Capítulo 31: Neilpa

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(Este capítulo contiene escenas ligeramente íntimas entre personajes que son hermanos. Si las historias de incesto no te gustan, por favor no lo leas).

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Neil se aseguró de estar lo más guapo posible para la fiesta de cumpleaños. Tonificó su cuerpo durante un mes para lucir una buena musculatura, y se puso una remera sin mangas que dejara a la vista sus brazos. Un jean negro, un poco de colonia, y su cabello rojo alborotado de forma agradable como si el viento lo hubiera peinado. Cuando por fin llegó al campo, se aseguró de ser visto enseguida por Crepa, que había llegado con sus padres horas antes.

-Vaya, hermano... ¡te ves guapísimo!- elogió la pequeña Crepa, observando a Neil como si fuera un modelo.- Todas las chicas de la fiesta te mirarán.

-¿Tú también?- contestó en tono de broma, para que no se notara su ansiedad. Luego, para disimular, fue en busca de Mooninite y le entregó un regalo, y conversó con ella un poco para bajar dos rayas a su nerviosismo. Estaba convencido que si se quedaba con Crepa más de cinco minutos seguidos, se le notaría lo enamorado. La chica lucía todavía más linda de lo usual si eso era posible: llevaba su hermoso cabello rubio peinado en dos rodetes altos, con una tiara rosa como adorno; un vestido rosa de cuello alto con varios moños de raso de adorno, zapatitos rosas y medias blancas hasta la rodilla, y un bolsito de fantasía cruzado forrado en piel falsa blanca, con forma de corazón. Toda ella se veía adorable, y sentía muchas ganas de decírselo. Pero, como empezaron a llegar los invitados, tuvo que guardarse eso para no quedar en evidencia.

Entre los asistentes al cumpleaños había de todo: humanos, ángeles, demonios, de todas las edades y sexos posibles. Sus padres habían arreglado todo para que la fiesta transcurriera segura, y las identidades de los seres sobrenaturales no fueran expuestas. Por supuesto que ellos debían colaborar, y Neil se sintió orgulloso de que su padre le pidiera especialmente que vigilara a sus hermanos menores para evitar cualquier escándalo.

-Ya sabes como son a veces, pero hoy nada puede salir mal. Es el día especial de Moonie, y mi nena se merece el cumpleaños tranquilo que ella quería. ¿Entiendes?

-Sí, papá, no te preocupes. Me encargaré de tener a raya a esos mocosos.

-Bien. Iré a hablar con Terry. Tú ve a divertirte un poco, hijo, tampoco es que quiero que estés como un policía toda la tarde.

Neil rió por el comentario, y luego buscó con la mirada a Crepa. Estaba con Nina Luna y otras chicas de su edad. Bien. Aprovechó para comer unos bocaditos y en la mesa se topó con Raven y una amiga suya, una rubia de aspecto juvenil que recordaba haber visto alguna vez en la universidad. La pelirroja cruzó una mirada nerviosa con él un segundo, y luego los presentó con la mayor naturalidad posible.

-Sammy, este es mi hermano mayor Neil. Neil, ella es Sammy Lynn, una amiga.

-Encantada. Todos los hermanos de Raven son muy amables, me alegra haberlos conocido por fin...

-Bueno, sé bienvenida a nuestra casa- contestó él con educación, tendiéndole la mano.- Diviértete, estamos todos reunidos justamente para eso.

-Sí. Oye, Sammy, ¿quieres una bebida? Hermano, acompáñame a buscarla- dijo Raven de un tirón, alejándose con Neil y hablándole con claridad.- Escucha, no tengo tiempo para fingir. Ella es muy importante para mí así que no quiero arruinarlo con peleas. ¿Está bien?

-¿Por qué me hablas en ese tono? No tengo intención de armar pelea en el cumpleaños de Moonie, así que quedate tranquila que no voy a arruinar tu cita.

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