-CAPITULO 15- LA VENGANZA (El comienzo)

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MELISSA / ALEXA



Nick me abre para que pase primero, siento cerrarse la puerta de entrada a mis espaldas y al mismo tiempo sus manos sobre mis hombros, quitándome el abrigo. Lo arroja sobre el sillón de la sala junto con las llaves del auto y rodea mi cintura con sus brazos, pegando mi espalda a su pecho.



─ Estoy ansioso por mi obsequio nena ─me susurra al oído, mientras deja un rastro de pequeños besos por mi cuello.



─ ¡Calma tigre! Que tenemos el resto de la noche.



─ Este tigre quiere montar a su tigresa ─me dice presionando su erección contra mis nalgas, evidenciando su notable excitación.



─ Si preparas unos tragos...estaré esperando ansiosa en tu dormitorio....─digo luciendo mi mejor mirada gatuna, cuando me giro para deslizar mi mano por su entrepierna.



─ ¡A tus órdenes nena! ─y se marcha a la cocina, no sin antes atacar mi boca con pasión.


Camino contoneando exageradamente mis caderas cruzando la sala hacia el dormitorio «sé perfectamente que está parado mirándome el culo... ¡tan básico!»


Entro a la amplia habitación que solo está iluminada por una lámpara de pie, en el extremo opuesto a la puerta de entrada. Saco el pequeño frasco de mi bolso y lo oculto detrás del reloj que está sobre la mesa de noche. Dejo mi bolso sobre el sillón que se encuentra a un lado de la lámpara y me siento en el borde de la cama a esperarlo.


Nick entra con un vaso en cada mano, sin el saco y con los primeros botones de su camisa desprendidos. Se acerca ofreciéndome una de las bebidas, mientras da un sorbo a la suya, para dejar luego el vaso en la mesa de noche junto al reloj. Se inclina hacia mí y sujeta mi cara con ambas manos para llevarme hacia su boca, mientras me eleva lentamente del colchón hasta quedar de pie frente a él.


En esa maniobra, derramo parte de la bebida sobre mi vestido.



─ ¡Lo siento, que torpe soy! ─digo haciendo una mueca exagerada sacudiendo la tela de mi vestido.



─ No te preocupes, voy por una toalla ─va hasta la puerta de la derecha y entra al baño. En ese momento me apresuro y vuelco el contenido del frasco en su bebida. El vuelve con una toalla blanca en su mano y me la da para secarme el vestido. Froto la tela fingiendo preocupación por si la mancha no se quita, cuando sus manos detienen mis movimientos.



─ Igual estaba estorbando... ¿no te parece? ─dice mientras sonríe de lado y me quita la toalla de entre las manos.



─ Tienes razón ─le contesto con una sonrisa sensual pintada en los labios.


Arroja la toalla a un costado y comienza a desprenderse la camisa sin quitar sus ojos de los míos. Antes que se la quite tomo mi vaso y le entrego el suyo.



─ Por los nuevos placeres por descubrir ─brindo chocando su vaso con el mío.



─ ¡Oh sí nena! me encanta que los descubras conmigo ─y vacía su bebida de un trago ante mi mirada triunfal.



«10...9...8...» Se tambalea un poco, sosteniendo su cabeza con una mano, mientras el vaso vacío se desliza de la otra hasta la alfombra.



«7...6...5...» Trata de enfocarme con la mirada ─ ¿Qué mierda?



«4...3...2...» Pone los ojos en blanco y cuando veo que sus piernas flaquean, tiro con fuerza de sus brazos para arrojarlo a la cama.



«1...dulces sueños imbécil»

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