Capítulo XXVII

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   Desperté de mañana con un ánimo de la patada porque me tocaba comenzar las clases, y eso era trágico. Había pasado un par de semanas, y podía decir que todo seguía igual con respecto a Stuart: intentaba evadirlo y John y yo no hablábamos de él.

   A pesar que la curiosidad me carcomía por saber si había hecho la invocación, algo muy dentro de mí prefería no saber nada con respecto a eso.

   Cuando estuve listo, miré mi atuendo en el espejo. Había optado por un suéter azul marino de tela muy fresca con rayas horizontales blancas; aquello lo había combinado con un pantalón gris y unas zapatillas de un azul mucho más claro.

   Peiné mi cabello todavía húmedo con ayuda de mis dedos, y me dirigí hacia la salida de mi habitación, no sin antes tomar la mochila y colgarla sobre mi hombro. Justo cuando me disponía a salir, la figura de John se apareció en frente de mí, haciéndome retroceder un par de pasos de forma involuntaria.

   —Buenos días, precioso. —Esbozó una sonrisa y descargó sus labios los míos para darme un beso cortito—. ¿Listo para tu primer día de clases otra vez?

   —Mmh, sí —asentí sonriente, para después envolver su torso entre mis brazos. Cuando nuestros cuerpos estuvieron muy juntos, alcé mi rostro y volví a besarle los labios de forma suave—. ¿Me acompañarás, verdad que sí?

   —Claro, mi amor. Siempre estoy acompañándote y muy pendiente de lo que tú haces —tocó la punta de mi nariz, haciéndome soltar una pequeña risita—. Espero que te vaya bien, y si necesitas algo no dudes en llamarme, ¿sí? Aunque creo que ya sabes defenderte de quienes te molestan, ¿no es así?

   Mirándolo de forma pícara, asentí. Ya no me preocupaba el hecho de que ellos me molestaran, porque sabía muy bien lo que les haría. Lo tenía en mente desde hacía días.

   —Por supuesto que sí —esbocé una resplandeciente sonrisa, y volví a darle un besito en los labios—. Espero que la mañana pase rápido para volver a estar contigo.

   —Yo también quiero que sea así. —Acarició sutilmente mi mentón—. ¿Llevas todo, no?

   —Ujum.

   "¡Paulie, cariño!", mi madre llamó a la puerta."¿Ya estás listo? Ya nos vamos."

   —Oh, sí. Ya salgo.

   Me despedí de John con un besito en los labios, y cuando él se desapareció, yo me dispuse abrir la puerta. Transité el pasillo rápidamente, y luego bajé las escaleras de forma rápida. Cuando estuve en la sala, noté que todos estaban esperando por mí. Papá llevaba puesto un traje azul marino, mientras que mamá se había acomodado con un vestido lila pastel que le resaltaba de sus tacones bajitos blancos. Y, por otro lado, Mike vestía su uniforme de escuela.

   Salimos de casa rápidamente, y de la misma forma nos adentramos al auto de papá. Ocupé los asientos traseros, al lado de Mike, que iba comiendo su cerealito de chocolate.

Miré por la ventana a la casa de Stuart, puesto que en la puerta yacía una chica detenida y tocando el timbre. Estaba de espalda, y no podía detallarla muy bien, pero vestía prendas negras e cuero y el cabello corto rubio era lo que más le resaltaba. Me alegré inmensamente al pensar que tal vez era una nueva conquista.

   "Eh, Paulie. ¿A qué hora sales hoy?"

   La pregunta de papá me hizo inclinarme hacia él para mirarlo. Enseguida puso el coche en marcha.

   —Al mediodía, como siempre —le contesté—. Aunque tal vez salga más temprano porque como es el primer día... Ya sabes, la primera semana solo dan los contenidos a evaluar y nada más.

The Devil with an Empty Heart ➳ McLennonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora