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Respiré hondo y me atreví a dar dos toques en la puerta. Mis manos estaban temblorosas, sin embargo no iba a dar vuelta atrás, no ahora.

Miré a ambos lados, como matando el tiempo y cuando la puerta se abrió, me quedé sin palabras; había practicado muchas veces este momento, incluso ya sabía que le diría y haría al estar frente a él, pero nada salió de mis labios.

El chico delante de mi me miraba extrañado y no era para tanto, pues yo era un completo desconocido que estaba en su puerta, teniendo miles de pensamientos por minuto.

-- Hola... -- Empecé. Me acerqué un poco y él se alejó, tratando de cerrar la puerta, por lo que de inmediato actúe. -- Soy Jimin, Park Jimin... -- Él se detuvo cuando mi nombre fue revelado y una sonrisa hizo acto de presencia cuando noté que algunos de sus rasgos eran muy parecidos a los de... -- Tú debes ser Taemin -- Continué antes de seguir evocando recuerdos que solo me llevarían a solar lágrimas al frente de aquel chico que ahora era más que un conocido para mí.

-- Yo no te conozco. -- Él aclaró.

Suspiré y me acerqué más, él no retrocedió en ningún momento.

-- ¿Puedo entrar? -- Estaba seguro de que él no me permitiría el paso, por lo tanto me atreví a decirle la razón de mi visita. -- Eres el hermano de Jungkook, yo lo conozco... era mi novio.

Él abrió sus ojos en par y no tardó en apartarse para dejarme entrar. Caminamos por un amplio jardín hasta llegar a lo que sería la casa en si, no dije nada durante todo el camino, pero al llegar a la pequeña sala de estar, que estaba al lado de la habitación me di cuenta de la cuna y accesorios en general que cualquier padre primerizo tendría que tener para recibir a su hijo y las que yo tendría que comenzar a comprar dentro de unos meses.

-- ¿Deseas algo de tomar? -- Rápidamente negué y me quedé de pie hasta que él me ofreció asiento. -- Las habitaciones tienen calefacción, no es necesario que utilices esos abrigos. -- Me recomendó. Sin embargo me negué, no por ser maleducado, sino por el miedo que sentía al descubrir la parte superior y ser juzgado.

-- ¿Dónde está Jungkook? Y-Yo lo busqué por mucho tiempo, en verdad lo busqué, pero encontrarlo era tan difícil como querer hallar una aguja en un pajar... -- Pude sentir el sufrimiento entre sus palabras e incluso la tristeza, aquello me encogió el corazón y las ganas de llorar me invadieron. -- ¿Estás bien?

Salí de mis pensamientos y asentí tan rápido como pude. Tenía que ser rápido si quería que todo se acabara, que esta etapa se cerrara por completo y así cumplir con el último deseo de Jungkook: hallar a su hermano.

-- ¿Jungkook está bien? Yo en verdad quiero verlo, ha pasado mucho tiempo desde que nos separamos, no fue nada fácil, pero ahora todo cambiará, él conocerá a su sobrino y estoy seguro de que lo...

-- Él murió. -- Dije tan rápido como pude, en un intento de evitar que esto se saliera de mis manos. Fue entonces que el brillo en los ojos de Taemin desapareció y no puedo explicar su expresión, no puedo explicar lo que mis palabras causaron en él. -- Lo siento tanto... -- Susurré. -- F-Fue hace tres meses, él trabajaba como luchador, fue en un viaje. Los doctores dijeron que la causa fue una hemorragia interna que se desató después de constantes golpes que recibió en esos dos meses. -- Y sin pensarlo ya estaba llorando.

Taemin no dijo nada, se mantuvo callado hasta que el llanto de un bebé rompió con ese silencio en el que solo se pudo oir mis sollozos. Él de inmediato caminó hasta la cuna y cargó al que suponía sería su hijo y sobrino de mi ex novio. Lo ví atender a su pequeño como si ellos dos fueran los únicos presentes en esa casa o así fue hasta que su hijo volvió a ser acostado en la cuna.

-- Realmente no se cuanto tiempo ha transcurrido. -- Empezó. -- Yo solo tenía tres años, casi cuatro cuando mamá nos abandonó en la puerta de ese orfanato. Jungkook la siguió tan solo un momento, pidiéndome que me quedara ahí, pero no le hice caso... en ese momento no era consciente de lo que sucedía, pero decidí irme de ese lugar, no se que se me ocurrió, solo caminé lejos de aquella puerta, ignorando por completo a mi subconsciente, que me rogaba quedarme... todo fue mi culpa, solamente cuando estuve andando solo por las calles fue que me di cuenta de lo que había hecho, sin embargo no recordaba como regresar y por lo tanto me perdí... crecí en las calles, pero siempre buscando a Jungkook, jamás me rendi con él o así fue hasta que conocí al padre de mi hijo. -- Un sollozo bastó para que entendiera que también estaba llorando. -- No me arrepiento de tener a mi bebé, pero si de haber estado con su padre. -- Lo miré y el desvío su vista, comenzando a llorar con más fuerza. Quise acompañarlo, recordando cada momento en el que Jungkook habló de su hermano, incluso cuando pensó que yo era el chico que ahora estaba frente a mí.

-- ¿D-Dónde está? -- Dijo después de unos minutos.

-- En Seúl, él se fue a la capital porque quería ser reconocido, ser reconocido por ti. -- Él sonrió y asintió.

-- Cuando éramos pequeños, yo le rogué que fuera un luchador famoso, para así estar orgulloso de él, sin embargo siempre lo estuve, el simple hecho de ser su hermano me hacia sentir orgulloso... queria verlo.

Y fue en ese momento que él detective que contraté con todos mis ahorros si lo valió, lo valió todo porque en ese mismo mes Taemin llegó a Seúl para visitar a Jungkook, para pedirle perdón y llorar al frente de su lápida, también para aconsejarme al saber que estaba esperando un hijo de su hermano.











Hermoso★ KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora