Parte 16: La cesión del omega

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16-La cesión del omega

**Zangetsu**

Echo la cabeza hacia atrás cerrando los ojos y dejo escapar un leve ronroneo ronco de mi garganta al sentir una exquisita calidez entre mis piernas. Los ruidos guturales que estoy escuchando no proceden de mí, sino de la persona que está acariciando juguetonamente mi polla con su habilidosa lengua. Esto es el paraíso...siento una deliciosa corriente de placer recorriéndome cada vértebra y ese olor...oh por dios, ese magnífico aroma...

-Sen...- alzo mi mano para acariciar los mechones negros de la cabeza que no deja de subir y bajar entre mis piernas succionando mi polla con devoción. Oigo una suave risa mientras bajo mis dedos hacia su rostro, pero en cuanto me veo la mano con manchas de sangre, mis ojos se abren de par en par.

- ¿Qué ocurre amo? ¿no te gusta cómo te la chupo? Juju... ¿o lo has olvidado? - me quedo paralizado al ver el rostro de Sen completamente ensangrentado y con sus ojos azules abiertos de par en par con una expresión de locura que me aterra. –Tú fuiste mi maestro...hasta que te deshiciste de mí...-

Abro los ojos de par en par jadeando intensamente y miro a todos los rincones de mi despacho sintiendo el corazón acelerado aún en mi pecho.

-Joder...- me aparto las gafas para apretarme el puente de la nariz y miro hacia mi entrepierna con algo de temor suspirando de alivio al no ver a nadie. Era un sueño. Una pesadilla que no consigo arrancar de mi mente. Sen...no, Sakura...dioses, yo maté a ese chico...a su gemelo....

- ¡Zangetsu! - aprieto los reposabrazos de mi silla cuando Sen entra de golpe en mi despacho vestido con otra de mis camisas. Tiene el pelo enmarañado sobre el rostro y las mejillas sonrojadas tras haber venido por el pasillo corriendo. Dios...va a darme un ataque como siga mirándole...

-Quería hablar contigo. Sobre lo de la bofetada- le miro extrañado sin saber de qué habla y eso le sorprende. –Es...la primera vez que le levanto la mano a un adulto. Aún no controlo mi fuerza y quería que supieras que me dolió más a mí que a ti-

-Eso seguro- me incorporo de la silla con algo de dificultad ya que aún estoy entumecido por ese maldito sueño. Veo como Sen abre los ojos de par en par mirándome y gruño al bajar la vista viendo lo que le ha llamado la atención. Estoy empalmado.

-Vete. – Sen abre los ojos ante mi orden y yo gruño molesto.

-No...no tienes que avergonzarte...es normal ¿no? Eres mi alfa...-

-Lo único de lo que me avergüenzo es de imaginarte empotrado contra la puerta de mi despacho ahora mismo- Sen jadea sorprendido y yo aprieto los dientes intentando contener mis más bajos instintos. –Por dios Sen ¡obedece!!-

El grito que emite Sen agarrándose el cuello hace que toda mi frustración y rabia mengüen para ir hacia él al ver que se ha arrodillado en el suelo respirando agitado. Poso mis manos sobre sus hombros y me tenso al verle con los ojos fuertemente cerrados.

-Sen lo siento...- mi voz de alfa le hace tanto daño al no estar acostumbrado que es normal que su cuerpo reaccione así.

-No...no tienes la culpa...mi cuerpo quiere obedecerte, pero mi mente no...por eso duele...- veo su sonrisa torcida por el dolor y eso me quema por dentro. Seguramente su hermano también intentaba resistirse a mi marca y por eso lloraba cada vez que su cuerpo le traicionaba rindiéndose a mí. No quiero repetir la misma esclavitud. Aunque mis instintos primarios me griten que le domine, solo sé que al final correré el riesgo de perderle a él también...a los dos gemelos...

- ¿Zangetsu? - le cojo en brazos para llevarle a su habitación y le tumbo sobre la cama yendo hacia un armario que tengo cerrado al que doy un golpe seco para que se abra y Sen pueda ver la cantidad de yukatas y kimonos que tengo guardados.

"La voz prohibida"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora