13-La batalla del arlequín
**Sen**
Murmuro restregándome los ojos al oír ruidos en el exterior. Me levanto de la cama lentamente intentando aguantar bien sobre mis piernas que hoy no parecen temblar tanto como ayer. ¡bien! Hoy podré andar un poco más rápido.
Retiro la cortina para ver a varios criados trabajando en el jardín con máquinas agrícolas y a un par de perros ladrando alrededor. Las vistas me hacen sonreír y por instinto me llevo una mano al vientre como si nada. Es verdad...lo había olvidado...
Después de pasar tres días en la mansión de Zangetsu, hoy por fin me atrevo a plantarme frente a su enorme espejo de cuerpo entero en el que puedo verme realmente como estoy. Aún tengo algunas heridas en el rostro y cuello que espero que desaparezcan pronto y mi piel no está tan amarillenta como antes, así que no hará falta que me ponga polvos como hacen las mujeres al retocarse. Giro mi cabeza al oír unos discretos golpecitos en la puerta y cojo una enorme camisa que encuentro en uno de los cajones para cubrir mi desnudez e ir a abrir a la ama de llaves que como cada día desde que estoy aquí, me trae la comida puntualmente.
-Gracias...eres muy amable- la mujer se limita a mirarme con cautela al igual que hacen todos los criados con los que suelo encontrarme por el pasillo cuando doy mis paseos para fortalecer mis músculos. No he vuelto a ver a Zangetsu, pero sé que está encerrado en su despacho desde que me trajo aquí, porque al igual que sus criados, él no quiere verme. Me están evitando.
-Imagino que tendrá que acostumbrarse...al igual que vosotros...- acaricio mi vientre plano sonriendo. Sasa-chan me dijo que aún era muy pronto para decir nada, pero no solo había un feto en el vientre de mi hermano, sino cuatro. Cuando me enteré casi me dio algo y lo primero en lo que pensé, es que Zangetsu hacía gala a su enorme cuerpo de alfa. Después me enteré de que uno de los fetos se había desprendido y aún no sé si alguno más habrá muerto. Mi cuerpo aún está algo inestable, aunque yo aún no quepo en mí de alegría al ver mi altura y mis largas piernas. Es como siempre había soñado. Es mi egoísta felicidad.
Termino de devorar todo lo que puede aceptar mi nuevo estómago, ya que es mucho más grande que el que yo tenía y eso se nota un montón al calmar mis ansias de comer. Salgo de la habitación caminando descalzo por el pasillo y hoy decido explorar el jardín ya que hay varias personas trabajando allí.
- ¡Hola! Buenos días- los criados me miran atónitos y se miran entre ellos sin decir nada. Me quedo mirándoles cuando veo que recogen sus cosas y se alejan de donde estoy dejándome solo. Agacho la cabeza sintiendo un pinchazo en el pecho porque este rechazo es algo que me resulta muy familiar y abro los ojos cuando veo a uno de los perros lamiéndome la mano.
-Al menos hay alguien que me acepta- me pongo de rodillas en el suelo para acariciar la cabeza del hermoso animal que tiene un pelaje negro y ojos del mismo color. –Eres igualito a tu dueño. ¿quieres que juguemos? -
**Zangetsu**
Intento concentrarme en mis tareas pendientes, aunque mi cabeza vaya a reventar. Me masajeo el puente de la nariz sin conseguir alivio y echo mi cabeza hacia atrás apartándome las gafas de ver para descansar un poco la vista. Esto no es la solución...usar la excusa de que tengo trabajo acumulado después de las semanas que estuve preso, no es muy valiente que digamos...maldición...en el fondo parezco un niño asustado por tener que cruzarme con ese chico por el pasillo o que solo aspire su aroma haciendo que todo mi interior alfa se revuelva y me domine por completo. Joder...
Me pongo recto en la silla al oír escándalo en el jardín y retiro la cortina para ver a Sen corriendo por el jardín con uno de mis perros de caza que ladra contento al oír las carcajadas de Sen. Mi alfa interno ruge de placer al oír esa risa tan bonita que escucho por primera vez y he de retirarme para coger aire y recomponer la compostura. Maldita sea...ya estoy duro abajo...pese a todo, mi cuerpo obedece solo a los instintos...
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"La voz prohibida"
FanficUn tiempo oscuro, atroz, donde se mueve lo peorcito de la ciudad. Personajes con personalidades retorcidas, que buscan sobrevivir en una época trágica, donde el aprovecharse de otros y disfrutar del sufrimiento del otro es el pan de cada día. Varias...