Capítulo XXIV

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   Incontables besos en las mejillas me hicieron abrir los ojos de manera lenta, al momento que estiraba mis labios para dibujar una sonrisa leve. Ahí estaba John: sentado en el borde de la cama e inclinado hacia mí para hacerme despertar a besitos.

   Finalmente depositó uno en mis labiecitos.

   —Buenos días, hermoso... ¿Dormiste bien?

   Asentí mientras lograba sentarme. Inmediatamente rodeé mis brazos en su torso para abrazarlo, logrando que él me acariciara el cabello.

   —Mmh, sí... —Cuando me separé le di un besito en los labios.

   —Hoy tienes cosas que hacer —tocó la punta de mi nariz, haciéndome sonreír. Se sentía tan bien despertar con ese tipo de atenciones... —. Primero tienes que acompañar a Stuart al cementerio y luego tienes que regresar a ver a tu padre mudarse. Prometo acompañarte siempre, ¿sí?

   Le sonreí; él seguía acariciándome la cabellera y mirándome con ternura.

   —¿Y por qué realmente no vas conmigo al cementerio?

   —Porque debes ir tú solo con Stuart —me dijo, para después volverme a dar un besito en la mejilla—. Y no puedo estar aquí cuando tu padre se mude porque es algo familiar. —Tocó mi mentón y me sonrió nuevamente—. Pero yo siempre voy a estar contigo.

   Hice una mueca.

   —Está bien. —Coloqué mi boca de trompita y lo besé de nuevo en los labios—. Iré a alistarme porque me dijo que quería ir de mañana.

   —Pero dame otro besito —ejerció un agarre más fuerte, que me hizo emitir una leve risita—. Si no, no te dejo ir.

   Coloqué mi boca de trompita y la descargué sobre sus labios un par de veces, logrando que por fin pudiera soltarme.

   —Te amo, hermoso. —Sonrió. De esa forma no parecía tan diabólico—. Mucho, mucho, mucho.

   —Yo te amo más —volví a abrazarlo, esta vez para darle otro beso en sus labios—. Mucho, mucho, mucho —repetí, haciéndolo reír un poco.

   En eso, el toque de la puerta de mi habitación me hizo mirar hacia allá.

   "Paulie, cariño", era mamá. Pese a su voz noté que irradiaba felicidad. "Stuart está en casa. Te está esperando..."

   —Mmh, ¿tan temprano? Bien, dile que en quince minutos estoy listo.

   "Okey."

   Logré levantarme de la cama y estirar mis brazos, al tiempo que soltaba un pequeño bostezo. Para ese entonces, John ya se había esfumado pero, pese al malestar que sentía, sabía que estaba conmigo aún.

   Al llegar al baño, cerré la puerta con seguro y me dispuse a desprender mi cuerpo el bóxer con el que había dormido, no sin antes haberme cepillado los dientes. Traspasé la cortina de plástico, y abrí la ducha para iniciar un baño de agua tibia.

   Intenté que fuera lo más rápido posible porque no quería hacer que Stuart esperara tanto tiempo por mí. Duró alrededor de diez minutos, y salí disparado hacia mi recámara para vestirme. Opté por una sudadera verde oscuro, con un pantalón negro y zapatillas del mismo color.

   Peiné mi cabello con los dedos, guardé mi billetera y móvil en mi bolsillo para luego salir de la recámara a paso rápido. Cuando estuve en la sala, noté que Stuart estaba sentado en el sofá de la misma. Sonrió un poco al verme. Llevaba puesto una camiseta negra, un pantalón de mezclilla y tenis algo desgastado.

The Devil with an Empty Heart ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora