Capítulo XXVII

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Draco se quedó dormido sobre el pecho de Hermione, dormía como bebé sin soñar al fin ya que llevaba noches durmiendo mal, soñaba con Hermione pero en sus sueños ella siempre terminaba casada con Theo.
Pero ahora que él había evitado esa boda y había pasado la noche con ella haciéndole el amor estaba más tranquilo internamente.

Hermione también se había quedado dormida por unas horas, había soñado con Draco soñaba que el impedía su boda con Theo y se la llevaba lejos y se casaba con él en lugar de Theo y se quedaban para siempre juntos.

Al despertar suspiró  ya que no era un sueño era todo realidad, Draco seguía durmiendo sobre su pecho, se veía tan tranquilo y tierno ahí sobre ella, su respiración era acompasada y Tranquila. Le acarició su cabello rubio, cerró  los ojos y recordó el momento que había vivido hacia unas cuantas horas. Donde Draco la había hecho mujer por vez primera.
Intento recordar cada detalle de su primera noche con ese maravilloso hombre, su olor, sus manos recorriendo su cuerpo y sus besos fogosos marcando su piel.
Su respiración agitada y sus movimientos sobre ella, era como decían todas esas chicas en Hogwarts "Un Dios del sexo" y ahora ella misma lo  había comprobado. Aunque ella no tenía idea de que Draco solo a ella le había hecho el amor. Con las otras era puramente sexo sin amor, sin besos sin caricias...
A ella la había hecho suya con ese deseo de que fuera su mujer para siempre. Con pasión y deseo desbordado.

Ella con cuidado se levantó de la cama tratando de no despertarlo, tomó la sábana que estaba tirada en el suelo y se fue para el baño, debían ser como las siete de la mañana necesitaba una ducha.
Al entrar se dio cuenta de que le dolía un poco su parte femenina y se miró vio sangre... ¡Eso significaba que había manchado las sábanas!

¡Que verguenza! Draco podría ver las sábanas blancas manchadas de sangre... Se metería a la ducha rápidamente rezando para que él siguiera durmiendo y así evitar ese bochorno.
Abrió uno de los armarios de baño buscando algo ideal para secarse y se llevó la sorpresa de que estaba muy bien equipado, habían toallas limpias, jabones de distintos aromas, cremas femeninas y ropa íntima de hombre y de mujer. Al parecer Draco había planeado su rapto muy bien...
Sonrío con sigo misma y tomó una pantaleta y una camiseta, una toalla y se entró a la tina para la ducha.

Se llevó el jabón por todo el cuerpo, cerró los ojos al contacto con el agua caliente y no pudo evitar recordar cómo Draco le había regalado su primer orgasmo con sus gloriosos dedos. Gimió en la ducha pensando en lo bien que se había sentido al dejar que él recorriera su cuerpo con su boca y sus manos.

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Draco abrió los ojos sintiendo frío, se sobresaltó al no ver a Hermione en la cama junto a él, pero luego oyó el agua de la ducha caer y se relajó otra vez.
Sonrio recordando como la había hecho suya por primera vez y le gustó pensar que no sería la última.

Se recostó nuevamente suspirando, tenía ganas de seguir durmiendo pero la tentación andante estaba en la ducha dándose un baño así que se incorporó, luego una cosa llamó su atención, algo en la cama, en las sábanas para ser más específico... ¡Sangre!
¿Porque había sangre en las sábanas?
¿Había lastimado a Hermione al penetrarla? ¡No, ella le habría dicho!

Luego recordó... Cuando la penetró la primera vez la sintió muy estrecha, como si fuese virgen.

Una irá lo invadió en ese momento, se levantó como fiera de la cama y casi tira lo que había en la mesa de noche.

¡Maldito Theo!
Le había mentido con respecto a ella, le había asegurado que ella se había entregado a él...

Ella era virgen y había perdido esa virginidad con él la noche anterior...
Tenía ganas de volver a Londres y matar a Theo con sus propias manos por manchar el honor de Hermione.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora