Clavo los frenos haciendo chirriar los neumáticos en el asfalto y corro a la entrada de guardia del hospital, pregunto por Anthony y me dice una señorita de informes que ya avisó de mi llegada y que lo espere en la sala que está ingresando por la puerta de la derecha.
Me dirijo hacia allá y espero impaciente por noticias sobre Liz, camino, me siento, vuelvo a caminar, « ¡Dioooosssss! la incertidumbre me está matando», me siento de nuevo y recuesto la cabeza en la pared, cierro los ojos y me sumerjo en el mar cálido de los suyos recordando la última vez que nos vimos, yo estaba pasando los días de vacaciones de la universidad en casa y una noche ella vino con sus padres a cenar, iba de salida a reunirme con mis amigos y pasé por el comedor a saludar, no puedo evitar reírme cuando recuerdo su mirada, frote su cabeza alborotando su cabello como cuando éramos niños y no le causó ninguna gracia.Lo cierto es que fue un impulso torpe al ver a aquella hermosa jovencita en que mi compañera de juegos se estaba convirtiendo y mientras salía de la casa me maldije a mí mismo por mi estupidez, no volvimos a vernos hasta hoy, sin embargo su recuerdo me acompañó siempre.
─ ¡Mike! ─la familiar voz de Tony me saca de mis pensamientos.
Me levanto tan rápido que casi tropiezo con él.
─ Lo siento, ¿Cómo está? ¿Puedo verla? ─me atropello para hablar y la cadenciosa manera de Tony trata calmarme.
─ Tranquilízate hijo, me informó la enfermera que se quedó dormida, ahora voy a verla, ya le hicimos los análisis de rutina y en breve tendremos los resultados, yo te avisaré cuando puedas entrar.
─ De acuerdo pero ¿Sabes que paso? ¿Hablaste con ella? ─hasta que no la vea sé que no voy a estar tranquilo, no sé porque me afecta de esta manera.
─Solo sé que la trajo el chofer del taxi en el que estaba yendo a su casa, él dice que la noto algo nerviosa y luego se desmayó. Debo ir Mike, te aviso para que la veas, espérame aquí.
─ Ok, aquí me quedo ─espero casi treinta minutos que se me hacen eternos, cuando Tony me avisa que ya puedo entrar.
Abro la puerta y ni me molesto en disimular mi preocupación, corro a su lado y me siento en el borde de la cama, su cara denota sorpresa al verme, lo que no logra disimular el cansancio en sus facciones. Su maquillaje está corrido, su blusa arrugada y sigue igual de hermosa. Todo mi cuerpo me pide estrecharla entre mis brazos, pero me conformo con sostener su delicada mano entre las mías.
Me pregunta como llegué y le relato mi conversación con Tony, cuando le pregunto porque se fue así y no me llamó, su respuesta me transmite más dudas que certezas, los gestos de sus manos, la mirada evasiva. Le reprocho de nuevo el llamado y resulta que tampoco ella tiene mi número, pienso y admito que soy un idiota, debería habérselo dado.─ Lo importante es que estás bien ─le digo a medida que expulso el aire de mis pulmones y con él la tensión acumulada, extiendo la mano para acariciar su mejilla pero en el camino me arrepiento y solo acomodo su cabello en un gesto casual.
En ese momento entra Tony anunciando que ya tiene los resultados de sus análisis.
─ ¿Cómo está Tony? ─pregunto ansioso levantándome de la cama.
─ Hay un leve índice de anemia, pero puede ser debido a una mala alimentación ─nos informa a ambos y la reacción de Liz no me pasa desapercibida lo mismo que a Anthony.
Me extiende las órdenes y las leo atentamente, mientras él le explica a Liz los pasos a seguir, en eso veo que intenta bajarse de la cama y llego justo para evitar que se caiga, es lo que necesito para casi obligarla a quedarse conmigo, entre lo que dijo Tony y esto nadie va a lograr que cambie de opinión.
Salgo de la habitación con Tony para esperar a la enfermera que la ayude a prepararse para irnos a casa.
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POR SIEMPRE
RomancePROLOGO ¿Cuántas maneras de amar conoces? Desde preparar una comida, hasta el extremo de dar la vida por alguien más, se abre un abanico infinito de posibilidades. ¿Cuántas formas de amor conoces? Si lo piensas tienes ante ti otro abanico más. Sea...