Namjoon
Jimin estaba insoportable, más insoportable de lo normal y lo comprendía. Entendía perfectamente su comportamiento por haber perdido a alguien a quien amaba tanto y que de paso iba a darle un hijo, aunque no lo supiera hasta hace un mes atrás.
Entre a su despacho sin tocar, sabía que me había escuchado llegar al castillo.
Estaba bebiendo whisky con el ceño fruncido mientras veía por el ventanal. Vestido con su ropa negra y completamente impecable, aunque estuviera de luto. Ya no había rastros del hombre que había llorado con su esposa muerta en los brazos o del que le gritaba a todo el mundo por lo que sentía. Había vuelto a ser el mismo de antes...o al menos más o menos.
—Vas a dañar tu estómago si sigues bebiendo alcohol de esa manera. Sabes que tu parte de vampiro no lo soportaría. —le dije acercándome hasta sentarme en el mueble al frente de su escritorio.
Había comenzado a beber a diario, nadie lo notaba, ni siquiera sus hermanos, pero Jimin terminaba vomitando todas las noches antes de dormir y sus cejas fruncidas durante el día eran más por su dolor de estómago que por estar molesto con alguien a su alrededor.
—También sabes que en este momento no me importa y que mi parte de brujo lo amortigua. — respondió con su voz neutral y expresión seria, aun así pude notar como se tambaleaba un poco mientras caminaba hasta su asiento detrás del escritorio. — ¿Que averiguaste?
En ese momento se escuchó la lluvia caer y supe que Jimin se pondría más insoportable, así que debía tener más paciencia de la normal.
Con un movimiento de mis manos y el halo verde que me caracterizaba, hice aparecer una carpeta frente a nosotros.
—Hice todo para que a la familia de Agneta jamás le falte el dinero y compre la propiedad que me pediste para ellos, también tendrán un buen abogado para cualquier cosa que les pase en el futuro y pague el tratamiento para la quimioterapia de su abuelo junto a un buen seguro médico para todos.— realmente nada de aquello era mi trabajo, pero Jimin estaba tan mal que quise ayudarlo para poder calmarlo y no volver a cagarla.— en cuanto a la investigación de su habitación que me habías pedido desde hace tiempo, sigo teniendo el mismo resultado: nadie además de ella, Pinky, Roberta y tu pisaron esa habitación. Creo que solo fueron imaginaciones de Roberta, Jimin. Quizás nadie entro a su habitación.
Sentí como mis ojos picaban y agradecí por millonésima vez en mi vida la existencia de los lentes de sol. Además de que me ayudaba a que nadie notara lo mal mentiroso que era.
—No puedo sacármelo de la cabeza desde que lo recordé. Quizás alguien entro aprovechando que estaba lloviendo y querían matarla ese día.
—Jimin, no hubieran ganado nada con matarla ese día. Nadie sabía lo de ustedes para entonces. Ni siquiera yo.
Jimin dio un asentimiento de cabeza y supe por su mirada que estaba pensando, al extremo, no paraba de hacerlo estos días, como si creara teorías en su cabeza. No lo culpaba.
—Sigue sin convencerme. ¿No hay nada más que puedas hacer, algún otro método? Es la única cosa extraña que paso en su estadía que no he podido descifrar aun y me deja intranquilo.
Me mordí la lengua un segundo.
—Encontrare otra forma, no te preocupes.
Él asintió y reprimí la opresión que sentí en el pecho.
—Cambiando de tema. —dije rápidamente. — la muerte de los asesinos de Agneta ha hecho que algunos se hayan puesto dudosos con tu mandato, al igual que las nuevas reglas, sobre todo la que habla de nuestro nuevo ejército...tu padre jamás tuvo a pesar de todo.
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En tus venas (Saga Paranormal #5)
Fiksi PenggemarAgneta después de dejar la universidad por falta de dinero para poder pagarla, acepta una oferta de trabajo de su bisabuela en Alemania. El problema es que ella no sabe quién o qué es su jefe, y lo peor de todo es que ella termina locamente enamorad...