La ciudad está atestada de gente por los festejos y me demoro más de lo previsto en llegar a la casa donde vive Melissa con su madre, una adorable mujer de cuarenta y cinco años, de la cual ella no heredó ni un poco de su dulce carácter.
Me detengo frente a la hermosa propiedad de dos plantas, la conozco perfectamente, ya que en más de una oportunidad vine a encontrarme con ella.
Respiro profundo unas cuantas veces para controlarme y poder mantener una charla civilizada. Bajo del auto y subo los seis escalones que me separan del amplio porche que antecede a la puerta principal, toco el timbre y espero.
Catherine es quien abre la puerta, su cabello rubio ceniza cae lacio hasta sus hombros, es pequeña y delgada como su hija. Sus ojos azules se notan hinchados y rojizos, solo me mira en silencio transmitiéndome su dolor.─ Cath...─pronuncio su nombre con una puntada en el estómago al verla así y toda la ira que siento se transforma en desazón.
Rompe en llanto y la abrazo para darle consuelo, estamos así en silencio hasta que más calmada, me hace una seña para que la siga al interior de la casa.─ Siéntate por favor, enseguida vuelvo ─me dice con la voz quebrada y sigue hasta perderse dentro de la cocina.
Me acomodo en el sillón blanco, que está en medio de la sala a esperarla, en minutos vuelve con dos tazas de café, me ofrece una y se sienta a mi lado.─ Gracias Cath... ¿Dónde está Melissa? ─voy directo a lo que vine aunque me duela, pero necesito resolver esto de una vez.
─ Se fue Mike ─me dice entre sollozos.
Tomo su mano entre las mías y respiro profundo una vez más para mantener la calma.
─ ¿Sabes a dónde? ¿Te dijo algo? ─pregunto con voz calmada.
Ella niega con la cabeza y se libera de mis manos para enjugar sus lágrimas.
─ Estaba hablando contigo ¿verdad? ─me pregunta, pero no hay reproche en sus palabras, solo tristeza.
─ Si, dime que pasó.
─ Me levanté temprano a preparar el desayuno, ya que le di estos días libres a Nina por los festejos, Mel se levantó contenta porque en la tarde íbamos a ir a la feria anual. Sabes cómo le gustan esas cosas, en el fondo sigue siendo una niña...«en este punto siento que hablamos de dos personas diferentes»...Como te decía, estaba en la cocina cuando escuché sus gritos desde la sala, salí corriendo y estaba aquí mismo, llorando encogida sobre el sillón tirándose del cabello, se balanceaba adelante y atrás mientras repetía como una letanía...los voy a matar, los voy a matar, los voy a matar...
Tengo miedo Mike, nunca la vi así.─ Tranquilízate Cath, dime que pasó después de eso.
«Le pido tranquilidad cuando yo estoy a punto de estallar como un volcán»
─ Me acerque a ella, puse mi mano en su espalda para calmarla y me apartó de un manotazo, empezó a gritarme y subió corriendo a su dormitorio. Corrí igual detrás de ella pero me cerró la puerta en la cara, seguía gritando, escuche ruido de vidrios rotos y quise entrar pero había cerrado con llave. Golpeé la puerta con los puños desesperada por temor a que se haga daño, pidiéndole por favor que se detenga.
Entonces abrió la puerta y me miró... ¡OH MIKE!...estaba desencajada, sus ojos parecían estar inyectados en sangre y su rostro...su bello rostro...tenía una mueca...parecía poseída ─«el rostro de mi pesadilla se dibuja en mi mente con detalle mientras escucho su relato y se me hiela la sangre».
─ ¡Dios mío Cath!, tengo que encontrarla.
─ Es que no sé dónde pudo haber ido, me empujó contra la pared y salió enloquecida, se llevó su auto y no sé más nada, intente llamarla pero tiene su teléfono apagado ─me levanto del sillón y camino en círculos por la sala con las manos sobre mi cabeza rompiéndome el cráneo pensando donde mierda pudo haber ido.
─ ¿Sucedió algo entre ustedes Mike?, pensé que estaban bien ─su pregunta me descoloca por completo.
─ No entiendo a qué te refieres, no veo a Melissa desde hace más de tres meses antes de irme de viaje, lo nuestro estaba terminado desde entonces ─le digo extrañado. Sus ojos se abren asombrados y se cubre la boca con ambas manos.
─ ¿Qué sucede Cath? ─le pregunto mientras me siento de nuevo en el sillón y la tomo por los hombros instándola a hablar.
─ O sea que no se fue de viaje contigo...─más que una pregunta es una confirmación para ella misma, los dos quedamos en shock ante la verdad aplastante que se vislumbra entre nosotros.
─ ¡Dios mío Mike! ¿Qué le está pasando a mi niña? ─llega a decirme antes de romper en un llanto desconsolado.
« ¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! Esto no puede estar pasando»
Voy hasta la cocina y traigo un vaso de agua para Cath «yo creo que necesito un whisky», trato de volver a calmarla, se toma el agua mientras yo trato de atar cabos en mi cabeza.
Los nervios me superan y todo mi autocontrol se está yendo a la mierda literalmente «necesito ayuda»─ Cath ¿puedo usar tu teléfono?
─ Por su puesto, sabes dónde está.
─ Camino apresurado hasta el estudio, que está al final de la sala y llamo a Christian ─espero que este despierto, ya que es sábado y no pasan de las diez de la mañana.
─ Mike, ¿es que acaso no duermes ni siquiera en sábado?─pregunta mi amigo con un claro tono de fastidio, dándome a entender que todavía estaba durmiendo.
─ Lo siento amigo pero es urgente, necesito que vengas a la casa de Melissa.
─ ¿QUEEE? ¿Y ahora qué le pasa a esa loca?
─ Pasa que desapareció y te necesito.
─ Uff...está bien, aguarda que me cambio, tomo algo y voy para allá.
─ ¡NO! ¡AHORA CHRISTIAN! ¡MUEVE TU CULO YAAAA! ─lo poco de control que me quedaba se va a la mierda en ese mismo instante, corto la llamada y vuelvo a la sala, de camino me detengo en el pequeño bar que está a la derecha y me sirvo un vaso de whisky.
Vuelvo a sentarme junto a Cath en el sillón.─ Discúlpame por no pedirte permiso pero lo necesito ─le digo a ella por la bebida que acabo de servirme.
─ No hay problema, toma todo el que necesites ─me dice restándole importancia al hecho.
─ Christian viene en camino, no puedo con esto solo.
─ Me parece bien, necesitamos encontrarla antes que cometa alguna locura ─me dice resignada ante la situación.
Me bebo el whisky en pequeños sorbos, ya que si lo hago de golpe iré por más y necesito tranquilizarme, no emborracharme.
Cierro los ojos contando los minutos, hasta que escucho unos golpes en la puerta de entrada. Me levanto de un salto abro la puerta y me encuentro con un Christian que a través de su mirada me dice que me va a bajar los dientes a trompadas.
No lo dejo reaccionar y lo abrazo con todas mis fuerzas diciéndole un simple ─ Gracias.*****************************
Holis!!! mil disculpas que no subí capítulo ayer, dos días sin luz por un corte y por ende sin internet 😤😤😤
Pero estamos devuelta, a disfrutar queridos lectores y ¡GRACIAS! Llegamos a las 100 visitas.
Como siempre comenten y dejen su estrellita 😁😁😁💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋💋
Mariamercedes 💖
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POR SIEMPRE
RomancePROLOGO ¿Cuántas maneras de amar conoces? Desde preparar una comida, hasta el extremo de dar la vida por alguien más, se abre un abanico infinito de posibilidades. ¿Cuántas formas de amor conoces? Si lo piensas tienes ante ti otro abanico más. Sea...