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-- ¿Por qué faltaste ayer? -- Susurré mientras fingía limpiar. Sí, fingía. Pues lo único que estaba haciendo era pasar el trapeador de la manera más brusca y torpe que alguien podría hacerlo.

Jin, quien acomodaba las pesas de un lado a otro, me miró y negó mientras soltaba una pequeña risita.

-- El señor Shin me obligó a realizar parte de tu trabajo y me quedé hasta tarde. -- Dije.

Mi amigo solo se encogió de hombros.

-- Prometo pagarte cuando nos entreguen nuestro sueldo este fin de semana. -- Y por inercia recordé la invitación de Jungkook. -- ¡Hey! ¿Qué sucede? -- Jin tocó mi hombro y preguntó por mi expresión, de seguro parecía un tanto perdido.

-- No es nada, seguiré limpiando. -- Me alejé de mi amigo y continué con mi trabajo, viendo de reojo el cuerpo de Jungkook en el ring y el sudor que recorría todo su torso.

No podía negar que quería ir junto a él al parque de diversiones, pero tampoco podía darme ese gusto cuando tengo que pagar el cuarto en donde duermo y la comida que me llevo a la boca.

Pasé saliva y continué limpiando cuando Jungkook dirigió su vista hacia mi persona. Me sentí nervioso y por inercia me di la vuelta, ignorándolo por completo.

La mañana y gran parte de la tarde no fue como otros días en los que podía divertirme junto a mi mejor amigo, bromear sobre alguna cosa o contarnos sutilmente nuestros problemas para ver alguna forma de arreglarlos. Al contrario, fue un día en el que pro primera vez quise alejarme de todo el mundo, olvidarme que tenía dos trabajos... y que deseaba contarle a Jin sobre la invitación de Jungkook.

Para cuando la mayoría de personas comenzaron a marcharsen del gimnasio, fue que pensé en lo que estaba haciendo. Definitivamente quería ir con Jungkook a ese parque de diversiones y disfrutar como nunca antes lo hice, según recuerdo. Y a pesar de no contar con el apoyo de Jin o con el conocimiento de éste del tema, me acerqué a Jungkook, una vez ya había terminado su rutina, y toqué ligeramente su hombro.

Él volteó, me miró y a pesar de eso, su expresión no cambió. Se veía cansado... y serio.

-- Estoy libre este sábado... si tú gus...

-- No. -- Contestó. Dejándome con la palabra en la boca y dándose la vuelta para seguir acomodando sus pertenencias en la mochila que siempre traía.

Traté de procesar todo lo que había sucedido, pero no lo logré, no entendía. Pensé que quería ir conmigo al parque de diversiones...

-- Lo siento, solo que ya encontré a una persona con quien ir. -- Asentí a sus palabras sin siquiera tomarle tanta importancia o atención al asunto.

Él se marchó, y no miro atrás y lo único que me quedaba era hacer lo mismo.







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