Love Alarm [NamJin]

Dos horas.

El pálido caminaba de lado a lado por toda la habitación mientras esperaba que su ahora novio saliera del baño, habían quedado que tendría una cita a escondidas de todos porque estaba seguro que si uno de ellos se enteraba terminaran en una cita pero con todos sus compañeros y no, no quería eso.

Se colocó enfrente de la puerta más que listo para entrar y sacar al menor de ahí, ya se había tardado demasiado tiempo y paciencia no tenía ese día.
No después de que SeokJin había estado cociendo en la madrugada por una extraña razón estaba más feliz de lo normal y era bueno aunque para su sueño no.

Aún era algo sorprendiere que Jin no se hubiera dado cuenta que la persona que hacía sonar su Love Alarm antes de dormir era moreno chico que dormía a solo unos metros de su cuarto. Jin poco a poco caía por el sentimiento de ser amigo aún sin saber quien era el que le hacía sentir de esa forma.

Sus pensamientos fueron cesados cuando su novio salió del baño más que bien arreglado, si Jin decía estar fantaseando con la persona que hacía sonar su Love Alarm se quedaba corto a su lado. HoSeok era la personas hermosa en el planeta y lo mejor de todo es que ahora el podía disfrutar de esa maravillosa persona para el solo.
Le sonrió ampliamente tomando su celular para que su Love Alarm sonara y cuando esta al fin lo hizo se lanzó a sus brazos para robarle más de un beso.

HoSeok era su vida.
HoSeok merecía más de lo que él algún día podría darle.

Claro que la mayoría de veces solían escaparse de los demás cuando se descuidaban, Min YoonGi no debía ser descubierto dándole caricias y besos tiernos a su pareja. Min YoonGi era un hombre y tenía que cuidar que sus menores no le vieran de otra forma porque, primero que nada JungKook no era exactamente el mejor para ocultar su maldades y burlas él aún era muy joven para entender todo.
La cita pasó más rápida de lo normal, cuando estaba con su pareja el tiempo pasaba más rápido y no le molestaba, al menos dos horas al día para ellos solos era mejor que nada aún si sus amigos terminaban colándose en sus citas.

Y no importaba el tiempo, siempre y cuando pudiera tomar su mano para decirle cuanto lo amaba.