Innocence

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𝟏𝟔: 𝓘𝓷𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓬𝓮.

𝟏𝟔: 𝓘𝓷𝓷𝓸𝓬𝓮𝓷𝓬𝓮

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A

tus veintidós años de edad, estabas a punto de terminar la universidad y conseguir un trabajo. Habías recibido el empujón que necesitabas e ibas a mudarte a un piso de dos plantas algo lejos de la casa de tus padres junto a tu gata Pinta, allí podrías evolucionar y avanzar en tu vida. Sin embargo, tus padres no estaban del todo de acuerdo.

—_____, por favor, quédate hasta que encuentres un trabajo— te imploró tu madre, al borde del llanto. Verte meter tu ropa y tus cosas dentro de cajas de cartón le partía el corazón.

—Lo siento, mamá, pero tengo que irme— respondiste, apenada por tener que abandonar a tus padres así —. Si no me voy, no podré cuidar de mí misma el día de mañana. Necesito vivir mi vida.

Pero te daba miedo. Estabas asustada, no sabías lo que te depararía el mundo adulto, el trabajo, la independencia. Tus padres te habían estado sobreprotegiendo desde los siete años, que hubieras decidido irte por voluntad propia era algo que no se esperaban, no después de haberte alejado de la sociedad. Ni siquiera estaban convencidos de dejarte ir a la universidad.

—No importa. Te prepararé la comida, la cena, el desayuno...

—Mamá, ya sé cocinar— la tomaste de las manos —. Y a ti cada vez te resulta más difícil.

—Pero, cariño...

—Celia, deja de agobiar a la niña— la interrumpió tu padre, detrás de ella —. Si ella quiere irse, que se vaya.

Tu padre siempre había sido un hombre frío y de pocas palabras. Además, le costaba mostrar sus sentimientos.

A pesar de sus palabras, sonreíste.

—Bien, pero te quedas a comer. Voy a hacer estofado.

Resoplaste, dándote por vencida y alzando las manos a la altura de tus hombros.

—Vale, tú ganas.

Tu madre sonrió y corrió a la cocina junto a tu padre. Mientras el estofado se hacía, volviste a tu mudanza y empezaste a vaciar tus cajones, decidiendo qué cosas te llevarías y qué no. En medio del proceso, te encontraste con varias cosas que pertenecían a tu infancia: una muñeca pequeña, desnuda, y con el pelo despeinado y cortado de forma terrible, pulseras dadas de sí y alguna fotos de cuando cumpliste tres años y de cuando fuiste a la feria con tus primos.

Te quedaste observando la foto de la feria por muchos segundos, analizándola. No recordabas aquel día.

Te levantaste y fuiste en dirección a la cocina, donde estaban tus padres.

𝐇𝐀𝐔𝐍𝐓 ❨Creepypastas' one-shots❩©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora