Parte 24: Restos de venganza

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24-Restos de venganza

**Byakuya**

Separo los labios para emitir un alarido de dolor sujetándome el vientre mientras llamo la atención de unos guardias que entran abruptamente a mi celda acompañados del anciano doctor. Ni siquiera me tiene que mirar más de una vez para darse cuenta de mi estado tan lamentable y da las órdenes para que me preparen tumbándome sobre mi propia camilla y desnudándome pese a mi resistencia.

-Cálmate Byakuya, ha llegado la hora...- el doctor acaricia mi rostro empapado en sudor y mira a uno de sus hombres para que le ofrezca un bote de alcohol que derrama por mi abultado vientre como desinfectante. –Voy a tenerte que abrirte y tienes que procurar moverte lo más mínimo...va a doler y perderás mucha sangre, aunque pierdas la consciencia, te prometo que haré todo lo posible por salvaros a los tres-

-Yo ya no tengo salvación...- el doctor abre los ojos al oírme y yo me fuerzo en sonreír. –Por favor...salve a mis hijos...a mis sobrinos, a los hijos de Yoru...-

-Byakuya...- el doctor no dice más cuando se pone los guantes y me hace unas pequeñas marcas en la piel para saber dónde cortar. - ¿Dónde se ha metido Renji? Necesito su ayuda para esto-

-No lo sabemos señor, salió ayer y desde entonces no ha vuelto- jadeo al oír mencionar el nombre de Renji y por un momento entre medias de este intenso dolor, me gustaría que estuviera a mi lado apoyándome. El muy maldito dijo que no me dejaría de nuevo...menos mal que no le creí, yo ya no puedo confiar en nadie...

- ¡Byakuya aguanta!! ¡¡ya veo a tus hijos!!- sé que estoy medio inconsciente y apenas siento dolor al estar tan entumecido. Solo quisiera desaparecer unos instantes...olvidarme de quien soy en realidad y quien jamás habría querido ser...porque esto me ha hecho débil...ya no soy el mismo...o quizás nunca lo fui....

De repente abro los ojos de par en par al oír unos llantos tan potentes que me sacan de mi ensimismamiento haciendo que vea desorbitado a las dos criaturas que Ishida ha sacado de mi vientre y dejado a sus hombres para que los limpien. Apenas puedo articular palabra mientras veo esas pequeñas cositas que mueven sus manitas asustados pero que se calman en cuanto las acercan a mí con cuidado de no apoyarles sobre mi herida.

-Sois reales...por fin estáis aquí pequeños...- beso la cabeza de uno de ellos que resulta ser una niña y el otro un niño. la pareja de gemelos perfecta, de piel blanca y cabello rojo. Igual que el de su padre...solo podían parecerse a él, como tenía que ser...

Antes de que quiera darme cuenta, emito un gruñido de sorpresa cuando dos loqueros me agarran incorporándome de la camilla con tanta brusquedad que doy un alarido al sentir como mi herida se abre. El doctor les grita para para que se detengan, pero sus subordinados me arrastran fuera de la celda apartándose de mis hijos.

-Lo sentimos doctor, son órdenes superiores. Este hombre tenía que morir nada más parir, esa fue la sentencia y usted lo sabe-

¿Morir? ¿me...condenaron a morir? Yo no lo sabía...Renji me lo ocultó ¿pero que esperaba? Es justo...le maté...Ren era un noble y me deshice de él como si nada, pero ahora siento miedo...terror de abandonar a esas criaturas, de no cumplir la promesa a mi difunto hermano de protegerles...Renji....

- ¡ALTO!!- los loqueros se detienen a mitad del pasillo mirando fijamente al hombre que se ha interpuesto en su camino. Jadeo abriendo los ojos de par en par al ver esa figura pelirroja tan conocida, vestido totalmente con ropajes de noble y una mirada tan fiera que dejaría helado a cualquiera. Es...imposible...

-Soy Tsuzunami Ren. Mi padre ha retirado la denuncia contra Kuchiki Byakuya y como tal, ha sido indultado. Soltadle ahora mismo-

¿¿Ren?? No, no es cierto ¡¡no puede estar vivo! Yo vi su cuerpo inerte...sentí como daba su último aliento bajo mis manos, no hay ninguna lógica en esto....

"La voz prohibida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora