Parte 5: Caída a los infiernos

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5-Caída a los infiernos

**Starrk**

Este trabajo es realmente agotador. No es que requiera un gran esfuerzo mental, pero sí físico al estar horas de pie apoyado contra la caseta de tiro esperando a que vengan clientes para jugar. ¿Es así como voy a pasar el resto de mis días? ¿Viendo un ir y venir de gente feliz ignorante de la desgracia en la que estoy sumergido?

-Starrk- levanto la vista cuando me topo casi de frente con mi hermano Tensa que me mira con esos preciosos y enormes ojos celestes que parecen el reflejo de mi alma. –Es hora de comer. El viejo quiere que nos unamos al resto, quiere presentarnos formalmente-

Chasqueo la lengua al sentir cómo me repatea tener que comer en la misma mesa que ese bastardo pero hago de tripas corazón mientras camino tras Tensa y ambos entramos en la caseta de mi padre, concretamente en una gran sala que desconocía, donde están todos los miembros del circo sentados alrededor de una larga mesa. Trago saliva cuanto todos esos ojos nos miran aunque yo solo detengo mi mirada sobre la de Soujun, sentado a la diestra de mi padre, sonriéndome disimuladamente. Dios...cuando le miro no puedo olvidar lo que me hizo durante el espectáculo, si no tengo cuidado se me pondrá la polla dura y con este pantalón es difícil ocultar una erección...

-Bienvenidos hijos. Tomad asiento, os estábamos esperando- Tensa y yo rodeamos por detrás a algunos de los presentes y miro de reojo a algunos de ellos. A muchos no los reconozco porque siempre suelen ir vestidos de payasos o con otros disfraces, pero la verdad es que al verlos como "humanos", resultan más escalofriantes que con sus pinturas y máscaras puestas.

Me detengo brevemente y abro los ojos un poco más al ver de rodillas en el suelo al chico de la máscara de hierro que vi en el espectáculo. Junto a él, está sentado Zaraki Kenpachi, que en cuanto se da cuenta de que estoy mirando al chico, empequeñece su ojo negro letalmente.

-¿Qué cojones estás mirando?- me escupe con tanta fuerza esa pregunta que niego con la cabeza sin más y sigo andando hasta tomar asiento junto a Tensa y a mi otro lado, una mujer con barba que me sonríe insinuándose. Al mirar al frente veo a mi padre junto a Soujun y muy cerca de ellos hay sentados un chico de largo cabello aguamarina con una marca en la cara y el moreno de ojos rojos que es una calcomanía de mi viejo. Cuando nuestros ojos se cruzan, veo vacío en su mirada y enseguida ladea la cabeza.

-Veo que le reconoces, Starrk-

-Es hijo tuyo ¿verdad?- suelto la pregunta sin más sabiendo la respuesta con solo ver como mi padre sonríe ampliamente.

-¿Acaso lo dudabas? Mugetsu es mi calcomanía, aunque no tan perfecto como yo- veo como Soujun entrecierra los ojos seriamente pero no dice nada mientras mi padre sigue hablando. –En fin, solo quería que mi gente os conociera. La mayoría ya saben que sois mis hijos, pero no por ello tendréis un trato especial-

-¿Un trato especial? ¡Tus payasos me obligan a trabajar recogiendo el estiércol de los animales!! ¿Qué tiene eso de especial?-

-Deberías sentirte orgulloso por tener un techo y comida gratis, Tensa. Como hijo deforme, no tendrías derecho a tantos privilegios, soy demasiado benevolente como padre-

-¡¡Eres un desgraciado!!- observo con horror como mi padre se incorpora de su silla para desabrocharse el cinturón que lleva mirando a Tensa fijamente, así que antes de que se le ocurra hacer lo que temo, agarro a Tensa para sentarle y callarle tapándole la boca pese a que sigue protestando y pataleando entre mis brazos.

-Menos mal que adivinas mis pensamientos, Starrk...tú me conoces bien, al menos tengo un hijo que no me ha salido retrasado o inútil- Tensa grita ahogado contra mi mano con más rabia al oír eso y mi padre se masajea el puente de la nariz antes de cambiar su expresión omnipotente a melodramática.

"La voz prohibida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora