Sin perder la cordura.

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Así como el Don Quijote de Cervantes,

confundía fácilmente,

molinos con gigantes,

de la misma manera,

pero sin perder la cordura,

es posible confundir,

sus ojos con volcanes,

y sus cabellos con huracanes.


HuracanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora