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Abrí los ojos al sentir cosquillas en mi espalda y hombro. Me removí un poco con un gemido bajito y escuche la risa de Jimin a mi espalda.

—Despierta, dormilona.

—No quiero. —dije dándome la vuelta y abrazándolo, escondiendo mi rostro en su pecho. —me duele el cuerpo.

Y no era mentira, sentía que me había pasado un tractor por encima mientras dormía y eso nunca me había pasado.

— ¿Tan mal te deje anoche? —dijo con su voz dulce y comenzando a dejar besos en mi cabello que me hicieron temblar, además de sonreír como tonta. — ¿Cómo te pondrás si lo hubiéramos hecho más de una vez?

Me sonroje y le di un pequeño golpe en su pecho que lo hizo reír.

—Tranquila, mi niña. Te acostumbraras con el tiempo.

— ¡Jimin! — escuche su carcajada y luego lo sentí moverse para tumbarme sobre mi espalda y besarme suavemente. —Estas muy alegre.

— ¿Tu no? —dijo mirándome a los ojos preocupado.

—No me refería a esa clase de alegría que estás pensando, me refería a que estas alegre. —dije señalando hacía su entrepierna que estaba presionada en mi cadera.

Jimin miro hacia abajo y luego me miro con una cara de niño que acaba de hacer una travesura.

—Lo siento, pero es normal por las mañanas.

Volvimos a besarnos y esta vez no me aparte cuando sus manos comenzaron a tocarme, temblé, sí, pero no tuve deseos de correr. Lo único que quería era volver a sentir aquellas estrellas que él me producía, sentirme protegida para poder dejar salir mi parte más íntima y que más ocultaba.

Lo abrace con las piernas cuando lo escuche gemir al tocar mi entrepierna para encontrarme húmeda solo por un par de besos.

— ¿Quieres hacerlo? —Asentí al momento que se hundió en mí tal y como lo hizo la noche anterior. —pero lo haremos rápido, es tarde.

Fruncí el ceño y me gire para ver la hora en su reloj que estaba en su mesa de noche. Ya era tarde de por sí y si lo hacíamos saldríamos de la cama más tarde aún...no me importaba y menos al sentirlo palpitar dentro de mí y mirándome con los ojos llenos de deseo, esperando a que le dijera que siguiera.

—De acuerdo. —dije antes de gemir y sentir como se movía y me besaba con ganas.

.

.

.

Al salir de su habitación fui a la mía a gran velocidad para tomar un baño y arreglarme para salir de nuevo y comenzar a trabajar.

Me sentía en las nubes y feliz a pesar de todo. Jimin me había hecho sentirme más enamorada de él de lo que ya estaba y me había hecho darme cuenta lo egoísta que había sido mi ex novio y lo tonta que había sido por haber perdido el tiempo con él, pero eso ya no me importaba, lo único que me importaba y estaba agradecida era de haber conocido a Jimin.

Baje las escaleras principales hasta el vestíbulo y justo recordé algo importante, frene y mire al techo donde estaba Lucas todavía enganchado. Estaba dormido y a pesar de todo lucía relajado, gracias a ello pude notar los rasgos parecidos que tenía con Jimin y con el resto de sus hermanos.

Definitivamente los genes de su padre sobresalían... ojala pudiera ser igual de amable que los otros.

Sacudí la cabeza y seguí mi camino hasta la cocina donde ya estaba mi bisabuela preparando el desayuno.

En tus venas (Saga Paranormal #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora