"La voz prohibida"

Parte 4: Bestias con piel de hombre

4-Bestias con piel de hombre

**Sen**

Sostengo mi cabeza rígida mientras siento como el cepillo se desliza nuevamente desde mi raíz hasta las puntas de mi largo cabello. El hedor de la habitación en la que estoy me provoca nauseas. Ese profundo y amargo olor a incienso no procede de los muebles antiguos que me rodean, sino del hombre que me está peinando a mi espalda. Una sombra gigante y oscura que expira fuertemente por la nariz y carraspea cada vez que sus dedos se enredan en mis mechones más cortos.

-Es una maravilla...tu pelo es tan bonito Sen, no me canso de acariciarlo...-

No quiero que me toque más. ¿Cómo se atreve a llamarme por ese diminutivo que con tanto cariño usaban mis cuidadores? Yo no soy nada para él. No hay confianza, ni siquiera le conozco y ambos estamos sentados en la cama completamente desnudos. No puedo ni mirar ese enorme cuerpo velludo, ni esa oscura mata de pelo que rodea esa inhumana polla en reposo sobre la sábana, muy cerca de mis nalgas. Es lo que intentó meterme la noche anterior, pero por suerte o por desgracia, debió darle tanto asco ver como orinaba y defecaba antes sus narices que cambió de opinión. Dioses... ¿Por qué a mí? Ya sé que soy un despojo de la sociedad, como todos mis amigos omegas ¿pero he de ser humillado de este modo tan retorcido? La vida me aprieta el cuello desde que nací, pero al menos podía seguir respirando, no como ahora...

-Sen....- oigo esa ronca y vibrante voz cerca de mi oído cuando dos lágrimas brotan de mis ojos y caen sobre mis piernas estiradas. Mi verdugo pasa sus gruesos dedos por mi rostro para secármelas y por primera vez consigo girar la cabeza con tal velocidad que me hago daño en el cuello, pero no me importa.

-Sé que estás asustado- le miro de reojo aunque no pueda ponerle una mueca de desagrado ya que mis labios no me responden por el entumecimiento que aún me controla. –Te aseguro que no voy a hacerte daño. Solo quiero tener todo lo que un alfa desea-

Abro los ojos horrorizado al entender esas palabras. Quiere hacerme su omega y que le dé cuántos hijos disponga. Ni siquiera estoy al nivel de una prostituta libre que puede negarse a hacerlo con un cliente. Yo no soy nada...

-Ugh!!- cierro los ojos fuertemente de dolor cuando mi vientre se estremece tanto de dolor que me lleva al borde del llanto. Oh dioses...estoy casi en celo...él lo sabe, puedo ver sus pupilas dilatadas por el placer, todo ese iris negro que me engulle con cada mirada...

Jadeo de manera gutural ya que aún me es imposible que la voz me salga correctamente, cuando mi "dueño" me besa con su enorme boca y mis labios son movidos por su lengua para abrirse paso y penetrarme la boca acariciándomela por completo. No siento nada. Los ruidos que hacen nuestras bocas me pone la piel de gallina. Sus gruñidos al separarse, el cómo me mira cuando coge aire y vuelve a besarme acariciando mi rostro con sus grandes manos. Huele a tabaco. Odio ese olor. Su barba es rasposa y me molesta. El aroma de su cabello revuelto cayendo sobre mis mejillas me adormece hasta el punto de que quiero entrecerrar mis ojos y dejarme llevar. A fin de cuentas, soy una muñeca ¿no? No hay sentimientos, dolor o asco. Simplemente debo dejarme hacer hasta que se canse y me deje en paz. Se lo dejaré hacer cada día...hasta que mi cuerpo recupere toda la fortaleza que perdió. Solo entonces...todo acabará....

**Tensa**

Lanzo el cubo de agua que me ha dado uno de los payasos para que limpie las jaulas de los animales ¿¿es que mi padre pretende rebajarme a este nivel??

-¿Acaso prefieres trabajar como un enano bufón? El hombre que no crece ¡pasen y vean! ¿Es lo que quieres...Tensa...?-

Cuando recuerdo las palabras que me dedicó ayer ese viejo demonio siento que me revuelvo pero a la vez me trago el orgullo y vuelvo a coger el cubo para llenarlo.