Capítulo 25: Posibilidades.

42.8K 4.5K 955
                                    

¡Hola, hola! Por favor lean la nota al final del capítulo ;)

¡Los amo mucho, mucho, mucho! 

¡Los amo mucho, mucho, mucho! 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Cómo? —exclamé, incrédula.

Elliot negó con la cabeza, desesperado. Había vuelto a ser el mismo, luego de que Toderick nos explicara la versión completa de la leyenda. Yo no entendía nada de lo que estaba ocurriendo. Elliot había mencionado que nuestro tío lo había cuidado. ¿Acaso mi hermano estuvo siempre en manos de alguien peligroso? ¿Y cómo era posible que no sospechara nada?

¿Cómo es que habíamos ignorado esta información durante tanto tiempo?

Nathan actuó muy rápido. No pude procesar correctamente lo que ocurría. En un segundo estaba sosteniendo mi mano y al siguiente estaba tomando a Elliot de la camisa. Incluso llegó a elevarlo unos centímetros del suelo. Su expresión era aterradora, la furia transformando su rostro en una advertencia notoria para todos. Solté un pequeño grito por la sorpresa.

Sus garras estaban creciendo con gran velocidad. Incluso sus colmillos relucieron cuando gruñó hacia él. Elliot estaba asustado y podía entenderlo. Los alfas eran aterradores, incluso para un brujo.

Quise intervenir, pero supe que no era una buena idea. Con el estado de Nathan, ni siquiera yo podría calmarlo. Sabía lo que él estaba pensando. Creía que Elliot de alguna manera nos había traicionado.

Recordé la conversación que tuvimos hacía tan solo un par de días. Él dijo que mi tío podría ayudar. Y ahora ese tío por el que Nathan y yo tuvimos una discusión, terminó siendo un completo desquiciado. Mi pie aún dolía por lo que la magia no logró curar, las heridas que alguien que llevaba la misma sangre que yo aun estaban presentes en mi cuerpo. Y en mi mente.

—Si haces uno solo de tus truquitos, te corto la garganta —amenazó.

—Nate —intenté hablar, sin embargo, me silenció con un gruñido.

—¿Sabías que aquel tío, al que por tanto tiempo insistí en que viniera, era un ser maldito? ¿Sabías que estabas poniéndonos a todos en peligro, Elliot? ¿Acaso fue intencional? —preguntó, mostrando sus colmillos.

—¡No! —titubeó, intentando zafarse.

No lo logró. Nathan lo tenía bien sujeto y aunque Elliot era un brujo poderoso, sabía que Nate hablaba en serio. No dudaría en cortarle la garganta si notaba algún rastro de magia.

Por eso mi hermano ni siquiera lo intentó. La magia a veces tardaba un poco, sobre todo cuando los nervios y el pánico invadían al usuario.

Nate tenía razones para estar enfadado. Podía sentir lo que él sentía...

Traición, pura y cruda traición.

—Déjalo, Nate —pedí en voz suave.

—Ni en sueños —lo zarandeó en el aire—. Este brujo tiene muchas respuestas que darme.

Los sacrificios de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora