-CAPITULO 26- ESA RUBIA DEBILIDAD.

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CHRISTIAN

Luego de desayunar en el hospital con Mike y Liz, me dirijo a la empresa a buscar un material que necesito para preparar la reunión con la constructora, con la que haremos el centro vacacional. Entre todo el caos que han sido estos días, no podemos descuidar el trabajo. Voy saliendo del edificio, cuando choco repentinamente con alguien, haciendo que la mitad de mis papeles terminen desparramados en el piso. Me agacho para recogerlos y entonces…

─ ¡Lo siento mucho! ─una dulce voz que es melodía para mis oídos, me hace levantar la vista del piso. Mis ojos ven unos estiletos seguidos de unas piernas kilométricas, un cuerpo salido de mis mejores fantasías, enfundado en un vestido rojo diseñado para el infarto y su cara…un ángel vestido de demonio. Cuando me pongo de pie sus bellos ojos azules me miran sorprendidos y sus labios se separan unos milímetros. Mi mirada va directo a su boca y ella se muerde ligeramente el labio inferior. Mi corazón se salta un latido y trago ruidosamente sin siquiera querer hacerlo.

─ Lo siento ─vuelve a decir y acomoda un mechón de su largo cabello dorado detrás de su oreja, mientras bate sus largas pestañas y yo siento que terminaré en terapia intensiva en 5…4…3…2…

─ ¿Está cerrado? ─me pregunta y mi alma vuelve a tomar posesión de mi cuerpo.

─ Si… ¿la puedo ayudar en algo? ─digo tratando de sonar normal y no como el idiota que acaba de comprobar, que el amor a primera vista, si existe.

─ Busco a Elizabeth Jenkins…trabaja aquí, ¿verdad? ─la sola mención de su nombre me baja de la nube y enseguida me pongo a la defensiva.

─ Y usted ¿es? ─indago al monumento de mujer que tengo delante.

─ ¡Oh perdón! No me presenté…mi nombre es Leyla…Leyla Atkins y soy una vieja amiga de Liz ─me dice mientras me extiende su mano.

─ Christian Walker ─me presento con mi más encantadora sonrisa y tomo su mano para depositar un suave beso en ella. Una hermosa sonrisa se dibuja en sus labios y mis defensas caen arrasadas por una ráfaga de ametralladoras antiaéreas.
Me repongo como puedo y le extiendo mi tarjeta de presentación.

─ La ciudad está de festejo y retomaremos nuestras actividades el día miércoles. ¿Dónde se hospeda señorita Atkins? ─digo tratando de oírme lo más formal posible.

─ En el Gold Valley y puede llamarme Leyla, señor Walker, necesito ver a Liz lo antes posible por favor ─su voz denota un ligero nerviosismo.

─ Me encargaré personalmente que así sea y puede llamarme Christian.

─ Christian…─dice con su melódica voz y mi puto nombre suena como los dioses en su boca.

─ Leyla…─digo exhalando el poco aire que me queda en los pulmones, porque creo que me olvide de respirar. Sus mejillas se sonrojan y estoy a nada de revolear los papeles a la mierda y besarla hasta que duela.

─ Bueno…Christian…espero verlo pronto…fue un placer.

─ El placer ha sido todo mío…créelo y no me trates de usted por favor.

─ Gracias…nos vemos…Christian ─se despide con una gran sonrisa y cuando se da vuelta y la veo alejarse, el mundo se pone en slow motion…
Lady in red suena en mi cabeza y sigo el contonear de su cadera, su cabello dorado cae en ondas hasta la mitad de su espalda, el viento lo mece dejando entrever el escote trasero de su vestido. Dos imbéciles son casi atropellados por mirarla y el ruido de la bocina hace que todo recupere su ritmo normal. Cierro mis ojos con fuerza mientras me apreto el puente de la nariz « ¿Qué demonios acaba de pasarme?»
Recupero mis cinco sentidos y vuelvo a recoger los papeles del piso que en el estado de shock perdí nuevamente.
Me subo a mi deportivo rojo « ¡Santo dios si hasta combinamos perfecto!» y me pongo en marcha a la casa de Marcos, tratando de olvidar que acabo de asomarme al cielo y toque a uno de sus angeles.

LEYLA

Llego al hotel y subo directo a mi habitación en el tercer piso. Entro al cuarto y me despido de mis tacones, voy hasta el dormitorio y me dejo caer en la gran cama King que domina la estancia.

─ ¿Qué – mierda – fue – eso? ─me pregunto mientras oprimo mi cabeza con ambas manos y dejo escapar un grito histérico al mejor estilo groupie.

─ No tiene derecho ese hombre a circular libremente por la calle… ¡Es una maldita incitación al pecado! ─me levanto de la cama y empiezo a desvestirme ─ Necesito una ducha… ¡Yaaa! ─tiro mi vestido y mi ropa interior de camino al baño, abro el agua fría y con un grito me pongo debajo, dejando que el agua barra mis más pecaminosos pensamientos.
Después de veinte minutos de hidroterapia quedo renovada. Me envuelvo en una toalla y seco mi largo cabello. Mi mente vuelve irremediablemente al dios griego que conocí hace unos minutos. Sus ojos verdes, su cabello rubio oscuro perfectamente despeinado, esa barba incipiente que imagino raspando mi cuello y su sonrisa ladeada…«Uff…creo que necesito otra ducha…pero de hora y media».

─ ¡Vamos Leyla! ¡Desde cuándo te derrites así por un hombre! ─me digo frente al espejo «desde esta maldita mañana».


CHRISTIAN

A mitad de camino telefoneo a Marcos «tengo que pasar primero por el hospital» viro a la derecha y me encamino al nosocomio.
Subo directo a la habitación de Liz.

─ ¡Por favor deja al menos que le den el alta! ─entro diciendo al encontrar a Mike recostado en la cama de Liz. Ambos ríen con ganas «como deseaba verlos así…ya es momento que sean felices»

─ ¡Chris! No te pases…─me advierte Mike «nunca lo vi tan sobreprotector con nadie… ¡Oh l'amour!» luego viene y me abraza.
Me acerco a la cama y le doy un beso a Liz.

─ Me voy unas horas y ya estás en la cama con otro… ¡huele a traición! ─le digo de manera teatral y vuelve a reír con fuerza…cuando con una mueca se sujeta la herida del costado.

─ ¡Liz! Lo siento… ¿estás bien? ─digo algo asustado por el gesto.

─ Tranquilo “jefecito” estoy bien, solo me tiro un poco la herida por reírme tanto.

─ Juro que si retrasas el alta por tus payasadas se te van a ir las ganas de tanto chiste ─me dice Mike mientras me perfora con la mirada.

─ ¡Liz ¡ defiéndeme…me quiere pegar ─digo fingiendo el llanto y escondiéndome detrás de ella.

─ ¡Mike! ¿No ves que asustas al niño? ─dice mordiéndose para no reírse Liz. Todos reímos de buena gana, nos hacía demasiada falta esto…olvidarnos un poco de tanta mierda que nos rodea.
Desgraciadamente me toca cortar el clima.

─ Liz…ahora en serio…volví porque necesito preguntarte algo ─digo mientras acerco una silla al costado de la cama y Mike se sienta del lado contrario, sobre el colchón, abrazando a Liz por los hombros.

─ Dime Chris.

─ Hace unos momentos, estaba saliendo de la empresa y se me acerco una mujer « ¡y que mujer!» y me preguntó por ti, dijo tu nombre completo y que necesitaba hablar contigo cuanto antes ─frunce el ceño y se queda pensando por unos instantes.

─ ¿Te dijo su nombre?

─ Leyla Atkins… ¿la conoces? ─cuando digo ese nombre su rostro se pone pálido y es como si se hubiera olvidado de respirar.

─ ¡Liz…¿Qué pasa Liz? …¡Mike ve por el doctor! ─sale corriendo por la puerta mientras yo sujeto a Liz con ambas manos al costado de su cabeza tratando que enfoque sus ojos en mí.

─ ¡Liz…mírame por favor…soy yo Christian…reacciona por el amor de Dios! ─ de golpe me mira fijo con los ojos muy abiertos y toma una bocanada de aire y vuelve a respirar. Rompe en llanto y me abraza, recuesto su cabeza en mi pecho y acaricio su largo cabello tratando de calmarla.

─ Llora todo lo que quieras bonita…lo que sea que tienes dentro…déjalo ir ─le digo con el alma partida en dos por ser el responsable de su estado.
En ese instante entra Mike como una tromba seguido del médico y detienen su carrera en medio del cuarto al ver la situación. Le hago señas a Mike para que se acerque.

─ Aquí esta Mike bonita ─le digo mientras deshago despacio el abrazo y le dejo el lugar a mi amigo. El la rodea con sus enormes brazos y ella se pierde en su pecho mientras el llanto se transforma en suaves sollozos y poco a poco se calma. «Es increíble ver el efecto que tiene Mike sobre ella y viceversa» El hunde la cara en su cabello mientras lo besa y acaricia su espalda con los ojos cerrados. Viéndolos así me recuerdan a la pintura de Klimt y no puedo evitar el sentir un poquito de envidia «quiero sentir que me amen así alguna vez»
El médico a pesar que ya se calmó, le administra un sedante para que descanse. Mike arropa a Liz amorosamente, deposita un beso en su frente y salimos los tres al pasillo.

─ ¿Qué pasó? ─nos pregunta el doctor a ambos.

─ Fue mi culpa…lo siento ─digo mirando a mi amigo.

─ Tranquilo…no podías saber que iba a reaccionar de ese modo ─me dice poniendo una mano sobre mi hombro.

─ Hasta que no hable con el psiquiatra tenemos que tratar de no alterarla con nada, ha pasado por mucho y en este momento sus emociones son demasiado frágiles. Ahora déjenla descansar, Mike te pido que estés ahí cuando despierte, eres su sostén en esto.

─ No tiene que pedirlo, no me moveré de aquí de todas formas ─le contesta Mike algo molesto, dado que no se movió de al lado de Liz desde que despertó.

─ De acuerdo ─dice el médico y se va por el pasillo para perderse detrás de unas puertas dobles.

─ Mike…tenemos que hablar de esto ─le digo serio.

─ Lo sé…no tengo idea quien sea esa mujer…lo que sí sé, es que si solo su nombre altero a Liz de esa manera, no la quiero cerca de ella.

─ Obviamente…pero deberíamos hablar con ella y averiguar quién es y que quiere. Se la notaba nerviosa y apurada por hablar con Liz.

─ ¿Sabes dónde se está quedando?

─ Si, en el Gold Valley.

─ Bueno, hazme un favor y ve a buscarla, habla con ella y averigua todo lo que puedas. Mientras yo llamaré a Jack para que la investigue.

─ Ok… ¡Mierda!

─ ¿Qué pasa?

─ Iba de camino a reunirme con tu padre, por lo de la reunión con la constructora, me desvié hasta aquí porque pensé que esto era importante.

─ Y lo es, déjame los papeles que yo los veo y hablo con papá, solo confió en ti para esto Chris.

─ De acuerdo ─nos damos un fuerte abrazo y Mike entra a la habitación de Liz. Mientras yo con mi cabeza hecha un mar embravecido camino por el largo y blanco pasillo.
«Si esa bella mujer es toxica para Liz, no puedo más que sepultar mis sentimientos unos cien metros bajo tierra. Aunque no sé cómo voy a hacer para enfrentar a esa rubia debilidad, llamada Leyla Atkins y no morir en el intento»

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Holis!!!! Perdón por el retraso...estoy algo desfasada con los días....🤭🤭🤭🤭🤭
En cuanto me dé un golpe de inspiración hago maratón. 😉😉😉😉
Gracias por leerme como siempre.💋💋💋💋💋

Mariamercedes68 💖

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