tus venas (Saga Paranormal #5)

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Agradecía que una de las enfermeras me diera una toalla limpia para ir al baño y quitarme la sangre de los brazos y la cara, de esa forma podía sentir que me quitaban un peso de encima, aunque al mirar mi vestido negro del uniforme aun pudiera notar manchas de sangre seca, al igual que en los zapatos deportivos rosados.

En cuanto a los hermanos de Jimin estuvieron algo inquietos al principio y miraban la puerta de vez en cuando, como si pensaran que de la nada Jimin entraría lanzando rayos por doquier. Pero con el paso de las horas se relajaron, tanto así que Rafael termino dormido en uno de los sillones, Nicolás junto a Nimri se pusieron a jugar con Pinky, mientras que Lucas había ido a la cafetería y al volver le trajo algo a cada uno de sus hermanos.

—Ten. —dijo lanzándome una barra de chocolate al regazo haciendo que me sobresaltara un poco. —eso te mantendrá activa.

—Gracias.

Lo abrí y le di un mordisco al chocolate mientras notaba que él, Nicolás y Nimri bebían café, Pinky agua y yo...

—Lucas. —lo llame y este me miro con el rabillo del ojo. — ¿Por qué no me trajiste café?

— ¿Olvidas que sé a qué sabe tu sangre? —respondió mirando por un ventanal del hospital cerca del sillón donde me encontraba. —recuerdo que no sabía a café, pareciera que no lo hubieras bebido nunca.

Abrí los ojos y al instante mi curiosidad llamo a la puerta, pero sabía que no podía jugar con la paciencia que Lucas había estado teniendo. Así que preferí comerme el chocolate para evitar hablar. Aun así podía notar que con el paso de tiempo él iba perdiendo la paciencia y se sentó lo más alejado de mí que pudo, mientras que Nicolás y Nimri también se quedaron dormidos uno al lado de otro. Por mi lado, aun el sueño no me había invadido y llame a Pinky con un silbido para que se sentara conmigo y jugar un rato, además de ayudarme a olvidar que mi teléfono estaba sonando desde hace un rato, mis padres me estaban llamando como siempre y no quería responder en ese momento.

Por supuesto, no pasamos la noche entera allí solos. Jimin y Namjoon aparecieron por la entrada de emergencia con cara de pocos amigos a la una de la madrugada y con los trajes que habían usado para la reunión.

— ¿Se puede saber que hacen aquí? —dijo Jimin haciendo que algunas enfermeras se preocuparán por su cara e intentarán hablar con él, pero solo tenía la mirada en nosotros.

Note a los chicos despertar como un resorte, pero estaban algo desorientados y solo pudieron mirarme, como si les diera miedo hablar con él en ese momento.

Irónico.

Camine hasta estar a unos pasos y les pedí a las enfermeras que me dejaran calmarlo.

—Jimin, es mi culpa. Yo los traje aquí. — me miro con la mandíbula tensa, como si no esperara escuchar eso. Probablemente pensaba que había sido uno de sus hermanos. — escúchame, ¿sí? No teníamos otra opción.

Su mirada me lo decía todo, estaba molesto y preocupado porque algo haya pasado y él no estaba allí para hacerse cargo. Aun así le explique con lujos de detalles lo que había ocurrido e incluso le dije todas las cosas buenas que habían hecho cada uno de sus hermanos y el comportamiento impecable de Pinky.

Eso lo calmo un poco, solo un poco. Tuvo que tomar varias respiraciones profundas antes de hablar.

— ¿Segura que todos ustedes están bien? —Asentí y luego miro a cada uno de sus hermanos quienes asintieron también.

—La verdad yo estoy algo malhumorado, estaba teniendo un sueño de los más sexy y erótico hasta que llegaste armando un drama como siempre. —dijo Rafael. A ese punto ya conocía ese humor característico y tuve que apretar los labios para que Jimin no notara que quería reírme del comentario.