Capítulo XLII

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Pasados los diez minutos que el ministro había dado ya todos habían vuelto a sus asientos.

Theo se había acercado a Calista para saludarla.

Le había dicho algo al oído que hizo que ella se sonrojara y eso solo lo notó Hermione.

Harry regresó y fue a tomar su lugar de nuevo.

- ¡Harry, que pasó!, ¿encontraron a Ginny?

Hermione miraba nerviosa a su hermano, aún no creía que Ginny era la que le había causado ese incidente.

- Si, ya la han traído Hermione también vienen el señor y la señora Weasley así que Mione te pido que te controles y que dejes todo en manos de Draco.

Ella asintió, Harry estaba en lo correcto, si Hermione se dejaba llevar por el profundo afecto que le tenía a la familia Weasley probablemente pediría la absolución de Ginny.

La puerta se abrió y vio desfilar por ella a una familia de pelirrojos.

El señor y la señora Weasley ambos con ojeras y semblante decaído.

Atrás venía George con su esposa Angelina la cual estaba embarazada.

Luego venía Bill junto a Percy.

Ron no estaba por ningún lado, seguramente estaría de viaje.

- De nuevo a todos buenos días.
Habló Kingsley. - Está es la vista número 673-12. Dejen entrar a la acusada.

La sala quedó a la espectativa, la puerta del fondo se abrió y por ella entró Ginny quien iba con cara de pocos amigos sujetada por dos Aurores. La condujeron a una de las sillas.

- ¿Usted es Ginevra Weasley? Preguntó él ministro.

Ginny pasó su mirada entre todos, vio a Hermione y sus ojos se oscurecieron de odio. De ahí vio a Harry y le lanzó una mirada suplicante; luego sus ojos se enfocaron en su familia y embozo una pequeña sonrisa, tenía el apoyo de sus padres como siempre.

- Vuelvo a preguntar, ¿Usted es Ginevra Weasley?

Ginny miró al ministro. - ¡Usted sabe que lo soy! Espetó con antipatía.

- Muy bien, fue detenida el dia de hoy acusada de haber mandado a hacer daño a la señorita Potter, luego según la información, cambió de opinión y sus órdenes fueron que mataran a la señorita Potter, ¿Eso es verdad?

- ¡Y si la fuera no se lo diría!

Murmullos entre los presentes, y un sollozo de parte de la señora Weasley hizo que Hermione se tensara un poco.

Draco le acariciaba la mano cariñosamente.

- Señor ministro, tenemos como evidencia los testimonios de los atacantes, además la bóveda de Gringotts a nombre de Ginevra Weasley donde hay dinero Malfoy. Refutó Draco molesto, esa mujer lo estaba cansando.

- ¿Podría pasar aqui la evidencia de Gringotts? Pidió Kingsley.

Theo se levantó y llevo unos papeles al ministro quién los revisó.

- ¿Señorita Weasley, quién le dio esta cantidad de dinero? Preguntó Kingsley.

Ella sonrió con suficiencia.

- ¡No les diré nada!

- ¡Es de las arcas Malfoy! Gruñó Theodore.

- ¿Como van comprobar que el dinero de esta bóveda pertenece a  los Malfoy? Dijo ella con una sonrisa maligna.

ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora