Capítulo XIX

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Hermione estaba de turno en el hospital había tenido una noche pesada despierta pensando mucho,  pero estaba más tranquila ya que su vida poco a poco iba agarrado forma otra vez.
La noche anterior Theo la había ido a ver la su casa y había pasado una noche super agradable con él.
Así que se pasó pensando en Theo y en Draco era hora de dar vuelta a la página y darle una oportunidad a Theo.
Así que esa mañana antes de irse se había colocado el anillo de compromiso que le había dado él.

Ariane una enfermera se acercó a ella en  cuanto apareció en el hospital.

- Hermione, te necesitamos ayer vino una paciente que creo está en algo llamado coma es un término Muggle, creí que tú podrías ayudarla tal vez tú puedas salvarla. Dijo Ariane entregando su ficha médica a ella.

- En que habitación está? Dijo ella tomando la ficha.

- El la 348 es la esposa de un abogado mágico, muy apuesto por cierto. Dijo Ariane levantando las cejas juguetonamente antes de salir hacia otra emergencia.

Hermione rodó los ojos y sonrió,  tomó sus cosas y fue directo a esa habitación tocó la puerta por si había alguien ahí pero estaba vacía.
Vio a una joven muy bonita, se recordaba haberla visto en otro lado pero no sabía bien donde.

La examinó unos instantes y tomo notas, antes de salir la puerta se abrió de pronto dejando ver a un rubio bien vestido que se quedó sin habla  al verla ahí.

- ¡Hermione!

- Mal...Malfoy. dijo ella fríamente.

- ¿Eres Medimaga aquí?

- Eso es obvio señor Malfoy. Dijo tratando de pasar por la puerta.

Draco la detuvo antes de que ella saliera. Hermione retrocedió unos cuantos pasos, Draco había cambiado se miraba un poco más maduro y eso que solo habían pasado dos años.

- Hermione! Dijo tratando de acercarse a ella.

Ella volvió a retroceder, y se llevo una mano al cabello. Fue entonces que él pudo ver el anillo en su dedo.

- Es verdad entonces. Dijo amargamente.

- ¿De que hablas?

- Es verdad que vas a casarte con Theo! Me mentiste Hermione, dijiste que me ibas a esperar y en lugar de eso corriste a los brazos de él. Dijo con furia tomándola de los hombros tan fuerte que le hacía daño.

- Sueltame Draco, estás loco, tu dijiste claramente de que no querías volver, que estabas felizmente casado! Dijo ella evitando llorar.

- Que es esa patraña que dices Hermione, no sé de que hablas!

- Sabes perfectamente, ahora por favor déjame salir, aquí no es para hablar de esas cosas y menos frente a  tú esposa en coma. Dijo ella volviendo a pasar.

- Solo dime, eres feliz con Theodore? Preguntó Draco volviéndola a tomar del brazo.

Ella se quedo parada, si eso haría que Draco la dejase en paz lo haría.

- Si. Dijo sin titubear.

Draco la miró, sus ojos grises decían mucho y se podía ver el dolor que salía de ellos, lo malo era que ella estaba tan dolida que no podía ver eso.
Caminó de nuevo hacia la puerta sin ver hacia atrás.

Pero Draco volvió a detenerla, la acercó a él con fuerza y la besó con hambre saboreando sus labios con deseo y pasión. Ella se rehusó, pero solo al principio, luego relajó su cuerpo y se dejó besar por él, por esos labios que ella había extrañado tanto.

Draco la soltó y luego pero  su frente a la de  ella.

- Dime qué no sentiste nada. Pidió

Ella titubeó, había sentido mucho,  había rememorado esos momentos con él antes de que se casara. Había vuelto a sentir el corazón latir a mil por hora, había sentido mariposas en el estómago. Miró el suelo sin poder decir nada.

- Hermione por favor! Dime! Dime que ya no me amas! Dijo volviéndola a tomar de la cintura para acercarla a él.

Rozó sus labios con los de ella y de nuevo los atrapó con hambre y ella está vez no lo evitó, se enredó en su cuello jugando con su cabello suave, el olor a madera y el sabor a menta que tantas veces soñó volvían a ella.

Que si lo amaba? Claro que sí, lo amaba con locura desde el primer momento en que lo supo.

Draco a sujeto más fuerte y le mordió el labio inferior haciendo que ella soltara un gemido. Eso la trajo de vuelta a la realidad es hizo que se separaran bruscamente.

Ella respiraba con dificultad y Draco se relamia los labios.

Había extrañado esos labios carnosos y suaves de ella, y su aroma a fresas, su cabello rebelde volando a su alrededor. Ella estaba más hermosa que la última vez que la vió, era una mujer preciosa era la mujer que quería para él el resto de su vida.
Pero por alguna razón ella ya no lo quería a él y lo acusaba de cosas sin sentido.

- Dime...

- Vete! Este no es lugar...tu esposa está aqui! Dijo ella chillando señalando a Calista que yacía en la cama como si estuviera dormida.

- Ve, esta noche al reloj de la torre y quiero que me digas si ya no me amas más. Repuso Draco antes de salir de la habitación dejado a Hermione con el corazón acelerado.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora