CAPITULO 29 - CONFECIONES

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MIKE

─ Liz…preciosa…despierta ─digo mientras dejo un camino de besos desde su frente hasta llegar a su mejilla.
Abre sus ojos lentamente mientras parpadea para acostumbrarse a la luz y cuando me ve, acaricia mi mejilla son suavidad. Ladeo mi cara contra su mano y cierro los ojos ante la sensación de placer que me causa.

─ Quiero despertar siempre viendo tu hermoso rostro ─me dice y el corazón se me hincha dentro del pecho.

─ Sus deseos son órdenes princesa, a partir de hoy despertaras junto a este galán porque no pienso separarme de tu lado nunca más…nos vamos a casa amor ─abre sus ojos asombrada ante mis palabras y una hermosa sonrisa se dibuja en sus labios.

─ ¿De verdad?

─ Si amor, ya está todo listo, solo faltas tú ─le digo con una sonrisa que no se me despega del rostro, desde que Tony me dio el ok para llevarme a Liz. Las noticias de Jack solo aceleraron el proceso, quiero llevarme a Liz a casa donde sé que estará más segura y sobre todo podré estar a su lado sin las incomodidades del hospital.

─ ¿En qué momento arreglaste todo…tanto dormí? ─dice mientras ríe asombrada.

─ Soy un hombre a cargo de una empresa cielo, si hay algo que sé es organizar cosas ─le guiño un ojo y voy hasta el pequeño closet a buscar su ropa.

─ ¿Necesitas ayuda o puedes sola? ─hago bailar mi cejas divertido y ella me mira sin comprender. Hasta que se da cuenta de mi insinuación y me da un pequeño golpecito en el hombro mientras se incorpora de la cama.

─ ¡Mike!

─ Bueno…tenía que intentarlo ─digo levantando ambas manos a modo de disculpa ─te dejo para que te cambies tranquila, estaré en el pasillo si me necesitas ─salgo cabizbajo arrastrando los pies de modo exagerado y logro arrancarle una sonora carcajada.

Ya fuera de la habitación, tomo mi teléfono y llamo a Jack.

─ ¿Todo listo? ─pregunto a mi jefe de seguridad.
─ Cuando quieras.

─ Ok, en quince bajamos.

Corto la llamada y me siento a esperar a Liz. Mientras dormía arreglé con Jack el tema de la seguridad, dos camionetas nos escoltaran hasta la casa y seis hombres estarán 24/7 fuera de la casa. No quiero arriesgarme con Melissa suelta y sin rastros de ella. Mis padres y Christian también están con custodia a pesar de sus protestas, pero saben que por más que protesten no se moverán a menos que yo lo ordene. Tengo todas las indicaciones de Tony para cuidar de Elizabeth y el la controlará en casa las veces que sea necesario. También arreglamos la visita de la psiquiatra para mañana en la tarde y una enfermera hará sus curaciones.
Así que está todo perfectamente organizado como me gusta.

─ Estoy lista ─escucho decir a Liz y me levanto rápido para tomar el pequeño bolso de su mano. Ya que está parada bajo el marco de la puerta de su habitación y yo sumergido en mis pensamientos ni me había dado cuenta.

─ Lo siento preciosa, me quedé colgado en mis pensamientos ─tomo su brazo y lo engancho con el mío, para despacio caminar hasta la salida. Detrás de las puertas nos espera Jack, quien toma el bolso de mi mano y saluda a Liz.

─ Señorita Jenkins.

─ Elizabeth, él es Jackson mi jefe de seguridad ─se lo presento ante la mirada de desconcierto que pone.

─ Un gusto señor Jackson y puede llamarme Elizabeth por favor ─dice ella mientras estrecha su mano.

─ Igualmente…Elizabeth y puede decirme Jack.
─ Ok, Jack entonces, gracias.

Subimos a mi auto y nos ponemos en marcha hacia la casa. Cuando llegamos, nos está esperando el resto de la seguridad y nos da el ok para ingresar.

─ ¿Que sucede Mike, porque hay tantos hombres en tu casa? ─pregunta Liz desconcertada por tanto movimiento una vez que estamos solos en la sala.

─ Primero te acomodaré en tu habitación y luego hablamos… ¿sí? ─digo mientras tomo su mano y me encamino hacia la escalera que lleva a los dormitorios.

─ Ok ─me dice seria y entiendo que le debo una explicación, aunque obviamente sabe que alguien la atacó a ella y a Stev, no está al tanto de toda la historia y no sé cómo mierda se lo va a tomar «demonios no quería llegar a este momento»

─ Te dejo que te cambies tranquila, porque usted señorita en este momento se va a la cama.

─ Pero Mike me siento bien, quiero cenar contigo en el comedor ─me dice haciendo un cómico puchero.

─ No, no, no…hoy tendrás servicio al cuarto, mañana veremos. Toma un rico baño mientras yo preparo la cena, ya sabes dónde está todo ─me voy apresurado hacia la cocina, porque sé que si me quedo un minuto más no voy a parar de besarla hasta quedarme sin respiración.

Pongo algo de música mientras alisto todo para cenar y suena una canción en castellano que siento haber escuchado antes. « ¿De dónde me suena esto?»
Sigo preparando la comida, mientras la melodía da vueltas en mi cabeza y cuando tengo todo listo armo una bandeja para ambos y subo a la habitación de Liz.
Doy dos golpecitos a la puerta.

─ Servicio al cuarto señorita Jenkins ¿puedo pasar? ─digo impostando la voz y tratando de no reírme.

─ Adelante señor Ludwing ─escucho del otro lado entre risas.

Abro y el olor a rosas invade mis sentidos, la habitación huele a ella y no hay perfume más exquisito para mí. Y ahí está, sentada en la cama con una de mis camisetas que le quedan de infarto.

─ ¡Dios!...te ves…

─ ¿No te molesta no? La encontré sobre una de las sillas del baño y decidí ponérmela ya que no tenía nada cómodo para dormir.

─ ¿Molestarme?...te ves preciosa, definitivamente te queda mejor que a mí ─aprieto la bandeja que tengo entre mis manos tratando de canalizar todas las cosas que en este momento cruzan por mi cabeza respecto a Liz y mi camiseta «Que se reducen a yo…quitándosela»
Hecho a un lado mis innobles pensamientos y acomodo la bandeja sobre el mueble al pie de la cama, acerco una silla y me dispongo para comer.

─ Esto esta delicioso Mike, no conocía tus dotes culinarias ─me dice entre bocado y bocado.

─ Me alegro que te guste, tuve que aprender, no podía declarar mi independencia yendo a casa de mamá a comer todos los días.

─ Ese es un muy buen punto, pues me alegro hayas declarado tus principios ─y los dos reímos ante la broma.
─ Preciosa, sé que te debo una explicación por todo lo que viste cuando llegamos…

─ Te escucho…

─ La persona que te atacó a ti y a Stev…eh…todavía no la encontramos…

─ Oh… ¿tú piensas que puede volver a lastimarme? ─veo cómo cambia su semblante a medida que procesa mis palabras.

─ No solo lo pienso…si no que estoy seguro de ello…lo lamento tanto amor…todo esto es por mi culpa ─tomo sus manos que se sienten frías al tacto y comienzo a acariciarlas con mis pulgares.

─ ¿Por qué dices que es tú culpa?…no entiendo Mike ─y al hablar retira suavemente sus manos de las mías.
«Maldición…no por favor»

─ La persona que te atacó…es una mujer…con la que yo me veía y lamento como suene, pero solo teníamos una relación basada en el sexo…fui muy claro desde un principio con ella pero en algún momento se enamoró de mí. Se volvió posesiva, controladora y cuando terminé con ella…me volví su obsesión…al punto de querer matarnos a ambos creyendo que estaba en una relación contigo ─cuando termino de resumirle lo acontecido, obviando al pobre Nick, porque sé que no lo soportaría, se queda en silencio con la mirada perdida en los cristales del ventanal.

─ Dime algo por favor amor ─ruego tratando de que sus hermosos ojos me vean.

─ Creo que necesito estar sola…por favor ─me dice sin siquiera voltear a verme y mi corazón se parte en mil pedazos.
Tomo la bandeja, camino hasta la puerta y me detengo un instante antes de salir.

─ Daría mi vida por ti y lamento no haber estado ahí ese día para haberlo hecho ─y cierro la puerta de su habitación.

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Holisss!!!! De madrugada en mi país pero cumpliendo con lo prometido.

Gracias a los fieles seguidores de está historia....va para ellos.

❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

Como siempre sigan leyendo y dejando estrellitas.😁😁😁😁

Mariamercedes68 💖

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