Ahora que ha pasado un tiempo,
y eh dejado tranquilo al reglón y al demonio bohemio
siento que suficiente eh Ignorado la musa de tu ausencia.
Supongo quizá, que tal vez tengo la necesidad,
de escribirte y ya no describirte como quien construye una despedida.
Quiero equivocarme y borrarte dos puntos de los tres suspensivos
y dejar de sucumbir a tu sonrisa de abril.
Quiero por un momento quizá,
Dejar de pensar que fui como la luciérnaga aquella,
que insignificante se enamoró de la más brillante estrella,
cual Romántica lunática,
le regalaba siempre su miraba en noches de luna llena.
Quiero dejar de imaginar, que soy este diablo flaco y feroz.
Que al ras del suelo sueña con golondrinas lejós.
Quiero un día de estos, esconderme tras una tarde en la sierra,
eh imaginar que me miras a mí, como la contemplas a ella.
Quiero dejar de mírarme tartufo,
y empezar a creerme una polilla tus ojos.
Quiero que me recuerdes como un tinto en tus labios,
como café amargo en alguna madrugada.
Quiero presumir que tal vez fui la sal para tu tequila y tus lágrimas.
Sobreviviente de tus huracanes.
Dueño de paso de esos pálpitos y angustias.
Esporádico encargado de despertar esas mariposas,
Que celosa escondes, en crisálidas detrás de tu ombligo.
Quiero olvidarme de los versos y los besos,
Que las letras descansen de este mediocre escritor
Quiero, y aunque querer no es poder.
Espero la noche con la luna a medias.
Y Prometo sin garantía alguna,
¡Chica huracán!, hasta nunca, nos vemos pronto.
