Tu/ella
Comenzó sin pensarlo
Habiéndolo pensado muy bien
Ella iba tras la luna en su móvil
Yo sabía de ese menguante en su espalda
Quien diría se descubrio bajo nuestros pies
En un tercer piso
Vértigo supongo me sujeto fuerte
Y fuerte me aferre a ella
Como esas raíces del árbol terco
Que abrazan el suelo seco cuando soplan los vientos
Por un instante y por instinto
Pensé su alma y la mía era una sola
Y sola ella era mía
Me beso como siempre y como siempre aprendí
No existe mejor droga que su saliva
Ni jeringa más suave que su lengua
Aprendí que de su pecho a su boca existen seis besos
Siete si voy con calma
Aprendí que entre más se agita su respiración
Más palpita mi corazón
Que mi sístole y diástole funcionan a su piel
Que no quiero probar más miel que la de sus ojos
Y que no existe tregua más cruel
Que esta cruda hiel del tiempo
Reflejo de lo que siento
Convierto los momentos en fragmentos
De oportunidades mitades
Y heridas lacerantes
Que se quedaran fundidas
En los lienzos tiesos
De los dedos presos
En la carne dulce
Y en la desgracia fulminante
De arrancarlos de sus huracanes.