ADVERTENCIA:
ESTE CAPITULO CONTIENE LENGUAJE ADULTO Y ESCENAS DE SEXO EXPLÍCITO. SE SOLICITA DISCRECIÓN.
ANDREW
─ Despertó señor.
─ De acuerdo…puedes retirarte.
Jason, mi jefe de seguridad, inclina su cabeza a modo de saludo y se va dejándome inmerso en mis pensamientos. Que decir que Elizabeth Jenkins es la dueña de ellos. Desde aquella puta noche, se ha transformado en mi obsesión.
La noche del evento, una muy insaciable Erika, metía su juguetona mano dentro de mis pantalones y se deleitaba con mi fiera mientras hablaba por teléfono con Liz. Y la muy zorra no se quedó conforme hasta que se la metí por detrás sobre el escritorio. Ya era demasiado tarde, cuando Leyla casi tira abajo la puerta de mi apartamento por la mañana, había apagado mi teléfono…
Un tipo al que el tal Marcos Ludwing ordenó ser su sombra, no me permitió verla en el hospital y luego que se la llevaron, borró todo rastro de ella, o eso fue lo que pensaron. No fue difícil obtener información de una de las enfermeras, cuando gemía por mí, con mi lengua entre sus piernas.
Así supe que fue trasladada a una clínica de rehabilitación, fuera de la ciudad. Donde una infartante terapeuta de ojos felinos, me mantenía informado, cuando desocupaba su linda boca de mis genitales.
En el camino, mande a borrar del mapa a esos tres hijos de puta, que se atrevieron a tocarla. Ella es solo mía y de nadie más.
Cuando estaba tan cerca…cuando volvió a su casa…cuando la imaginé de nuevo desnuda en mi cama…apareció Marcos Ludwing para arrebatármela. Solo volver a recordarlo me enfurece y sueño con verlo destruido. Tres malditos meses me llevó planearlo todo, para que una estúpida despechada interfiera con mis planes y no solo eso, se atrevió a tocarla y va a tener que pagar.
─ Tranquilo fiera…─le digo a la enorme erección, que puja por salir de mis pantalones…─Tu desayuno te espera…
Me encamino a la habitación de la planta alta, abro la puerta y cierro con llave una vez dentro. Observo el objeto de mis más malévolos pensamientos tendido en la cama.
Está tal cual lo ordené, boca abajo, ojos vendados, manos y pies atados a los cuatros extremos de la cama y completamente desnuda.
Me quito la ropa a medida que me acerco a ella y escucho su respiración agitarse más a medida que me aproximo. Me inclino y lamo su cuello lentamente, lo que eriza toda su piel al instante.
─ Hoy eres la perra que dañó a Liz…─le digo mientras sujeto su rojo cabello con una de mis manos y tiro de él para inclinar su cabeza. Un gemido se escapa de sus labios y tiro un poco más fuerte.
─ Si yo no te lo ordeno…no emites sonido… ¿me entendiste? ─ asiente obediente con un suave movimiento de cabeza ─ Así me gusta…como te decía…hoy eres la perra que dañó a Liz…así que debes pagar… ¿sabes lo que eso significa? ─mueve despacio su linda cabecita en señal de afirmación, no es la primera sesión de este tipo que tenemos ─ Significa que voy a cogerte tantas veces y tan duro hasta que me canse y no vas a poder gritar ─susurro en su oído con voz grave. Un ligero temblor sacude su cuerpo y mi pene le corresponde irguiéndose un poco más.
Apreto el agarre sobre su cabello mientras hundo mis dedos en ella en un solo movimiento, su cuerpo se tensa todo lo que permiten sus ataduras y su sexo esta empapado por la excitación.
─ Sé que te gusta que te de duro… sabes lo que eso me pone nena…veremos qué tan duro hoy puedes aguantar…─meto y saco mis dedos sin compasión, hasta que siento como me aprieta en su interior, sé que está por acabar…pero no pienso dejarla hasta que se me den las regaladas ganas.
Saco mis dedos empapados y se los meto en la boca.
─ Ves…así es como te gusta…─le digo mientras chupa mis dedos.
Me levanto y me sirvo un whisky, tomo un cubo de hielo y me siento en la cama a beber mientras deslizo el hielo por su sexo, la veo morderse los labios al sentir el helado contacto y tensar sus piernas tratando de cerrarlas.
─ Solo vas a correrte cuando yo te lo diga ¿ok? ─asiente con su cabeza y deja escapar el aire de sus pulmones en un sonoro suspiro.
─ Bien…si te portas bien…puede que tengas tu recompensa ─dicho esto, dejo mi bebida en la mesa y me posiciono entre sus piernas para arremeter su sexo con mi lengua. Lamo, chupo y muerdo su esencia de mujer y meto mi lengua en su interior una y otra vez hasta llevarla de nuevo al borde del abismo. El hielo hace su magia mientras termino mi bebida.
Repito todo otra vez…dedos…hielo…lengua…hielo. Después de tres intensas sesiones su cuerpo yace lánguido bajo una fina capa de sudor.
Termino mi segundo vaso de whisky y lentamente comienzo a desatarla.
─ Te portaste muy bien…ahora tendrás tu recompensa ─termino de deshacer las ataduras y la dejo estirar sus brazos y piernas.
La tomo del brazo y la bajo de la cama, para dejarla de pie ante mí.
─ Arrodíllate y pon tus manos por detrás ─obedece bajando lentamente sus rodillas hasta golpear con la alfombra y lleva sus manos a la espalda, se las ato con una de las sogas mientras susurro en su cuello ─Ahora abre tu preciosa boca ─separa sus carnosos labios y los acaricio con la punta de mi envarado miembro. Meto la punta en su boca y me succiona con avidez, haciendo que un gruñido salga de mi interior. Su lengua y sus labios hacen maravillas con mi fiera que crece sin parar al igual que mi excitación. La separo tirando de su cabello con fuerza y la tiro sobre la cama para penetrarla con fuerza. Cuando me clavo en ella hasta la empuñadura, muerde sus labios hasta hacerlos sangrar.
─ ¡Grita ahora! ¡Grita mi puto nombre! ─le ordeno mientras subo sus piernas a mis hombros para ir más profundo y embestirla una y otra vez con violencia.
─ ¡Aaandrewww! ─grita de placer mientras me empuja con su cadera para que entre más. Cuando la siento estrangularme dentro la saco de golpe y tiro de ella hasta sentarla en la cama para metérsela en su hermosa boca.
La tomo del cabello con ambas manos y me cojo su boca hasta explotar en un magnífico orgasmo. Me ordeña con su garganta hasta la última gota y traga, mientras un par de lágrimas se deslizan por sus rojas mejillas. Me salgo de entre sus labios y la beso suavemente.
─ Ahí tienes tu recompensa ─ le digo mientras salgo de la habitación.
MELISSA/ALEXA
Me quedo inmóvil sentada en la cama hasta que escucho cerrarse la puerta. Estoy tan adolorida como excitada en iguales proporciones, Andrew «si es que ese es su verdadero nombre» es un puto animal en celo. Cuando me hace disfrazar como su querida Elizabeth, me hace el amor hasta llevarme a tocar el maldito cielo. En cambio cuando soy yo, la que se atrevió a tocar a su mujercita «según él» me hace descender hasta el mismo infierno con sus juegos perversos…y ambas cosas…me encantan.
Enseguida alguien entra y me toma del brazo para levantarme y cubrir, con lo que parece ser un albornoz, mi desnudo y adolorido cuerpo. Me lleva hasta mi habitación en el sótano, ya conozco de memoria el camino, perdí la cuenta cuantas veces me subieron y bajaron en estos días.
Al entrar el hombre que me custodia, cierra la puerta, me quita la venda de los ojos y me deja verlo por primera vez. Unos penetrantes ojos verdes me miran con deseo a través de la máscara negra que cubre su cabeza. Mi mente va a mil kilómetros por hora «todos tienen un punto débil y yo acabo de encontrarlo ».
─ ¿Puedes desatar mis manos por favor? ─le digo de manera sensual, sé que tiene que quitarme el albornoz para hacerlo.
El solo asiente y se acerca para desatar el nudo del cinturón y deslizar la prenda por mis hombros hasta dejarla caer en el piso. Su mirada me barre de pies a cabeza y un destello de ira aparece en sus ojos, al ver las marcas que se han ido sumando en mi cuerpo. Me rodea sin quitarme los ojos de encima y con lentitud desata mis manos.
Me giro para poder verlo a los ojos y lentamente doy un paso hacia él, sus pupilas están tan dilatadas, que sus ojos parecen negros.
─ Creo que él va a matarme ─le digo con mi mejor carita de pena mientras una lágrima corre por mi mejilla ─ Tú en cambio siempre me tratas bien ─entonces elevo mis manos muy despacio y tomo el borde de su pasamontañas. Se tensa por completo ante mi movimiento y lleva una mano hacia su espalda, donde tiene su arma.
─ ¿Me crees capaz de lastimarte?...solo mírame… ─ él relaja su cuerpo, pero sigue con una mano atrás ─ Sólo quería hacer esto ─subo el borde de la negra tela, para descubrir su boca y deposito un suave y húmedo beso en sus labios ─ Gracias ─digo casi en un susurro.
Lo cubro nuevamente y su pecho sube y baja agitado, cuando vuelvo sobre mis pasos.
Baja la cabeza y sale apresurado de la habitación, tratando de ocultar su notable erección.
Cuando siento que traba la puerta desde afuera una sonrisa de satisfacción resplandece en toda mi cara.
« Ya tenemos pasaporte de salida Alexa»*****************************
Holiiiisssss!!!!! 😁😁😁😁😁Gracias siempre por leerme y darle una oportunidad a esta historia, poquito a poco vamos creciendo y todo gracias a ustedes. 💋💋💋💋💋💋💋💋
Dejen estrellitas y comenten.
Mariamercedes68 💖
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POR SIEMPRE
RomancePROLOGO ¿Cuántas maneras de amar conoces? Desde preparar una comida, hasta el extremo de dar la vida por alguien más, se abre un abanico infinito de posibilidades. ¿Cuántas formas de amor conoces? Si lo piensas tienes ante ti otro abanico más. Sea...