¿Por qué se me llenarán de lágrimas los ojos; acaso estaré defectuoso? Las paredes no sangran, ni siquiera se mueven
Solo aguantan sin ceder
Sin retroceder
No articulan una sola palabra
Un ruido, un sentimiento
No tiemblan, como lo hacen mis nudillos al dolor
Las paredes están ahí, blancas, grandes, eternas
No saben gritar
Yo tampoco lo sé