𝟒: 𝒟𝒶𝓇𝓀 𝓌𝒶𝓉ℯ𝓇
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La opción de trabajar por tu cuenta en tu propia casa se te había presentado como algo maravilloso e imposible de ignorar; podrías avanzar en los proyectos sin abandonar la comodidad del hogar y además tendrías más tiempo libre. Pero no era así. Diez meses después de conseguir tu trabajo y negarte a encerrarte en una oficina, te habías acabado encerrando en tu propia casa. Por consiguiente, no mantenías ninguna relación con tus compañeros de trabajo. Básicamente, no los conocías.
Lo peor era que vivías sola, y la soledad se había vuelto compañía insuficiente. Te habías planteado adoptar alguna mascota. Pero con el poco tiempo que tenías para ti misma, poco más podrías hacer por un animal.
Esa tarde, habías perdido la noción del tiempo por estar desde primera hora de la mañana con los ojos pegados a la pantalla de tu ordenador. Cuando te quisiste dar cuenta, estabas a oscuras en tu despacho, la luz del sol se había ido y eran casi las ocho y media de la noche. No habías comido en condiciones y tu mesa de trabajo estaba hecha un desastre.
Te masajeaste las sienes mientras guardabas todo lo que habías escrito y aprovechabas para ordenar tus cosas un poco. Sin embargo, al desviar un poco la mirada, te diste cuenta de que en la pantalla de tu ordenador, durante unas escasas milésimas de segundo, las imágenes se distorsionaban. Unos cuadrados verdes y negros aparecieron y desaparecieron en seguida, pero a ti te dio tiempo a verlos.
Parpadeante y acercaste tu mirada.
¿Qué había sido eso? ¿Se habría sobrecargado el ordenador? Contando con que no habías parado en todo el día, lo creías posible.
Decidiste apagar por completo y bajar un rato a ver la televisión. Cenar algo e irte a la cama temprano para acostarte a la misma hora. Inmediatamente abandonaste la habitación y bajaste las escaleras con prisas para hacerte algo de cenar. Encendiste la televisión, te sentaste en el sofá con un plato de carne del día anterior y comenzaste a pasar canales hasta que encontraste una película que ya habías visto y que te había gustado. En seguida te diste cuenta de lo sola que estabas.
—Debería haber aceptado esa oficina con vistas a la ciudad...— murmuraste, con la boca llena de carne. Masticaste lentamente y tragaste. La comida te bajó lentamente por la garganta. Desviaste la mirada de la pantalla de televisión al móvil. Esperabas alguna llamada: de tus padres, de tus amigos de la universidad, alguien que pudiera darte conversación. Pero nada.
No podías estar más aburrida.
La película se te hizo eterna. Nunca antes te habías sentido tan vacía. En cuanto te diste cuenta de que era la hora de irte a la cama, apagaste todo por completo, miraste una última vez tu móvil, para encontrarte con un tablón de mensajes completamente vacío, y subiste las escaleras para ir a tu habitación.
Cuando llegaste a la primera planta, una luz procedente de tu despacho te desconcertó. Entraste y te quedaste con la boca abierta al ver la pantalla de tu ordenador captando una estatica extraña: verde y negra.
¿Qué? Pero, si habías apagado el ordenador, ¿por qué le estaba sucediendo aquello?
Te acercaste al monitor y viste que, efectivamente, todo estaba apagado. Desconectaste varios cables, pero la pantalla permanecía igual.
—¿Qué demonios te pasa?— le preguntaste a la pantalla, como si ella fuese a responderte. Obviamente, eso era imposible. Pero lo hizo.
Ben.
—¿Ben?
Parpadeaste. La pantalla se había vuelto completamente negra, y ahora solo había tres letras mayúsculas de color verde en medio de esta.
Ben.
—¿Quién es Ben?— volviste a preguntar. Te acercaste un poco más a la pantalla y, para tu sorpresa, una mano se materializó. Una mano de verdad. Salió de la pantalla y te agarró por el cuello de tu camiseta. Automáticamente soltaste un grito. Después, la mano tiró de ti y tú sentiste que te hundías en el mar.
Cerraste los ojos con fuerza, conteniendo la respiración. Pero, cuando los abriste, todo estaba borroso y tú sentías frío. A tu alrededor solo había negro. Un negro infinito. Te diste cuenta de que estabas metida en el agua.
No podías respirar, y no habías cogido el suficiente aire como para aguantar mucho tiempo, así que rápidamente comenzaste a nadar hacia la superficie. Pero no había superficie.
Los pulmones te exigieron más aire. Era como si llevases una bomba en el interior de tu cuerpo que amenazara con explotar. El cuerpo entero se te puso tenso, y sentiste que te ibas a ahogar.
Te apretaste la garganta. Tus uñas se clavaron en tu carne. Estabas llegando a tu límite.
Querías gritar ayuda. Aquel mar negro parecía no tener fin ninguno. Era como si hubieras aparecido en lo más profundo del océano.
Pataleaste e intentaste seguir nadando, pero no había final. Esrabas perdida, y en seguida lo comprendiste.
Te quedaste inmóvil en el agua, con los ojos abiertos, hacia arriba. Querías llorar, pero no podías.
Llegó un momento en el que no podías aguantar más la respiración, te estabas hundiendo. Pero una silueta se te iba acercando con bastante rapidez. Veías todo borroso, pero a medida que se iba acercando podías verlo cada vez mejor: un muchacho.
Todo se llenó de burbujas a tu alrededor. Los pulmones se te llenaron de agua y tu boca se abrió. Ya no podías seguir respirando. Escuchabas tus propios latidos, que se iban haciendo cada vez más lentos. Ibas a cerrar los ojos cuando algo te agarró del brazo. Lo último que viste fueron unos ojos rojos. Después, dejaste de sentir el agua enfriarte la piel.
Algo suave y gélido se posó contra tus labios. Sentiste aire entrar en tu cuerpo y volvise a sentir los latidos. Era el muchacho. Viste su cabellera rubia mojada. Te hacía cosquillas en las sienes. Cuando aquello sus labios se separaron de los tuyos, tosiste con fuerza y escupiste el agua que habias tragado: una gran cantidad.
Analizaste el sitio en el que te encontrabas: ya no estabas hundida en el mar negro, estabas en tu estudio. Pero tenías el cabello y la ropa empapadas, sobre un charco de agua. Aquello había pasado de verdad.
Te volviste hacia la pantalla del ordenador. Esta vez estaba apagada.
—¿Ben...?
𝙱𝚎𝚗 𝚍𝚛𝚘𝚠𝚗𝚎𝚍.
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𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓 ❨Creepypastas' one-shots❩©
Fanfic-𝕰𝖘𝖕𝖊𝖈𝖎𝖆𝖑 𝖉𝖊 𝕳𝖆𝖑𝖑𝖔𝖜𝖊𝖊𝖓- 𝟐𝟎𝟏𝟗 One-shots de creepypastas. ➨ Capítulos independientes con historias diferentes. ❝La oscuridad acecha en cada rincón. No te fíes de nadie. Confía en tu instinto. Escucha. Cuántas veces te habían...