~•(MINGLEM)•~ PICK YOU❤

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‒Oye... limoncito... ¿te duele?

‒¿Mmm?

‒Tu cuello, aún esta algo rojo.

‒Ahhh... no...

‒Oh bien.

‒Mi amor ¿puedo intentarlo?

‒¿Intentarlo?

‒Tu... cuello.

‒Oh... si, claro.

Hyeongjun rió leve y se levantó de su lugar en el sofá para sentarse sobre el regazo del mayor mirándolo de frente.

‒Mi amor... 

‒¿Si limoncito?

‒¿Por qué eres tan guapo? 

‒¿Mmm?

Mingyu se quedó en silencio un par de segundos para luego soltar una leve risa.

‒¿Por qué dices eso?

‒Bueno... siempre me dices que soy lindo y eso pero yo no lo he hecho...

‒Ah... es porque tu si eres muy lindo.

‒Pero, tú también eres muy guapo, todo el mundo cree que eres muy guapo, te siguen demasiados chicos y chicas.

‒¿Celos?

‒No... bueno un poquito.

El mayor rió leve acariciando las mejillas de Hyeongjun para luego dejar un leve beso en sus labios.

‒No importa cuantas personas me vean, yo solo te veo a ti.

Hyeongjun sonrió algo sonrojado y volvió a los labios del mayor dejando suaves besos en estos.

‒Bueno, ahora si quiero intentarlo.

‒¿Mi cuello?

‒Si, abre tu camisa por favor.

‒Tal vez deberías hacerlo tú ‒guiñó divertido.

‒Lo haré

El menor llevó sus manos algo nervioso hacia la camisa del mayor tratando de desabotonar y abrir aquella prenda. Después de unos minutos tratando de hacerlo bajó leve la cabeza frustrado.

‒Espera, yo lo hago limoncito.

‒No... lo haré yo.

Sin mediar mas Hyeongjun tomó cada borde de la camisa tirando con fuerza y rompiendo los botones de esta.

‒Ay... lo siento, no, lo arruiné.

‒No, no te preocupes.

El menor bajó la mirada apenado buscando bajarse del regazo del mayor.

‒Limoncito no, en verdad, esta bien.

‒Lo arruiné.

‒No, no lo hiciste.

Mingyu tomó la cintura de Hyeongjun atrayendo su cuerpo hacia el suyo dejando un largo beso en sus labios.

‒Esta bien ¿si? No tienes que sentirte mal por eso, solo es ropa.

‒Ay... ¿Por qué eres tan lindo mi amor?

Ambos rieron leve, el mayor no dejaba de acariciar las mejillas de Hyeongjun mientras este aún con las mejillas sonrojadas miraba los ojos de Mingyu.

‒Te amo...

‒¿Por qué tan de repente?

‒No lo sé... es lo único que se me viene a la mente cuando te veo.